El presidente del MAS, senador Alejandro Navarro, disparó hace algunos días un misil al publicar la lista de parlamentarios que recibieron aportes reservados de pesqueras, cuestión que lo tiene al borde de que sus pares pidan su censura como vicepresidente de la Cámara Alta sino se retracta de sus dichos. El lunes, además, se ausentó del comité político en La Moneda por un problema de coordinación de agenda, explicó. Su relación con el gobierno y con sus compañeros de coalición no pasa por el mejor momento. En esta conversación con DF lanza duras críticas al manejo que está teniendo el gobierno y al rol que juega el ministro del Interior, Jorge Burgos.
-¿Cuánto afecta a la marcha del gobierno el vacío que hay en la Segpres?
-Hay una crisis política grave y profunda. La vacancia en cargos de máxima visibilidad siempre termina por afectar el desarrollo de las tareas ministeriales, porque en una estructura jerárquica piramidal el ministro es quien lo decide todo. La ausencia del tomador de decisiones termina afectando la eficacia de la institución. Ahora la propia crisis da cuenta que medidas y reemplazos precipitados sólo terminan por agravar la crisis.
-Este escenario ¿afecta el cumplimiento del programa y de las reformas?
-El financiamiento de las reformas está asegurado política y económicamente. Rodrigo Valdés no puede tocar las reformas, de las crisis externas pasaríamos a una crisis interna, por lo tanto es inviable pensar en una reducción de los compromisos económicos que traen las reformas. Además, la crisis no es aguda por tanto Chile tiene campo de maniobra. Lo que sí es necesario es recuperar la iniciativa política y las nominaciones restantes son parte de ese proceso. Lo veo más bien como una oportunidad. En materia económica lo que me preocupa son personajes como Evelyn Matthei o la Sofofa, que aprovechando la debilidad del gobierno intentan avanzar para socavar la reforma tributaria. No les bastó la negociación con Arenas, hoy quieren también hacer pagar su peaje a Rodrigo Valdés.
-¿Y cuál es la debilidad del gobierno?
-En la iniciativa política, fijar la agenda pública a nivel nacional. Estamos metidos en un círculo vicioso donde una ausencia o investigación judicial o una movilización social terminan condicionando la agenda del gobierno y lo hacen saltar de coyuntura en coyuntura. De repetirse ese circulo vicioso va a terminar afectando las reformas.
afectando las reformas. -Bajo ese escenario que describe ¿peligra, entonces, la agenda legislativa del gobierno?
-A problemas extraordinarios, soluciones extraordinarias. Está claro que no se sale del paso con mecanismo o repitiendo decisiones que han demostrado ser fallidas. En el caso de la nominación de autoridades, el secretismo se agotó. Tiene que haber una mayor participación. En esta segunda etapa que incorpora gobiernos regionales, intendentes hay un espacio para retomar la agenda, pero también el gobierno tiene que atreverse a innovar. Si Burgos lidera con espíritu conservador, la crisis política puede terminar agudizándose. -¿Cuál es el principal problema que observa en el ministro del Interior? -No hay un liderazgo que permita la integración y la visibilización aérea de la crisis. Aquí hay que sobrevolar las diversas áreas de la crisis, esa es tarea del ministro del Interior, que por diversos motivos, no termina de despegar. Hay que cortar esas cadenas y los partidos son parte de esas cadenas.
-¿Tenía más expectativas del ministro Burgos?
-Estamos en un proceso. Burgos tiene la doble tarea de ganarse la confianza de Bachelet y de los partidos políticos, y eso va a requerir un tiempo. Burgos no es convocado por la Presidenta por una razón personal. Burgos tiene que crear un equipo, que hoy no existe. El gobierno está actuando de manera individual.
-¿Está sola la Presidenta tomando las decisiones, sigue el secretismo?
-El principal error del equipo político saliente fue mantener aislada a Bachelet de la ciudadanía; han secuestrado a Bachelet en La Moneda. Bachelet es el principal activo de la Nueva Mayoría y ha demostrado que cuando está en terreno no solo logra contener sino también brinda la mística necesaria para salir de este difícil momento. Mientras se mantenga en La Moneda promulgando leyes; mientras el patio de Los Naranjos y Los Cañones sean el escenario de la Presidenta esta salida de la crisis no va a ser posible. La única fórmula que garantiza fuerza es la ciudadanía, por lo tanto ha llegado el momento que Bachelet busque el respaldo ciudadano.
-¿Quiénes son los responsables de ese «secuestro»?
-Han contribuido los débiles equipos ministeriales. Seamos francos, los ministros no existen en las encuestas, difícilmente un ciudadano podrá recordar tres nombres seguidos de un ministro e identificarlo en su cartera respectiva. Los ministros van a regiones y nadie lo sabe. En gabinetes anteriores, de otros gobiernos, tú tenías dos a tres presidenciables, acá no hay ninguno, hay ministros invisibles.
LA EVENTUAL CENSURA EN SU CONTRA
-En la Nueva Mayoría evalúan pedir su censura como vicepresidente, ¿qué acciones piensa tomar al respecto?
-La crisis de legitimidad, de una pésima imagen del Senado, no pasa por los dichos o memes que se le atribuyan al senador Navarro. Hay mucho de reacción alarmista y tal vez con esta conducta quieren ocultar sus verdaderos errores. De todos modos, están en su derecho a pedir la censura, pero me gustaría saber los detalles y el fondo.
-¿Está quebrada la relación con el presidente de la Corporación, senador Patricio Walker?
-Tenemos diferencias marcadas desde siempre, pero con este tema no tenemos dos discursos, no debemos tener dos opiniones. Lo que hay que preservar ahora es el trabajo del Senado en pos del programa del gobierno. Nadie le va a pedir a los senadores que anden de la mano, lo que queremos es acuerdo para enfrentar la crisis política que estamos enfrentando.
