Renunció presidente de Conicyt, Bernabé Santelices: 2 meses en el cargo

Renunció presidente de Conicyt, Bernabé Santelices: 2 meses en el cargo

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Asumió el cargo sabiendo que no iba a recibir sueldo el 1 de noviembre pasado. Lo hizo porque no quería que el sistema de investigación del país se paralizara porque Conicyt no tuviera presidente. Dos meses después, el doctor Bernabé Santelices, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2012 y profesor emérito de la PUC, presentó su renuncia en carta dirigida a la ministra de Educación, Adriana Delpiano.

Su período fue precedido por una tormenta político-científica. Esta se inició cuando el ingeniero Francisco Brieva, que asumió en septiembre de 2014 una institución que llevaba casi un año acéfala, renunció el pasado 31 de octubre. En los días que siguieron, las sociedades científicas y algunos premios nacionales firmaron una carta denunciando el abandono de la ciencia en el país, la que apareció en la prensa bajo el título «Nuestros gobiernos han elegido la ignorancia». Luego se realizó una masiva marcha «de los delantales blancos» de científicos frente a La Moneda, que tuvo eco en las revistas Science y Nature.

Hoy, Santelices hace su mea culpa: «Los científicos siempre le hemos hecho el quite a la política. Sin embargo, en este cargo se necesita alguien con experiencia de investigador, pero también con empuje político y con contactos con ese mundo. Hemos sido un poco ciegos al no querer ver esta realidad», dice Santelices.

En su opinión, el nuevo presidente debe tener respaldo político y la confianza para tomar el teléfono y decir: «Ministra, perdone que sean las 11 de la noche, pero tenemos un problema serio». Alguien que pueda enfrentar los malos tratos y los «ninguneos» de ciertos funcionarios del gobierno. «Un poco lo que hizo Burgos, a quien el partido salió a apoyarlo. Porque lo demás son solo buenas intenciones, y yo no tengo esos atributos para manejar esta institución», explica.

FALTA DE CONOCIMIENTO

El investigador reconoce que se abismó de la falta de conocimiento sobre ciencia y tecnología de muchas de las autoridades importantes del gobierno, «desde ministros para abajo». Y el problema es que «al final terminamos en las manos de esta gente».

Por ahora, este doctor en Ciencias Botánicas volvió a su cargo de vicepresidente del consejo de Conicyt, institución en la que se desempeñó en distintas responsabilidades por nueve años en los 90 y por eso conoce muy bien su funcionamiento.

Hoy este organismo ha crecido mucho y hoy maneja 435 millones de dólares en programas de investigación, mantiene 40 centros de investigación, 11.300 investigadores, cinco mil doctorandos y 2.500 estudiantes de magíster.

Santelices no duda de que Conicyt se debe transformar en un ministerio. «Podemos tener un consejo que asesore a las autoridades superiores del país, pero debe haber un ministro que sea el movilizador, que haga el lobby, que se meta con la parte política para conseguir recursos, para proponer leyes que son importantes», advierte.

En los dos meses que duró su presidencia, además de mantener el funcionamiento de la institución, «establecimos una agenda de desarrollo de ciencia y tecnología con pasos concretos, que yo espero que la Presidenta en algún momento se convenza de que es buena y la anuncie, para avanzar en el desarrollo científico del país para los años 2016 a 2018. Me alegro de haber estado en esto. Hay una tremenda unanimidad para muchas de las ideas que están ahí. Y yo espero que esa sea mi contribución de estos dos meses».

Santelices reconoce también que el director ejecutivo de Conicyt, el ingeniero Christian Nicolai, ex subsecretario de Telecomunicaciones y quien también fue académico universitario, tiene conocimiento científico y político, y «con mucho trabajo y esfuerzo ha logrado mantener este aparato moviéndose». Pese a esto, no cree que cumpla con el perfil para ser presidente. «Quizás en cinco años más. Porque, además, la gente espera que ocupe el cargo alguien que hizo un aporte en investigación. O sea, el estatus científico sigue siendo lo más importante. Pero yo no le tendría miedo a que se hiciera cargo», reflexiona.

Consultado si pidió alguna vez hablar con la Presidenta de la República, lo niega tajante.

«A ella lo que le interesa es la gratuidad en la educación. Y, según explican los políticos, la gratuidad va a beneficiar a muchas familias que van a recordar quién les permitió eso. Esto les asegura las elecciones municipales, y con eso aseguran la Presidencia. Ese es el dogma. Ese es el cálculo político», dice.

«Uno esperaría que el ministro de Economía, de Energía o de Minería tuviera un mayor conocimiento de estos temas, pero es demasiado escaso».

«Nadie escucha a los científicos, y la gente ignora la relevancia de la ciencia, pero tampoco puede haber conciencia de esto así como hacemos las cosas».

«Yo creo que algún día a nuestra sociedad le va a interesar la ciencia y la tecnología, pero dudo que esto vaya a ocurrir pronto».

 

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