Han sido días de contrastes para el senador DC. El domingo pasado, Jorge Pizarro fue elegido presidente de su partido. Sin embargo, poco después, una nueva denuncia del Servicio de Impuestos Internos por presuntas irregularidades en boletas y facturas pagadas por SQM remeció al mundo político. En la lista de denunciados figura la empresa Ventus Consulting, conformada por sus hijos, Jorge y Sebastián Pizarro Cristi.
¿Qué explicación da usted para estas facturas que emitió la sociedad de sus hijos a Soquimich?
La sociedad consultora de mi hijo dio servicios profesionales a esa empresa. Eso está establecido en un contrato firmado por ambas partes, y el servicio se entregó, así que no tengo otra opinión que dar. Además, lo dijeron ellos en un comunicado.
Lo que sucede es que en la denuncia del SII se plantea que no hay un respaldo de los trabajos que habría hecho Ventus Consulting con SQM. Ahí se genera la duda de parte de ese organismo…
Los servicios se prestaron de acuerdo al contrato. Yo espero que la institución que corresponde pueda aclarar las cosas, porque lo raro aquí es que se entrega información por trascendidos a la prensa, pero no a las personas que aparecen ahí.
¿Qué le parece la actuación del SII en este punto en particular?
Lo único que espero es que las instituciones funcionen como corresponde y de acuerdo a las atribuciones y obligaciones que tienen. Eso es lo único que puedo afirmar.
¿Por qué se emitieron 11 facturas por un solo servicio?
Ellos tenían un contrato por una consultoría. Y eso es lo que está claramente establecido en el contrato. Por eso le digo que yo no tengo duda de que se va a aclarar el tema.
¿Usted está consciente de que esta situación genera una sospecha, no sólo de la opinión pública, sino que de parte de los órganos fiscalizadores, de que estos dineros podrían haber sido destinados a su campaña senatorial? ¿Usted descarta que esos $ 45 millones hayan ido a parar a su campaña?
No, no, claramente no.
¿Usted sabe si más adelante pudieran aparecer más facturas de esa sociedad o boletas vinculadas a usted o a otra sociedad?
No hay ninguna posibilidad. Esta es una sociedad consultora de mis hijos que dio servicios profesionales. Ellos son profesionales independientes, sumamente calificados, con posgrados, expertise y con una trayectoria en el ámbito público y privado de alto nivel.
Y en materia de aportes reservados, ¿usted sabe si recibió donaciones de alguna empresa para alguna de sus campañas?
Tengo que haber recibido aportes, si no no estarían ahí en el Servel. Pero son reservados. Yo no sé de quiénes son.
¿De Soquimich tampoco sabe si recibió?
No puedo asegurarlo ni puedo desmentirlo, como no puedo asegurar ni desmentir respecto de ninguno de los otros aportes que llegaron al Servel. Sólo lo sabe el Servel, y son reservados.
Más allá del detalle, ¿qué opinión tiene de esta situación y los otros casos? Muchos dirigentes políticos y ex parlamentarios cuestionan las filtraciones.
A mí, evidentemente, me afecta en lo personal que mis hijos se vean expuestos en un caso que es más político y comunicacional. Se expone a la gente por filtraciones y trascendidos, y se les condena de antemano. Por eso digo que las instituciones correspondientes tienen que actuar de acuerdo a sus atribuciones y obligaciones. Pareciera que no todas lo hacen.
Cuando se ha planteado el tema de un acuerdo en medio del caso Penta-SQM, se suele confundir los alcances con un aspecto judicial. ¿Qué significa ese acuerdo en la práctica?
El periodismo construyó una caricatura cuando dicen “el que habla de acuerdo está planteando impunidad”. Es ridículo eso. Es de sentido común que para llevar adelante propuestas mucho mejores, más audaces, que permitan fortalecer nuestra democracia, que permitan garantizar transparencia y evitar conflictos de interés, es fundamental tener grandes acuerdos. ¿Cómo no se va a necesitar de un gran acuerdo para, por ejemplo, dotar al Servel de facultades fiscalizadoras para controlar las campañas? Ese es un cambio importante que cambia las reglas del juego. También se requiere un gran acuerdo para que el propio Servel, cuando se detecta un delito, pueda sancionarlo, incluso con la pérdida del cargo. Eso no lo tenemos hoy día. Tampoco tenemos definidos los conflictos de interés. Además, hay un área gris en la forma cómo se financia la política.
¿La baja aprobación del gobierno y de la Presidenta Bachelet tienen que ver con todo este escenario?
Hay una situación de desconfianza, de falta de credibilidad de la institucionalidad pública. Se expresa con más fuerza en el ámbito político, pero también en instituciones que son consideradas como permanentes. Eso genera esta situación de desánimo y molestia. Estoy hablando del desprestigio que tienen el Congreso, el Ejecutivo, los partidos, el Poder Judicial, la Iglesia Católica, la fiscalía, los empresarios, las universidades y la banca. Estamos con un problema delicado. Y los actores políticos son los llamados a buscar soluciones, jugando un papel proactivo en la definición de una normativa clara que garantice probidad y transparencia. Por eso es que hay que buscar grandes acuerdos para que perduren en el tiempo.
¿Qué le parece que la comisión sobre probidad y transparencia de la Nueva Mayoría haya decidido no incluir a los partidos en la ley que regula el lobby?
Mientras más transparencia exista en los partidos respecto de su toma de decisiones, cómo se financian, cómo se organizan, tanto mejor para la democracia. En eso vamos a ser muy proactivos. Vamos a respaldar todas las iniciativas que permitan modernizar y transparentar las acciones de los partidos. Y evidentemente el lobby también tiene que entrar en eso.
Habla de financiamiento público. En la DC han defendido un financiamiento mixto.
Hay planteamientos que combinan ambas cosas. Es opinable.
¿Es partidario de que haya sólo financiamiento estatal?
Es lo que más me gustaría.
Pero como presidente de la DC, ¿va a impulsar que se eliminen los aportes de empresas?
Primero, no soy presidente de la DC todavía. Segundo, determinaremos lo que sea mejor para el país.
¿Libertad de acción en la DC?
No, no es libertad de acción, es buscar acuerdos en un conjunto de propuestas con todos. En esto uno tiene que ceder o influir.
En el primer año del gobierno de Bachelet, la DC fue el partido oficialista que marcó las mayores diferencias, principalmente frente a las reformas. ¿Qué evaluación hace de esa relación que tuvo el partido con La Moneda?
El primer año de gobierno fue un buen año, en términos de llevar adelante un proceso de reformas que no eran sencillas. Siendo temas sensibles, fueron bien manejados. En algún momento las relaciones entre los partidos no fueron las mejores y también entre los partidos y el gobierno hizo falta una mayor coordinación, pero la experiencia del gobierno va mejorando esas cosas. Para este año, que es donde realmente se implementa el grueso del programa, las cosas se van a llevar mucho mejor.
Pero hubo una relación tensa entre la DC y La Moneda en el primer año. ¿No lo ve así?
No. ¿En qué sentido?
Cada cierto tiempo, Ignacio Walker y otros dirigentes se enfrentaban al gobierno y reclamaban: “La DC está fuera de la foto en educación”, “falta gestión política”, que el partido “no es tomado en cuenta”, se amenazaba con plantear “matices”, se acusaba un “maltrato”…
Como lo dijeron nuestros dirigentes partidarios, las cosas siempre se pueden hacer mejor. Y mejoraron bastante. Este año espero que tengamos mucha más coordinación, mucho más diálogo y debate previo a la implementación de las propuestas, que la relación dentro de los partidos sea de respeto, donde prioricemos lo que nos une por sobre lo que nos divide.
Usted criticaba bastante ese estilo de conducción de Walker. ¿Mantiene esas críticas?
Lo más importante es lo que viene. Para el desafío interno partidario necesitamos mucha unidad. Eso fue lo que posibilitó el triunfo de nuestra lista. Los militantes entendieron que mientras más unido el partido, más potencia podemos tener en nuestros mensajes. La DC siempre tiene que jugar un papel, siendo el principal partido de gobierno, que permita cumplir con los compromisos con los ciudadanos. Eso no está en discusión.
¿Bajo su mandato se seguirá la misma tónica de marcar diferencias ante las reformas?
Aspiramos a construir grandes acuerdos para implementar el proceso de reformas. Vamos a desarrollar un diálogo permanente con el gobierno, sus equipos ministeriales. Esa es nuestra responsabilidad. Lo haremos desde nuestro punto de vista, con la identidad democratacristiana y con nuestra visión humanista cristiana.(La Tercera)