“En la vida hay muchas formas de obtener reconocimiento. A mí nunca me ha guiado obtener reconocimientos de carácter monetario. El reconocimiento que hemos tenido por este trabajo es algo que me llena de orgullo y satisfacción”. Así respondió el renunciado fiscal Carlos Gajardo -al diario La Prensa de Curicó, su ciudad natal- sobre el apoyo que ha recibido tras comunicar la decisión de dejar el Ministerio Público, en desacuerdo con la suspensión condicional del proceso contra el senador Iván Moreira, en el marco del Caso Penta.
En la entrevista, a Gajardo se le consultó por su futuro. En primer término, si es que aceptaría un cargo en el Gobierno: “hay gente que ha elucubrado con eso. Me gustaría que hubiera un poquito más de consideración en cuanto a que nosotros presentamos nuestra renuncia ayer (viernes) en un proceso que fue muy rápido. Fuimos informados de esta situación el viernes pasado, por lo que tuvimos una semana para reflexionar y presentar nuestra renuncia. Mi perspectiva era salir de vacaciones y no tenía ningún ‘plan B’. Por lo tanto, no es algo que haya pensado, no es algo que me preocupe. En esto, recuerdo siempre las palabras de mi padre, que era muy católico, quien siempre decía ‘Dios proveerá’. No tengo inquietud en el futuro y honestamente no tengo nada pensado al respecto. Vamos a disfrutar tres semanas de vacaciones con la familia y las cosas se tienen que ir decantando”.
Asimismo, descartó un posible regreso al Ministerio Público: “Si bien no descarto nada en el futuro, creo que también hay etapas que se cumplen y que uno las quema. Me gusta mucho una frase que dice no vuelvas al lugar donde fuiste feliz y yo en la fiscalía fui muy feliz. Creo que es una etapa cerrada”.
Tampoco se ve trabajando fuera del país: “Por mi formación, no me imagino yéndome de Chile. En su momento tuve la posibilidad de ir a estudiar fuera de Chile y tampoco la tomé. No me parece que esté dentro del futuro”.
De igual manera, se refirió a las sensaciones tras dejar el Ministerio Público: “Tengo sentimientos encontrados. Por una parte una sensación muy placentera por el trabajo efectuado, de mucha dignidad por lo que se ha hecho. Porque si uno analiza lo que sucedió a partir de las investigaciones que iniciamos, han habido un montón de efectos que son muy positivos para el país. Por ejemplo, en términos de recuperación de dinero. Las empresas que fueron descubiertas en estas conductas han debido pagar más de 30 mil millones de pesos. La evasión fiscal, que llevaba varios años subiendo, a partir del descubrimiento del caso Penta tuvo un descenso significativo de cinco puntos, lo que significa, miles de millones de pesos para el Estado. Y además en probidad, se avanzó en términos bastante importantes, en lo que se denominó las propuestas de la comisión Engel. El gasto en campaña fue inferior al del año 2013 en más de un 30% y donde los aportes reservados disminuyeron hasta casi desaparecer. Entonces, son una serie de avances que ha habido en el país a partir del trabajo que nosotros hemos hecho que nos llena de orgullo, nos da mucha satisfacción. El segundo sentimiento es de mucha tristeza de mucha pena”.
“Hay también cosas negativas, como lo que nos parece está sucediendo, que es que se esté impidiendo que la justicia pueda hacer un reproche penal a estas conductas que a nosotros nos parecen extremadamente graves y que no debieran tener una solución como una suspensión condicional, que son soluciones para otro tipo de delitos: está pensada en el hurto del mechero, en un accidente de tránsito, etcétera”, manifestó.
En cuanto al motivo de su salida, explicó que “Acá lo que hay son decisiones de personas. Durante mucho tiempo esta investigación se ha llevado adelante y los fiscales que habían tenido antes la investigación, (lideradas por) el (ex) fiscal (nacional) Sabas Chahuán, no había accedido a soluciones de este tipo. Por lo tanto, lo que hay son decisiones que han tomado los responsables de las investigaciones, que a nosotros nos produce un divorcio importante con ella. En esa derrota interna que significa no poder convencer que nuestras posturas son las correctas, significa necesariamente dar un paso al costado”.
A la par con lo anterior, realizó un crudo diagnóstico: “Comparándonos con otros países, estamos quedando muy atrás. Quienes tienen que hacer esos cambios son quizás los que podrían ser los más perjudicados. Es difícil que un legislador haga una ley que lo perjudique a él”.
En último término, manifestó que “en la fiscalía hay otros 700 fiscales que realizan todos los días su trabajo, con mucha pasión, con mucho rigor, con mucha precariedad, con pocos medios y que siempre habrán nuevas personas que se destaquen en sus trabajos y van a seguir combatiendo la corrupción. Si bien en este momento nuestra partida puede ser dolorosa, en el futuro probablemente inspirará a otros colegas para que realicen una labor en este sentido”.(La Tercera-La Prensa de Curicó)