Subsidios alcanzan máximos y cae incidencia de inversión pública

Subsidios alcanzan máximos y cae incidencia de inversión pública

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Uno de los legados del segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet será un Estado más grande. La reforma tributaria incrementará en tres puntos del PIB la recaudación impositiva a partir del próximo año, con lo que el tamaño del Fisco alcanzará una cifra cercana al 25% de toda la economía.

¿Cuál ha sido la dinámica de gasto público en el período? Esta es una de las preguntas que buscó responder un informe del Centro de Estudios Financieros (CEF) de la Universidad de los Andes, que concluye que entre 2014 y 2017 el peso de los subsidios anotó un crecimiento constante que lo llevó a máximos históricos, mientras que el denominado gasto “burocrático” se mantuvo estable y se observó una caída en la incidencia de la inversión pública.

Los recursos destinados a subvencionar programas representarán el 34,8% del gasto total a abril de este año, desde el 32,4% en 2013. O sea, de cada $ 10 que gasta el Estado, casi $ 4 se orientan a ese tipo de contribución. Se trata del peso relativo más alto desde que hay registro.

La directora ejecutiva del CEF, Cecilia Cifuentes, recalca que la mayoría de estos gastos radican en transferencias -directas e indirectas- en salud y en educación, lo que muestra que el mayor crecimiento económico ha permitido al Estado focalizar el gasto en los sectores de menores ingresos.

“Es probable que también se tenga ahí una deuda en términos de eficiencia, ya que el aumento del gasto per cápita es elevado si pensamos en lo que ha ocurrido con la calidad de los servicios entregados”, señala.

Grafica que en 1990 -medido en pesos de 2016- el Fisco gastaba anualmente en subsidios $ 116.400 per cápita, cifra que sube a $ 724.000 en 2016: “¿Se ha multiplicado por más de seis veces la calidad de los servicios recibidos por habitante? Parece dudoso”.

BUROCRACIA

El gasto corriente, que destina el Fisco a sus operaciones habituales, como contratación de personal y compra de bienes y servicios, se ha mantenido estable en todo el período, situándose en casi 30% del desembolso total.

Cifuentes plantea que si bien la proporción no varía respecto a 2014, esto implica un incremento real “elevado”, ya que el gasto total en el período ha avanzado casi tres veces la expansión de la economía: 5,2% versus 2%.

Otros de los ítem relevantes dentro de la billetera del Fisco se relaciona con la inversión estatal, tanto directa (vía ejecución propia) como asociada con privados.

Con cifras incorporadas en la Ley de Presupuestos 2017, el peso de la inversión en el gasto se ubica en 15,6% del total, su nivel más bajo desde 2004. Cifuentes advierte que el ajuste fiscal en los últimos años se ha realizado por el lado de la inversión más que por el gasto operativo: “Ciertamente, sería deseable que la inversión pública pudiera amortiguar en parte la caída de la inversión privada”.

PAGO DE INTERESES

El apartado que menos peso tiene en el gasto total del Fisco es el que destina a pagar intereses de su deuda. A pesar de esto, el ítem se ha incrementado en ocho décimas en la actual administración, alcanzando su peak de la década.

Sólo entre abril y mayo de este año, el Estado desembolsó US$ 900 millones en el pago de intereses, mientras el gasto pasó de US$ 1.600 millones en 2015 a US$ 1.900 millones el año pasado: “Esta tendencia al alza debería mantenerse, ya que el país tiene por delante varios años de déficit fiscal efectivo y, por ende, de aumento de endeudamiento.

INFORME ITAU

El estado de las cuentas fiscales continuará empeorando en los próximos años. Y no solo por el aumento de la deuda bruta -que no incluye el valor de los activos públicos-, sino por el incremento de las acreencias totales.

Según un informe de Itaú Chile, la deuda neta del Fisco (deuda bruta menos el valor de los activos financieros) se cuadruplicará este año, pasando de representar un punto del PIB a 4,6% del Producto. En 2016, esto involucró que Chile dejó de ser acreedor neto por primera vez desde 2005. En otras palabras, su respaldo financiero o patrimonial no le alcanzaría del todo para enfrentar sus compromisos crediticios.

En el informe, el departamento de estudios proyecta que para el próximo año la deuda neta mantendrá su tendencia alcista y se ubicará en 6,6% del Producto, su nivel más alto desde 2002.

Para realizar el cálculo, se resta a la deuda bruta el valor de los activos fiscales, como los fondos soberanos (FEES, FRP, fondo para diagnósticos y tratamientos de alto costo y fondo de educación), además de los activos en pesos y moneda extranjera que mantiene la Tesorería. Los activos financieros superaron la deuda bruta durante casi 10 años antes de 2016 (ver gráfico).

«En un contexto de bajo crecimiento, no vemos que los activos del Fisco vayan a aumentar en los siguientes dos años», explica el economista jefe de Itaú Chile, Miguel Ricaurte.

Así, comenta, el hecho de que el gobierno registre un déficit efectivo 3,3% del PIB este año y de 3% el próximo -como proyecta el banco, significa que el endeudamiento deberá aumentar «virtualmente en este mismo monto, sin compensación por el lado de mayores activos».

¿Puede el deterioro patente de las cuentas públicas acelerar la rebaja en la clasificación de Chile? El experto señala que aún es temprano para avalar dicha tesis: «La evolución de la deuda neta preocupa en la medida en que no se vaya moderando en el tiempo y siempre que el crecimiento sea bajo». (DF)

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