“Prefiero no adelantar resultados”, dice el senador UDI Juan Antonio Coloma respecto del futuro de la reforma previsional que este martes se votará en la sala de la Cámara Alta. Defiende a rajatabla el proyecto que él como presidente de la Comisión de Trabajo (junto al RN Rodrigo Galilea y al Evópoli Luciano Cruz-Coke) negociaron con los ministros Mario Marcel (Hacienda) y Jeannette Jara (Trabajo). Lo defiende sobre todo de las críticas que han venido de su propio sector, que -asegura- lo han sorprendido por el tono.
Pero prefiere no adelantarse, porque -afirma- respeta el rol que están cumpliendo los miembros de la Comisión de Hacienda del Senado y lo que harán luego los diputados. “A mi juicio, la Comisión de Hacienda está haciendo su trabajo, que es bien importante”, señala, asegurando que “no hay ninguna intencionalidad” en el freno que ha insinuado el presidente de esa instancia, el Evópoli Felipe Kast.
Coloma plantea cuatro puntos por los que, para él, este es “objetivamente un buen acuerdo”. Primero, porque se sube la cotización de un 10% a un 16%. Segundo, porque equipara las pensiones de hombres y mujeres. Tercero, porque apunta a “las bajas tasas de reemplazo en los sectores medios”. Cuarto, porque actualiza la PGU. Y quinto, por la competencia que introduce a las AFP.
“Por eso, yo creo que esta reforma de pensiones le hace bien a Chile”, concluye Coloma, quien reconoce que este era un momento favorable para las ideas de centroderecha, y que lograr este acuerdo no le entrega a Gabriel Boric una reforma que asegure una continuidad de su gobierno.
¿Por qué razón le hace bien a Chile?
Le hace bien a Chile, primero, porque se hace cargo de un tema en que todo el mundo está de acuerdo: en que, con la actual longevidad, el 10% de cotización es completamente insuficiente. Esa es la primera cosa. Además le hace bien a Chile, porque creo que es bueno entenderse. No sé en qué momento Chile pasó a valorar el desacuerdo. Uno tiene que a veces estar en contra, y muchas veces en mi vida he estado en contra: por el cambio al sistema electoral voté en contra, las reformas educacionales. Y si uno revisa las votaciones, probablemente he votado en contra en muchas más cosas que a favor. Pero también uno tiene que tener la decisión y el coraje de entenderse. Porque es la forma en que los países pueden ir resolviendo sus problemas. Por último, le hace muy bien esta reforma al mercado de capitales, porque de alguna manera va a empezar a compensar el tremendo costo que tuvieron los retiros.
Usted ha dicho que por 20 años esta discusión estuvo parada. ¿Qué autocrítica haces como uno de los líderes importantes históricos de la derecha respecto de esto?
Una vez me dijo alguien que a cada verdad le llega su hora. Y me hubiera gustado que hubiera sido antes. A mí me pasa al revés: no habiéndose dado en 20 años las circunstancias para llegar a un acuerdo, y dándose ahora, ¿por qué íbamos a decir que no? ¿Por qué no se iba a hacer algo que está en mis ideas, que es fortalecer la capitalización individual dentro del sistema de pensiones?
¿Y por qué las circunstancias sí se dieron ahora en un gobierno de izquierda?
Por la misma razón que la Constitución que tenemos hoy, y que tanto se intentó deslegitimar durante muchos años, recuperó una legitimidad: porque se dieron circunstancias en donde el país, con un alto sentido común dijo que no quería un cambio refundacional. Por la misma razón que la reforma tributaria que iba a cambiar completamente los ejes de nuestro país se transformó en una ley de cumplimiento tributario, que es algo muy correcto, que es que se paguen los impuestos. Hoy se dieron esas circunstancias. Los afanes originales del gobierno eran muy distintos a las posibilidades reales que tienen, y uno tiene que entender que en esas circunstancias hay que colaborar.
O sea, había un momento favorable para las ideas de la derecha.
Yo creo que es importante cuando a las cosas les llega su hora, y no entenderlo es un error grave.
¿Era una buena oportunidad para legitimar el sistema de capitalización individual?
Es que era una buena oportunidad para Chile, para legitimar una forma de fortalecer el ahorro, una forma de entender cómo se resolvían los problemas. Me parece que es un acuerdo virtuoso, y obviamente requiere generosidad de todos.
¿Y esta es una reforma mejor que la de Piñera, la del 3-3?
Sí, porque fortalece la capitalización individual de forma muy importante. También, hay que decirlo, no es la misma circunstancia, porque en ese momento no existía la PGU. Entonces obviamente que con la PGU se hacía más fácil esta forma de 6% de capitalización. Yo no digo que no se haya hecho nada en pensiones. Se hicieron cosas importantes, como el pilar solidario en su momento y, mucho más importante, la PGU. Lo que pasa es que ese era el rol del Estado dentro de las pensiones. Lo que faltaba era fortalecer el pilar contributivo, porque de otra manera se puede producir el peor de los mundos que es un aumento de gasto fiscal alto, como dijo el CFA.
¿Qué nota le pone a esta reforma?
Yo pongo las notas cuando termine. Me enseñaron eso desde niño.
Me imagino que más de un 4,0. Si no, no la aprobaría.
Yo creo que es objetivamente un buen acuerdo.
¿Cuáles son los riesgos de no aprobar ahora este acuerdo? Hay muchos que critican que lo están haciendo a matacaballo, tratándose además de una reforma tan compleja.
El principal riesgo, y que yo creo que es por lejos lo más importante que dijo el CFA, es que, si no se hace nada, al final el gasto fiscal del año 2050 solo en PGU va a ser un 7% del PIB. Ahora estamos en un 2% más o menos, para que tengamos una idea. Entonces, hay mucha gente que le importa la sostenibilidad fiscal, con toda razón, pero yo les digo una sola cosa: si no se hace nada, el costo del financiamiento de la PGU en función de la evolución de los salarios reales va a ser de un 7%. No lo digo yo, lo dice el CFA. Segundo, si no se hace nada, las pensiones autofinanciadas van a ser cada vez más débiles y eso va a ser un desincentivo también a la cotización.
¿Y qué arriesga esta discusión si se traslada a marzo?
Esta reforma entró en noviembre de 2022. Era completamente diferente, por eso ha generado un debate largo importante. Hay que entender que las cosas tienen que tener cierto plazo, porque si no pueden extenderse en el tiempo. Ahora, yo tengo que ser respetuoso. En la Cámara veremos lo que opinan ellos, pero esperaría que haya una aprobación rápida. Yo quiero que se apruebe, ojalá que sea en los tiempos más breves para que esto pueda empezar a generar efectos.
¿Tiene que ver con que en marzo se desata el ciclo electoral?
Sí, las cosas en los ciclos electorales son mucho más difíciles, en todos los gobiernos, de poder aprobar, porque son otras las tensiones que empiezan a aflorar y eso lo hemos visto demasiadas veces como para no mirarlo.
O sea, es un factor que estuvo sobre la mesa también.
Es un factor que siempre ha estado sobre la mesa, en este y muchos otros proyectos.
A ustedes se les critica por darle un triunfo a Boric, por otorgarle la posibilidad de que tenga una reforma emblemática que se veía lejana.
A mí ese razonamiento no me convenció ni ahora, ni en el gobierno de Piñera ni en el gobierno de Bachelet. Decían “si se aprueba el pilar solidario, el gobierno de izquierda va a quedar para toda la vida”, y poco tiempo después ganó Piñera. Con Piñera decían “si le aprueban otro proyecto, va a ganar para siempre la derecha”, y después ganó Bachelet. Eso es no entender el sentido común de los chilenos. Creo que los chilenos tienen una idea formada de este gobierno y no creo que cambie con esta reforma.
¿Y por qué Chile Vamos accede a un acuerdo en que parte de la cotización no va directamente a la cuenta de ahorro individual sino que se va a un préstamo, respecto del cual hay gente como Luis Larraín, de Libertad y Desarrollo, que señala que consolida el reparto?
Yo discrepo… Estuve mirando las sugerencias de Libertad y Desarrollo del 9 de junio del 2023, que era resolver este tema creando una AFP estatal, cosa que para mí está completamente fuera de mis ideas. Creo que es mucho mejor esta fórmula que convinimos, y que tiene que ver con generar un 6% de capitalización, y quiero ser claro, porque al final el 6% de capitalización está en la ley. Y está la forma del préstamo que es del 1,5%, pero esto aparece en tu cuenta individual. Y esto incluso tiene una garantía expresa del Estado. Y eso el día de tu jubilación vas a tener la opción de ver cómo lo transformas, si es más interesante un bono o tener otro bono, depende del sistema de seguro.
¿Acá no hubo reparto? ¿Ni siquiera el 1% del bono tabla?
No. El bono tabla es una cosa distinta, pero es lo mismo que se viene haciendo desde hace 10 años. Tiene que ver con el SIS. O sea, el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia. Nadie nunca me ha dicho que eso es reparto.
¿Por qué este tema divide tanto a la derecha?
A mí me sorprende, porque yo distingo dos tipos de actitudes. Primero a quienes tienen dudas legítimas, y eso me parece sano. Hemos tenido debates interesantes, muchos han ayudado a mejorar la norma legal. Ha habido muchas sugerencias que han llegado a la comisión a través de informes que llegan, cartas. Pero hay otro sector que, más bien por razones políticas, considera que la clave es llegar a acuerdos solo con los que están de acuerdo. Esa lógica de instalar el desacuerdo como un valor en sí mismo a mí me choca, porque yo soy de una cultura en donde uno tiene que tener ideas, rechazar lo que apunta en el sentido contrario y aprobar lo que uno cree que es bueno para el país.
¿Le han sorprendido los argumentos que se han planteado o el tono? Guillermo Ramírez, presidente UDI, dijo que estaba decepcionado, por ejemplo, del tono que ha tenido Libertad y Desarrollo en la discusión.
Creo que no se condice en nada con la historia que ha tenido Libertad y Desarrollo, que, al contrario, era la historia de plantear ideas y siempre buscar puentes. Pero creo que es bien excepcional, me sorprende que más de una persona ha optado más por atacar a otras personas y no a la idea. Pero bueno, la vida es así y la política es ingrata.
¿Los electores de derecha aprueban este acuerdo?
Yo creo que sí. No vivo de las encuestas, pero la encuesta que he visto era bien favorable, y creo que a medida que se vayan conociendo más detalles va a ser mucho más favorable.
¿Y si los electores no lo aprobaran? ¿Por qué sería importante para Chile Vamos seguir sosteniéndolo?
Es que los liderazgos tienen que ver con tratar de ir convenciendo, no al revés. Yo estoy convencido de que para Chile Vamos y el país en general es razonable una reforma que aumenta un 6% la cotización individual, que iguala la pensión de la mujer y un hombre a la misma edad y el mismo ahorro, que se hace cargo de los sectores medios con muchos años ahorrados, que genera un nuevo criterio de mayor competencia en el mundo de las administradoras. Cuando uno razona eso, no veo por qué no va a tener un apoyo cada vez más grande. Con el paso de los días se ha ido asentando lo importante de hacer una reforma estructural a un tema que es clave para todos. No hacer nada es lo más cómodo, pero es lo más infecundo.
¿Están en los extremos quienes rechazan este acuerdo?
Diría más bien que sí, pero también hay gente que tenía otra idea, otros conceptos. Pero en general creo que se va a producir un convencimiento cada vez más masivo.
¿Le molesta que desde los republicanos los tilden críticamente de “acuerdistas”?
Lo que no entiendo es por qué el desacuerdo es un valor en sí mismo, como tampoco el acuerdo es un valor en sí mismo. O sea, tiene que ser conforme al mérito.
En este caso es un desacuerdo con este gobierno.
Es que al final es un desacuerdo per se, eso es lo que me cuesta entender. Las cosas más importantes en Chile se han hecho cuando ha habido lógicas de entenderse, y eso pasó con distintos gobiernos, incluido el de Piñera, e igual no ganó la elección siguiente. Entonces, para que nadie crea que aquí hay como un seguro: esto no asegura nada para Boric, si la gente ya tiene una idea formada de este gobierno. Y yo creo que en Chile va a haber alternancia, que este es un mal gobierno, y eso no tiene nada que ver con lo que yo piense que hay que hacer para algo que es bueno para el país.
¿Esta divergencia en la derecha le va a traer costos a las posibilidades presidenciales de Evelyn Matthei?
¿Qué es lo que la gente quiere hoy día? Hoy hay desesperanza, hay temor, tenemos que estar detrás de devolverle la esperanza, seguridad y tranquilidad a Chile, y no creo que nadie lo encarne mejor que Evelyn Matthei, y eso es un activo que se refuerza. La gobernabilidad es clave.
¿Por cuánto tiempo se cierra la discusión previsional después de este acuerdo? El Gobierno ya dijo que va a presentar su proyecto de inversión estatal en marzo.
Este acuerdo en sí mismo va a tener un valor, porque la gente va a apreciar la estabilidad de las políticas públicas, va a apreciar que se van a ir notando crecientemente los beneficios. Ahora, es muy distinto tratar de hacer algo cuando ya se hizo algo a cuando no se ha hecho nada. O sea, creo que las posibilidades de que se apruebe el inversor estatal son mucho más escasas cuando ya se apruebe una reforma como esta. Se van acotando las posibilidades de hacer algo refundacional. (La Tercera)