En una puesta en escena inusual, senadores y representantes de partidos de oficialismo y oposición presentaron una reforma constitucional al sistema político y electoral.
Estuvieron presentes los presidentes de Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente, Rodrigo Galilea y Guillermo Ramírez, así como el senador de Evópoli Luciano Cruz-Coke y su colega Luz Ebensperger (UDI).
Por parte del oficialismo, la iniciativa fue liderada por el senador Alfonso de Urresti (PS) — presidente de la comisión de Constitución —, quien estuvo acompañado por el senador socialista Gastón Saavedra y Ricardo Lagos Weber (PPD).
No participaron los senadores y presidentes de partido Jaime Quintana (PPD) y Paulina Vodanovic (PS), lo cual se interpretó como un primer indicio del sismo político que se desataría posteriormente. La iniciativa propone que solo los partidos que obtengan al menos el 5% de los votos a nivel nacional puedan tener representación en la Cámara.
Eso sí, se exceptuarán de esta norma las colectividades que obtengan mínimo ocho parlamentarios en el Congreso, entre los elegidos en dicha votación y los senadores que continúan en ejercicio hasta la siguiente elección.
Asimismo, se propone una norma transitoria para las elecciones del 2025, donde el umbral es de 4%.
Por otro lado, la propuesta establece que los diputados y senadores que renuncien a sus partidos, o los independientes que comiencen a militar en uno distinto por el cual fueron escogidos, pierden su cargo.
CONDICIONES DE DEMÓCRATAS Y REPUBLICANOS
Una de las primeras voces en contra de la iniciativa fue la senadora Ximena Rincón (Partido Demócrata), quien sostuvo que «cualquier reforma al sistema político que no lleve aparejada la reforma que instala de forma permanente el voto obligatorio, es hacerle trampa a la ciudadanía. Si queremos que exista una real participación, se requiere, previa a cualquier discusión, la aprobación del voto obligatorio de manera permanente».
En esa línea, acusó que «el Gobierno se ha negado reiteradamente a discutir aquello. Es más, lo logramos solo de manera transitoria porque si no no se podía implementar la votación en dos días».
El presidente de la comisión de Constitución de la Cámara, Miguel Ángel Calisto (Ind.- Partido Demócrata) acusó que «suena a una medida desesperada por parte de los partidos tradicionales para evitar perder escaños con miras a las próximas elecciones y no, pensado precisamente en la estabilidad política del país».
Además, advirtió que una iniciativa de este estilo, «no tiene el suficiente respaldo necesario, por lo menos en la Cámara de Diputados para su tramitación. Es importante que más allá de los cálculos electorales con calculadora, pensemos más bien en cuáles son las urgencias legislativas que tiene el país principalmente en materia de pensiones y en materia de seguridad».
Mientras que el diputado y presidente de Amarillos, Andrés Jouannet, dijo que «una reforma política que no considere al centro no va a avanzar ni va a pasar (…) si la izquierda y la derecha quieren seguir en esta disputa bipolar, quieren seguir instalado cada uno en sus trincheras y avanzar cada uno para en definitiva tener el poder un periodo uno y el poder otro periodo el otro sector, se equivocan».
Por su parte, desde el Partido Republicano presentaron otra condición: reducir el número de diputados. El presidente de la colectividad, Arturo Squella, afirmó que «sin una reducción de parlamentarios no es reforma, es maquillaje (…) seguiremos insistiendo en reducir la Cámara a 120 diputados«.
Asimismo, el líder de la tienda, José Antonio Kast, ratificó esta postura, señalando que «para nosotros es muy importante disminuir el número de diputados. Lo que hemos visto en algunos casos es vergonzoso«. Además, sostuvo que, si no se incorpora este aspecto, será «difícil» apoyar el proyecto.
MOLESTIA DE LA CENTRO IZQUIERDA
Por su parte, el presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos, se manifestó sorprendido ante la propuesta y planteó que esta iniciativa «no apunta a fortalecer la democracia y no cuenta con el consenso de todos los partidos«. «No pretendan terminar con los partidos callampa con una reforma callampa», sostuvo.
Por su parte, el senador Francisco Huenchumilla (DC) criticó el haberse enterado de la iniciativa a través de los medio de comunicación. «El Partido Socialista y la derecha llegan a un acuerdo sobre reforma política electoral (…) ¡Viva la unidad de la centro izquierda!», ironizó.
Al diputado y vicepresidente de la Cámara de Diputados, Eric Aedo (DC) en conversación con EmolTV reprochó la forma en que se comunicó el proyecto. «Eché de menos la presencia de otros partidos, como el Partido Radical, la Democracia Cristiana (… ) parece un acuerdo cupular, de un grupo de amigos», indicó.
Si bien señaló estar a favor de establecer un umbral, ya que la fragmentación afecta al país, dijo que «la forma en que se presentó esto fue un poco de humillación a los partidos que tienen trayectoria histórica. El Partido Radical tiene mas trayectoria histórica que el PPD y el PS. Lo mismo que la Democracia Cristiana«.
Además, cuestionó al PPD, que estuvo representado a través de Lagos Weber en el anuncio. «Se sientan a tener un acuerdo partidos que son parte de la fragmentación. Por ejemplo, el PPD, que en la Cámara de Diputados, la bancada está conformada por independientes», señaló.
A su vez, la diputada Ana María Gazmuri (Acción Humanista) emplazó a los impulsores del proyecto: «¿Qué es lo que quieren? ¿Volver al binominal? (…) Menos democracia, menos participación, puro retroceso. ¿Será que lo que buscan es volver a la época de las cuatro paredes, de las boletas de Soquimich, los casos Penta y la ley Longueira?».(Emol)