El sector público está al debe con las mujeres. Si bien representan 58% de la dotación efectiva del gobierno central -es decir, el conjunto de entidades constituidas por ministerios, oficinas y otros organismos bajo el ámbito del Poder Ejecutivo-, en cargos directivos (autoridades de gobierno y directivos) sólo alcanzan el 43%, según cifras a 2017 de la Dirección de Presupuestos.
Más decidor es que sólo 30% de los altos puestos definidos mediante el Sistema de Alta Dirección Pública (SADP) son adjudicados al sexo femenino.
“Aunque se ha avanzado en la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y en la mejora en sus condiciones, todavía quedan muchos desafíos en términos de representatividad en cargos de toma de decisión, en especial en el sector público”, señala el estudio de la Dirección Nacional del Servicio Civil, que tomó los datos de postulación y selección de 53.791 mujeres en el período 2004-2017, además de considerar aspectos cualitativos (ver nota relacionada).
Desde 2004 y hasta octubre de 2017 se realizaron 3.549 convocatorias a concursos, pero solo 2.111 fueron adscritos y finalizados, y por tanto el estudio se centró en esa última cifra.
El informe reveló que solo el 22% fueron postulaciones femeninas, mientras que los ministerios con menor porcentaje de solicitud fueron: Energía 13,7%, Transportes y telecomunicaciones 14,8% y Deportes 16,2%, donde el estudio recalcó la importancia de que sean ministerios “históricamente masculinizados”.
Sumado a eso, solo 29,8% de las postulantes fueron designadas en cargos ADP, donde destaca el hecho de que la cartera de Transportes y telecomunicaciones nunca ha tenido a una mujer entre sus filas.
Y no menos alarmante, es que existen seis ministerios que a lo largo de su historia jamás han tenido mujeres entre sus puestos de primer nivel: Defensa, Energía, Medio Ambiente, Minería, Deporte y Transporte y telecomunicaciones.
La brecha salarial es otro punto desfavorable para las mujeres, pues llega a 20,2% a favor de los hombres. La cifra es negativa en todos los estamentos con la excepción del directivo, con 11,6% a cuenta de la fuerza femenina.
CAMBIO GENERACIONAL
Pese a la subrepresentación femenina que existe en el SADP, se ve que en las nuevas generaciones la brecha entre géneros va disminuyendo. En el caso de Prácticas Chile- un programa para practicantes del Estado-, reveló que es un sistema “feminizado”, ya que tanto en la tasa de postulación como de nombramientos, el porcentaje de mujeres fue mayor al 50%.
El estudio consideró las temporadas 2015 a 2017, donde se realizan tres convocatorias al año (primer semestre, segundo semestre y época estival) y concluyó que en la primera etapa, de las 5.010 postulaciones realizadas en el período, un promedio de 50,7% fue realizado por mujeres.
Y durante el mismo período, 1.208 mujeres fueron seleccionadas, traduciéndose en un promedio de 53,1%.
“Al analizar los datos de los practicantes del Estado, se ve que hay un mayor ingreso de mujeres jóvenes y profesionales-constituyendo más del 50%-, fenómeno que va de la mano con la instalación de sistemas meritocráticos de ingreso al Estado (…) En ese sentido, es trabajo de las instituciones ejercer la mentoría adecuada para potenciar nuevos liderazgos femeninos en el sector”, concluye el escrito.
INICIATIVAS PRO PARIDAD DE GÉNERO
2001 Se promulgó ley 20.545 que modifica las normas sobre la protección de la maternidad, e incorpora el permiso post natal para mujeres trabajadoras.
2009 Se promulgó la Ley 20.348 que resguarda el derecho a la igualdad en las remuneraciones entre hombres y mujeres.
2015 Se aprobó junto con la reforma electoral que puso fin al sistema binominal en Chile, una ley de cuotas, que exige que no más del 60% de las candidaturas parlamentarias por lista sean del mismo sexo. Lo que en la práctica, asegura que al menos un 40% de mujeres sean candidatas a parlamentarias.
Se creó el Ministerio de la Mujer y la Equidad de género (Sernam), hecho que marca un hito en el país, por el compromiso del gobierno con temas de desigualdad y discriminación que afectan a las mujeres.
2017 42% de puestos en directorios del sistema de empresas públicas, se encuentran conformados por mujeres. Esto, en el marco de un compromiso presidencial de Michelle Bachelet para su segundo gobierno.
OBSTÁCULOS AL ASCENSO FEMENINO
El entorno, limitaciones de carrera y creación de redes serían los principales.
El análisis de la Unidad de Estudios y Cooperación del Servicio Civil también consideró el entorno cultural y social en el que se desenvuelven las mujeres, de forma de detectar restricciones a su carrera profesional.
Así, surgió que la «división sexual del trabajo» es un primer elemento, pues se asocia al hombre con el trabajo productivo y a la mujer con el reproductivo. Esto se traduce en la denominada «doble jornada laboral», donde las mujeres asalariadas también tienen responsabilidades en el hogar.
La disparidad que se da al comienzo, no solo afecta la proyección laboral, si no que también influye en los salarios. «Yo tengo tres experiencias, cuando trabajaba en otro servicio público los hombres ganaban más. Ahora la diferencia es notable y me dicen ‘tú sabes que esto es así’. Yo soy grado 7 y hay compañeros que son grado 3. Cuando hay que subrogar, yo lo hago», dice una participante del grupo de discusión.
Además, el desarrollo de sus carreras también se ve afectado, ya que «las mujeres optan por renunciar a la posibilidad de acceder a altos cargos. Los toman cuando sus responsabilidades de cuidado de otros son más tenues, y asumen el costo de su vida personal», señala el informe.
«La mayoría de las mujeres que obtienen cargos ADP, son justamente las que tienen una maternidad finalizada. Las que tienen hijos grandes han llegado a un punto en que se dedican únicamente a su carrera», aporta otra participante.
Por último, las redes vinculadas a la construcción de confianzas «operan favorablemente para los hombres», y las mujeres reconocen dificultades, sobre todo porque muchas veces deben ausentarse del ámbito público para cumplir con los deberes del hogar. (DF)
