Accedemos a la petición del fiscal de prohibir las actividades de la empresa Meta», la casa matriz de Facebook e Instagram, dijo el juez del tribunal de Moscú, según las agencias de prensa rusas.
Las redes sociales gestionadas por Meta están «prohibidas por actividad extremista», añadió el tribunal en un comunicado difundido por Telegram. La aplicación de mensajería WhatsApp, también propiedad de Meta, no se ve afectada por esta medida, ya que el tribunal estimó que no se usa como medio de «difusión pública de información».
Tras el inicio de la operación militar en Ucrania el 24 de febrero, las autoridades rusas endurecieron el control de la información. La prohibición de Facebook e Instagram se enmarca en esa línea.
Estas dos redes sociales ya estaban prohibidas desde hace algunos días, así como Twitter y las páginas web de la mayoría de los medios rusos independientes. La única manera de acceder a ellos es a través de una red privada virtual (VPN).
El 11 de marzo, las autoridades rusas habían pedido clasificar a Meta como organización «extremista» tras acusarla de haber relajado su reglamento para permitir la publicación de mensajes violentos contra los militares y dirigentes rusos a raíz de la operación militar. En el tribunal el lunes, la fiscalía reiteró esta solicitud al considerar que Meta justificó «acciones terroristas» y pretende incitar «al odio y la enemistad» hacia los rusos.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) habían exigido también la prohibición «inmediata» de Facebook e Instagram. «Las actividades de Meta se dirigen contra Rusia y sus fuerzas armadas. Exigimos su prohibición y la obligación de aplicar esta medida inmediatamente», declaró en una audiencia un portavoz del FSB, Igor Kovalevski, citado por la agencia de prensa Interfax.
RUSIA HA BLOQUEADO ACCESO A LIBRE INFORMACIÓN
Según la agencia de prensa rusa TASS, un representante de Meta declaró el lunes ante el tribunal que la compañía había modificado su reglamento para prohibir «la rusofobia y los llamados a la violencia».
Desde el inicio de la intervención rusa en Ucrania el 24 de febrero, el ejecutivo endureció el control de las informaciones difundidas en internet, uno de los últimos espacios para expresarse libremente en el país.
El bloqueo y la prohibición de Facebook, pero sobre todo de Instagram, muy usada en el país, fue un golpe para muchos ciudadanos que usaban estas redes sociales no solo para divertirse, sino también para hacer negocios.
Instagram es una herramienta de venta en línea clave para muchas empresas, pero también para artistas, que apuestan por esa plataforma para darse a conocer tanto en Rusia como en el extranjero y así encontrar clientes.
La prohibición de estas dos redes sociales también puede tener un impacto sobre la oposición, que solía publicar en estas plataformas ya que los medios controlados por el Kremlin no suele darle espacio.
Y la tendencia podría seguir. La semana pasada, el regulador ruso de las telecomunicaciones, Roskomnadzor, acusó al gigante estadounidense Google y a su servicio de vídeo YouTube de actividades «terroristas», el primer paso hacia un posible bloqueo.
A inicios de marzo, las autoridades introdujeron además dos nuevas infracciones penales: una por difundir información que «desacredita» al ejército ruso y otra por difundir información «engañosa» sobre las tropas rusas.
Esta última infracción prevé penas de hasta 15 años de cárcel y preocupa particularmente a los opositores y medios independientes, que temen ser perseguidos ante cualquier crítica a la ofensiva. Al menos tres personas, que ya habían publicado mensajes contra el conflicto en internet, están siendo procesadas por ello. (DW)