El doctor en filosofía y académico de la Universidad Diego Portales, Hugo Herrera, quien últimamente se ha dedicado a desentrañar el fondo intelectual sobre el cual se cimienta la ideología de centroderecha, publicó una columna en La Segunda, donde advierte sobre el desafío que enfrenta Sebastián Piñera si quiere triunfar como el próximo Presidente del sector, luego de una eventual candidatura.
Para Herrera, si bien Piñera puede usar con éxito el gancho de que su gestión puede encauzar mejor la economía y «retomar la senda de crecimiento», esta no es para nada la exigencia más importante de los actuales votantes.
«La actual situación exhibe un desajuste profundo entre el pueblo y su institucionalidad: las pulsiones y anhelos populares no están encontrando cauce en el sistema político. Las exigencias no son sólo económicas, sino también por integración, por probidad, por sentido de pertenencia. Si bien se valora la economía libre, la ciudadanía va entendiendo que la dimensión económica debe adquirir una mejor ordenación y que, en todo caso, ella no agota la entera existencia humana. La vida vecinal, la armonía y salud mental, el significado del paisaje, de la comunidad, de la confianza, de la participación son aspectos tan relevantes para la felicidad humana como la prosperidad económica en sentido estricto», escribe Herrera, enfatizando la complejidad del escenario en que ocurrirán las próximas elecciones.
En ese sentido, el académico puntualiza que «hacerse cargo de esas sensatas exigencias requiere más que administración y economía: una visión de mundo, una cosmovisión, una ideología compleja en grado suficiente como para ofrecer caminos de sentido a los chilenos, persuadir en la discusión pública, enfrentar a la izquierda y comprometer a grupos importantes de personas honestas con la actividad política».
Específicamente, es en este plano donde, según el autor, el ex Presidente Piñera tiene una asignatura pendiente.«Es aquí donde la capacidad del empresario y administrador Piñera coincide con su mayor debilidad: hasta ahora ha carecido de un discurso con densidad ideológica. El inteligente gestor no ha alcanzado el nivel del estadista. Se acerca al Alessandri hijo, no al padre», asegura.
Finalmente, el académico se pregunta: «¿Estará a tiempo de dar el giro vital que la hora actual necesita?». Y acto seguido escribe: «De no darlo y si, por la fragilidad de la Nueva Mayoría, logra triunfar, su llegada al gobierno probablemente coincidirá con una honda crisis sistémica, alentada por la izquierda, pero debida, fundamentalmente, al lado débil del hombre de negocios y su sector: su dificultad para interpretar política e ideológicamente el fondo profundo de la nación»,concluye.