Este sábado (4.3.2017), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a acaparar titulares en la prensa internacional con sus mensajes de Twitter: «¡Terrible! Acabo de enterarme de que Obama me espió en la Torre Trump justo antes de la victoria. No encontró nada. ¡Esto es McCartismo!”, escribió a las 6:35 de la mañana (11:35 GMT), haciendo alusión a la persecución de la que fueron objeto los comunistas en territorio estadounidense a mediados del siglo pasado, pero sin revelar su fuente de información.
En cuestión de minutos emitió tres tuits más asegurando que Obama interceptó y monitoreó las llamadas telefónicas que hizo desde su oficina de Nueva York durante la campaña electoral. «¡Qué bajo ha caído el presidente Obama escuchando mis llamadas durante el tan sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. ¡Chico malo (o enfermo)!”, escribió el nuevo «hombre fuerte” de Washington, haciendo referencia esta vez al escándalo de espionaje que le costó el puesto al mandatario Richard Nixon (9.8.1974).
Las horas pasaron y Trump no presentó evidencia alguna que blindara su imputación. Al contrario, pese a la gravedad de las acusaciones, sus tuits sobre Obama fueron seguidos por comentarios sobre la presunta renuncia del actor Arnold Schwarzenegger al programa de televisión Celebrity Apprentice, del cual Trump sigue siendo productor ejecutivo, por lo menos nominalmente. El mandatario hace estos señalamientos cuando la prensa se esmera en desentrañar la naturaleza de los contactos de su equipo con Rusia.
De ahí que no falte quien le atribuya a Trump la intención de generar desinformación y crear una cortina de humo. Ni siquiera el primer discurso del flamante presidente frente al Congreso de Estados Unidos logró acaparar la atención de los medios una vez revelado que el Fiscal General Jeff Sessions –uno de los primeros aliados de Trump en el Congreso– se había reunido en dos ocasiones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, y ocultado esa información ante el Senado durante sus vistas de confirmación en el cargo.
Las acusaciones de Trump fueron rebatidas por un exfuncionario del Departamento de Justicia en entrevista con CNN y bajo condición de anonimato. Luego, Kevin Lewis, portavoz de Obama, emitió un comunicado en el que se pronunciaba sobre el caso: “Ni el presidente Obama ni ningún otro oficial de la Casa Blanca ordenó jamás vigilar a ciudadano estadounidense alguno. Cualquier sugerencia que apunte en dirección contraria es sencillamente falsa”. (DW, EFE / dpa / Reuters )