La salida institucional a la crisis gatillada por el estallido social de octubre de 2019 fue liderada por el Congreso, al acordar un proceso constitucional que incluyó delegar el poder constituyente derivado a una Convención que sería elegida democráticamente por la ciudadanía, aunque sujeta a las reglas que se señalaron previamente.
La Convención, que contó con todo el apoyo institucional del gobierno y los recursos para realizar su labor, optó por trabajar en un proyecto refundacional de nuestro país que terminó siendo ampliamente rechazado por la ciudadanía. Una vez terminado el proceso, el poder constituyente derivado para redactar una nueva Carta Fundamental volvió al Congreso siguiendo la voluntad expresada en las urnas.
A un mes del plebiscito de salida, es fundamental que el Congreso Nacional revalide su rol histórico como el lugar donde se llega a los grandes acuerdos y como el órgano competente para ejercer el poder constituyente y redactar una nueva propuesta de Carta Fundamental que nos una como chilenos.
Es en el Congreso donde nuestra sociedad delibera democráticamente sobre las distintas posturas y propuestas para que finalmente sea la mayoría la que defina el camino a seguir a través de las normas que aprueba. Una señal en esta dirección fue justamente el acuerdo adoptado por el Congreso días antes del plebiscito, el cual rebajó los quorum para aprobar modificaciones a la Constitución desde 2/3 a 4/7 de los votos.
Este es el momento para que el Congreso, que fue recientemente renovado en más de un 80% de sus miembros en las elecciones de noviembre pasado, y que cuenta con toda la legitimidad institucional necesaria, le demuestre al país que está a la altura del desafío. El Congreso debe asumir su responsabilidad y ejercer el liderazgo correspondiente para presentar un texto de nueva Constitución, que represente a la ciudadanía y que pueda ser ampliamente apoyado en un plebiscito de salida. Para ello debe usar todas las herramientas de participación ciudadana, incluidos cabildos, juntas de vecinos, consejos comunales, consulta a organizaciones de la sociedad civil y el apoyo de expertos, a fin de lograr un texto con grandes lineamientos y que con el nuevo quorum de 4/7 sea adaptable a los nuevos requerimientos de la sociedad.
Repetir un proceso fallido mediante una nueva convención y que el Congreso no asuma su responsabilidad histórica son errores que pueden costarnos muy caro. Chile necesita urgentemente fortalecer su democracia, sus instituciones y el Estado de Derecho. No podemos dejar pasar este momento para demostrar que hemos escuchado y que se ha reaccionado con responsabilidad, sensatez y moderación. Al mismo tiempo, debemos iniciar este nuevo ciclo unidos y con esperanza.
La ciudadanía y la actividad productiva no pueden continuar sufriendo la incertidumbre que generará una nueva convención. Para recuperar la confianza en las instituciones y retomar una senda de crecimiento para todos los chilenos, debemos instar y, sobre todo, apoyar a nuestro Congreso en esta fundamental tarea de presentar una nueva Constitución para los próximos 40 años. En ese sentido, el país espera que este gran desafío político sea resuelto mediante el cauce institucional que nuestra tradición en materia constitucional ha demostrado ser el más apropiado.
En Sofofa estamos comprometidos con Chile. Tenemos la convicción de que haciendo bien las cosas hoy, nos espera un gran futuro por delante, donde un desarrollo integrador mejore la calidad de vida de las personas, genere oportunidades para todos, sin dejar a nadie atrás, y favorezca la superación de las desigualdades. (El Mercurio)
Richard von Appen
Presidente Sofofa
Marisol Peña
Presidenta Mesa Constitucional Sofofa