Las tasas de interés históricamente bajas que han aplicado los bancos centrales a nivel mundial están poniendo una presión sin precedentes sobre los fondos de pensiones. Tanto así, que el Fondo Monetario Internacional advirtió ayer que los modelos se están volviendo insostenibles en Europa, donde los administradores de pensiones están invirtiendo en instrumentos incluso con retornos negativos. En Suiza, han surgido voces que advierten que el sistema podría quebrar en la próxima década. La preocupación crece entre los administradores que están invirtiendo en activos con bajo rendimiento.
De acuerdo con los analistas del FMI, el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo está dañando a las aseguradoras, porque su principal instrumento de inversión son los bonos soberanos. Los bajos rendimientos que están entregando estos activos hacen que caigan los ingresos de las compañías, que de todos modos deben pagar a los pensionados los retornos que están obligados por ley a garantizar.
Por lo tanto, las firmas incurrirán en un estrés financiero mayor de lo que se midió en pruebas recientes de las autoridades regulatorias, cuando casi un 25% no pudo cumplir con los requerimientos, dijo el FMI.
JPMorgan Chase bajó la calificación de Allianz, la mayor aseguradora del continente, uniéndose a Morgan Stanley y Barclays en advertir sobre la rentabilidad de la industria. JPMorgan explicó que las menores tasas y las reglas de Insolvencia II están forzando a las aseguradoras de la Unión Europea a inyectar más capital en las unidades que ofrecen retornos garantizados, como las pensiones.
La británica Prudential, en tanto, informó ayer que las bajas tasas de interés, retornos negativos en las inversiones y una menor demanda por productos de ahorro contribuyeron a una caída de 11% en las ganancias de nuevos negocios en el primer trimestre, frente al mismo período de 2014, a 496 millones de libras (US$ 750 millones), sobre una base de tipo de cambio constante.
VIABILIDAD DEL SISTEMA
El CEO de MetLife, Steve Kandarian, y el director ejecutivo de Axa, Henri De Castries, ya habían expresado su preocupación ante el hecho de que las bajas tasas de interés estén castigando a los ahorristas.
Pero la advertencia más potente hasta ahora había venido del director ejecutivo de BlackRock, el mayor administrador de activos del mundo. «Ya que vivimos en un mundo de bajas tasas persistentes y, en el caso de Europa, tasas negativas actualmente, cuando se agrega un marco macro-prudencial, estamos destruyendo el valor de los fondos de pensiones», dijo Laurence D. Fink hace dos semanas en una conferencia en Singapur. «Estamos destruyendo la viabilidad de las empresas de seguros», agregó.
Fink hizo hincapié además en el impacto global. «La sociedad le ha dado a nuestros banqueros centrales en todo el mundo la responsabilidad del riesgo macro-prudencial, todo el riesgo en el sistema, no sólo el riesgo en el sistema bancario», aseguró. «No creo que haya una discusión suficiente sobre cuáles son los costos del ambiente de tasas bajas en otros componentes de nuestra sociedad global, como los fondos de pensiones, retirados, ahorristas y empresas de seguros».
SITUACIÓN DE SUIZA
Uno de los países que vive una de las situaciones más complicadas es Suiza. En enero, el banco central realizó su mayor intervención cambiaria en décadas, removiendo el límite a la moneda local frente al euro de 1,20 franco suizo. Asimismo, llevó la tasa de interés de los depósitos a -0,75%.
Ese mismo día, el franco subió 39% frente al euro y el principal indicador bursátil del país, el SMI, cayó 10%, lo que afectó directamente a los administradores de pensiones.
Ante esto, las aseguradoras comenzaron a hacer lobby con el Banco Nacional de Suiza para que los eximiera de los cargos negativos a los depósitos para poder mitigar el daño. Pero el banco se negó. «Cada administrador de fondos de pensiones está preocupado por lo que está pasando», dijo a Financial Times Peter Zanella, director de soluciones de retiro de la consultora Towers Watson.
Pese a que la bolsa ha remontado desde entonces, el mayor problema es que los fondos de pensiones generalmente mantienen un 5% de sus activos en efectivo y, con una tasa negativa, se les está cobrando por mantener esa liquidez.
Para evitar ese pago, están evaluando una serie de alternativas extremas, desde transferir dinero a bóvedas o bunkers hasta arrendar equipos médicos u ofrecer créditos hipotecario baratos a los retirados. Otras firmas han pensado entregar la suma total del pago de la pensión anual de una sola vez, publicó FT.
Para Martin Eling, profesor de economía de la Universidad de St. Gallen, la solución no pasa por dejar los bonos a diez años del gobierno en favor de otros activos, como los hipotecarios. En cambio, le ha pedido al gobierno que reduzca la tasa obligatoria de pago de pensiones, que aumente las contribuciones sociales por empleado y que eleve la edad de retiro. Es probable que estas propuestas sean sometidas a un plebiscito en 2018. De lo contrario, Eling advierte que el sistema podría quebrar dentro de los próximos diez años. (DF)