La salida de capitales de Chile, de empresas no financieras y personas, comenzó a ser noticia en 2020. En ese momento la principal razón que los expertos entregaron fue la incertidumbre que provocó el estallido social de octubre de 2019, y que cambió la percepción de riesgo respecto del país.
El primer impacto fue ese primer semestre de 2020. En dicho periodo salieron recursos, que excluyen a empresas financieras o los movimientos de las AFP, por US$7.389 millones y el año terminó con un monto de US$9.691 millones, marcando un peak desde de al menos los últimos 21 años. Al año siguiente, el 2021, fueron otros US$7.064 los capitales que salieron del país. Se trató de un ejercicio marcado por la elección de convencionales constituyentes y por el inicio de su trabajo para el primer proceso de redactar una nueva Constitución.Pero ya en 2022 el flujo bajó a US$3.133 millones y en 2023 a solo US$696 millones.
En ese contexto, llama la atención que en lo que va de 2024 el monto de salida nuevamente se haya acelerado en forma importante y ya sea mayor a la suma de todo lo registrado 2022 y 2023. En efecto, de acuerdo a las cifras reportadas por el Banco Central, entre enero y septiembre de este año salieron de Chile US$4.068 millones netos, siendo la mayor cantidad de recursos para el mismo periodo desde 2021, cuando hubo US$9.533 millones de salidas. Es, además, un 88% superior a lo que se anotó en 2023 entre enero y septiembre.
Cambios relevantes en los flujos de salida de capitales se asocian a cuando activos y/o dinero se movilizan rápidamente de un país, debido a un suceso con implicancias económicas, como por ejemplo el alza de impuestos sobre el capital, o eventos del escenario político y social de un país que alteran las expectativas de los inversionistas.
En el caso de Chile, desde 2020 a la fecha, si bien la incertidumbre económica bajó a niveles prepandemia, los ruidos políticos como los procesos constitucionales se cerraron y la reforma tributaria original que pretendía impulsar el gobierno se diluyó y dio paso al pacto fiscal descartando alguna alza en la carga tributaria, y la inflación ha descendido a niveles más acotados, las cifras de inversión y del crecimiento del PIB se han mantenido muy débiles.
Frente a ello, los expertos afirman que las personas con patrimonios económicos relevantes han seguido prefiriendo diversificar sus dineros e invertirlos en distintas partes del mundo, y no como era antiguamente que solo estaban en Chile. Argumentan que más allá de una menor incertidumbre, el rendimiento de la actividad económica ha ido perdiendo atractivo en comparación a otras economías emergentes competidoras directas con Chile.
“Se advierte una importante salida de capitales en el año, que ha estado precisamente detrás de las presiones alcistas en el tipo de cambio”, sostiene el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann.
El experto explica que estos movimientos “se asocian especialmente a extranjeros, que se mueven de acuerdo a las oportunidades que ofrece el mercado. Este año, mientras el Banco Central continuaba con el proceso de recortes en su tasa de política, en Estados Unidos hemos visto una economía mucho más dinámica de lo previsto, lo que retrasó el inicio de la normalización monetaria”.
No obstante, según Lehmann, en “los próximos meses esto debería detenerse y, más aún, considerar un retorno de capitales, reconociendo que la Fed (Reserva Federal de EE.UU.) estará bajando su tasa, mientas en Chile ya nos encontramos relativamente más cerca de la tasa neutral”.
Para el socio líder de Tax & Legal en Deloitte, Hugo Hurtado, se mezclan dos cosas: por un lado, “la diversificación de riesgos de los inversionistas dada la volatilidad que ha tenido el dólar y tasas de interés atractivas en Estados Unidos que podrían motivar esa salida de capitales. Lo otro es protegerse del riesgo en Chile relacionado a cambios en las tasas de interés. Lo veo como una diversificación de la cartera de inversiones”.
Por su parte, Andrés Alessandri, socio de Mena Alessandri & Asociados, plantea que, “en general, la tendencia a invertir en el extranjero se va a mantener”. Adicionalmente indica que “las compañías chilenas distribuyeron bastantes dividendos, lo que también ha generado bastante liquidez, la cual en parte importante se destinó a inversiones en el extranjero”.
En tanto, Claudio Bustos, socio de Bustos Tax & Legal, suma elementos para el análisis. A su juicio, las razones son de carácter político-económico, donde hay un bajo crecimiento que alimenta la salida de capitales en busca de destinos con mejores perspectivas. A ello, dice que “se suman los niveles de inseguridad ciudadana”.
Para Bustos, estas decisiones “no las asocio a temas de carácter tributario, ya que las pretensiones iniciales del gobierno de una gran reforma con alza de impuestos se han ido moderando con una ley de cumplimiento tributario que busca reducir la elusión y evasión”. (Pulso)