Rusia financiará una planta de energía nuclear en Argentina, según anunciaron ayer jueves los mandatarios de ambos países durante una visita de la presidenta argentina, Cristina Fernández, a Moscú.
Se trata de la sexta central nuclear en Argentina y contará con tecnología punta rusa, según indicó el homólogo ruso de Fernández, Vladimir Putin.
El proyecto es uno de varios anunciados este jueves, que incluyen también la construcción por compañías rusas de una planta hidroeléctrica en Argentina.
Fernández y Putin dijeron que la cooperación entre ambos países forma parte de una «asociación estratégica integral».
Buenos Aires y Moscú firmaron además un memorándum de cooperación en defensa.
Putin dijo que Rusia apoya a Argentina en sus intentos de tener negociaciones directas con Reino Unido sobre las disputadas Islas Malvinas/Falklands.
El corresponsal de la BBC en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes, indica que Argentina tiene interés en su asociación con Rusia, ya que la inversión extranjera cayó recientemente.
«La economía argentina está sufriendo a causa de la crisis en Brasil, su principal socio comercial», dijo de los Reyes.
Por su parte, al Kremlin le interesa incrementar sus relaciones comerciales con Latinoamérica, para contrarrestar los efectos de las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos por la crisis en Ucrania.
CONVENIENCIA
En los últimos tiempos se multiplicaron los gestos de acercamiento entre el gobierno ruso y el de Cristina Fernández de Kirchner, quien recibirá al mandatario en la Casa Rosada.
En mayo pasado, el gobierno argentino informó que Moscú había invitado al país a sumarse a la cumbre del grupo de los BRICS, las mayores economías emergentes del mundo, que se realizará la semana próxima en Brasil.
El anuncio lo realizó el canciller ruso, Sergei Lavrov, a través de su cuenta en Twitter, tras un encuentro con su par argentino, Héctor Timerman, en la capital rusa.
Timerman no fue el único político argentino que visitó recientemente la tierra de Putin.
En junio, una delegación de legisladores argentinos liderados por el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Julián Domínguez, llegó a Moscú para buscar apoyo en la batalla judicial contra los llamados «fondos buitre», que ganaron un juicio contra Argentina por el pago de bonos de la deuda en default.
«Apoyamos a la Argentina en el objetivo de saldar su deuda», aseguró Lavrov, brindando el respaldo solicitado.
Ya antes, Rusia había reiterado su apoyo histórico al reclamo del país sudamericano por la soberanía de las Islas Malvinas/Falklands.
Los gestos fueron de ida y vuelta: «Rusia agradece el apoyo de la Argentina en el caso de Crimea», declaró el embajador ruso en Buenos Aires, Víctor Koronelli, en abril, luego de que el gobierno argentino se abstuviera de condenar la anexión de la península ucraniana en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Argentina no solo se abstuvo (al igual que Brasil y otros países de la región). Fernández fue más allá y criticó el «doble estándar» de las grandes potencias por rechazar el referendo en Crimea que aprobó la anexión a Rusia cuando antes habían aceptado un referendo similar realizado entre los habitantes de las Malvinas/Falklands y que confirmó que éstos quieren seguir siendo parte de Reino Unido.
La postura de la mandataria fue agradecida personalmente por Putin a través de un llamado telefónico, según contó la propia Fernández en su cuenta de Twitter.
Muchos analistas coinciden en que los gestos de Putin hacia Argentina y otros países latinoamericanos buscan fortalecer alianzas en un momento en que Rusia está muy aislada internacionalmente tras su expulsión del G8 por la crisis en Ucrania.
Sin embargo, no hay tantas coincidencias a la hora de explicar en qué se beneficia Argentina al profundizar sus lazos con un líder cuestionado.
Y es que Putin no solo enfrenta críticas por lo que ocurre en Ucrania. También se le reprocha su política de derechos humanos, en particular su persecución de los homosexuales.
¿Por qué una mandataria que hace gala de su defensa de los derechos humanos y que convirtió a su país en uno de los primeros en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo buscaría afianzar los vínculos con Vladimir Putin?
Según el analista político del diario La Nación Carlos Pagni, los motivos son puramente económicos.
Pagni afirma que el gobierno argentino necesita resolver su principal fuente de salida de divisas: la importación de energía. Y para desarrollar su industria de petróleo y gas «apostaría al vínculo con grandes potencias Estado-céntricas, como China y Rusia», en vez de tratar de «seducir a las grandes empresas, que toman sus decisiones de inversión guiadas por el afán de lucro».
Otros sostienen que Argentina está en busca de «fuentes alternativas» de financiamiento debido a que tiene vedado el acceso al mercado de capitales como consecuencia de su enfrentamiento con los llamados holdouts.
INVERSIONES
Lo cierto es que por el momento no hubo anuncios de grandes inversiones rusas en la industria petrolera argentina, más allá de una posible asociación entre la estatal rusa Gazprom y la filial argentina de la química alemana BASF, que explota 15 proyectos de petróleo y gas en el país.
Sin embargo, algunos apuestan a que el encuentro entre Putin y Fernández podría llevar a la firma de un importante acuerdo por la explotación del mayor yacimiento de hidrocarburos no convencionales de Argentina (y uno de los mayores del mundo), Vaca Muerta.
Fuentes de la industria petrolera confirmaron a BBC Mundo que Gazprom y la estatal argentina YPF están en negociaciones hace casi dos años para llegar a algún acuerdo.
Pero, para el analista político Gabriel Puricelli, vicepresidente del Laboratorio de Políticas Públicas de Argentina, estas negociaciones y la visita de Putin no significan un cambio en la política argentina hacia Rusia.
«Argentina tuvo una relación comercial estratégica con la Unión Soviética hasta su desmembramiento y desde entonces los sucesivos gobiernos argentinos han buscado recuperar el vínculo con Rusia», dijo a BBC Mundo.
El propio Putin hizo referencia a los lazos históricos entre ambos países en una entrevista que concedió a las agencias Prensa Latina e Itar-Tass. «Dicen que hay algo de sangre rusa en uno de cada seis argentinos. Muchos rusos encontraron su segundo hogar en Argentina. En 2015, cumpliremos el 130 aniversario de las relaciones diplomáticas entre nuestras naciones», destacó.
El mandatario ruso también dijo que el flujo comercial se multiplicó por seis en la última década, alcanzando unos US$1.800 millones anuales en la actualidad.
Para Puricelli, Putin sobredimensionó el apoyo argentino sobre el tema de Crimea. «Argentina se abstuvo en la Asamblea General, como la mayoría de sus socios regionales, pero votó en contra del traspaso de Crimea a Rusia en el Consejo de Seguridad, que es en realidad lo que más importa», sostuvo.
En tanto, el experto no consideró contradictorio el acercamiento de Fernández a un líder cuestionado por su política de derechos humanos. «Los derechos humanos no rigen la política exterior en ningún país del mundo», aseguró, afirmando que los asuntos comerciales y militares siempre son prioritarios entre países. (BBC Mundo)