Trump, Davos y el Estado de la Unión-Ernesto Silva

Trump, Davos y el Estado de la Unión-Ernesto Silva

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Las últimas semanas han sido muy movidas en EEUU. La trama rusa, el debate sobre inmigración, su posible declaración ante Robert Mueller, y la publicación del libro Fire and Fury, han mantenido a la opinión pública tensa y ocupada. Pero no han sido los únicos eventos relevantes.

La presencia de Trump en Davos para el World Economic Forum, y su discurso sobre el Estado de la Unión, son elementos centrales para entender qué está pasando en Estados Unidos versión 2018.

Muchos ponen el foco en su personalidad, en su frenesí tuitero, o en sus escándalos, pero tanto incidente impide a veces ver otras cosas que pasan en ese país. Se necesita distinguir entre el personaje y su gobierno, que suelen ser analizados sólo en aquello que abarca al cuestionado presidente y no en la tarea que emprende su gobierno.

Como se ha señalado en la política norteamericana, parece que la opinión pública se ha tomado los dichos de Trump de forma literal (construcción del muro, por ejemplo), pero no lo ha tomado en serio (abordar el tema de la inmigración con otra estrategia), mientras que muchos votantes sí tomaron sus palabras en serio, pero no de forma literal. Puede que en ese pequeño pero relevante matiz se explique parte de lo que está pasando en EEUU.

La visita de Trump a Davos fue un hito porque es el primer presidente norteamericano en ir desde Bill Clinton, y porque todo el mundo asumía que su proteccionismo limitaba su participación en ese tipo de instancias. Pero fue, y dijo que Estados Unidos en primer lugar no significa que esté solo o aislado. Significa dar prioridad a su desarrollo y crecimiento, a través de condiciones justas para el intercambio y el comercio. Abrió las puertas para una nueva era de relaciones comerciales.

El discurso del Estado de la Unión constituye también una pieza central de su agenda: reactivar la economía y generar un repunte en los empleos. Para lograr estos objetivos, Trump ha promovido un conjunto de iniciativas -no todas con éxito- para dar un nuevo impulso a su país.

La fallida reforma al Obama Care fue concebida por los republicanos más como un plan de mejora en la política fiscal y el gasto público que un nuevo plan de salud. La segunda herramienta fue la reforma tributaria, donde para muchos la administración Trump se anotó un triunfo político al aprobarla, y un posible triunfo programático dado que se espera un fuerte boom de inversión y crecimiento como consecuencia de su implementación. Una tercera medida -muy interesante de observar para Chile- es su reforma regulatoria. El criterio ha sido evitar exceso de regulación que afecte el desarrollo de los mercados. La regulación debe tener sentido y no generar costos adicionales. Así, la regla propuesta por la administración es que por cada nueva regulación por introducir, se deben eliminar dos existentes. Además, encargó a los servicios públicos que el costo (efecto) de implementar cualquier regulación nueva debe ser cero (neutralidad de la regulación) o menor a lo existente en la actualidad.

Por último, el anunciado -aunque poco conocido- plan de inversión en infraestructura, genera expectación sobre nuevas inversiones y crecimiento para los próximos años.

Es difícil pretender asignar todos los resultados económicos a la gestión de un gobierno, pero tras un año de administración los resultados parecen positivos: mayor crecimiento económico, menor nivel de desempleo en décadas, más de 2,4 millones de trabajos creados en un año, según dijo en su discurso, el menor nivel de desempleo histórico en minorías como afroamericanos o hispanos. En síntesis, la economía anda bien y se proyecta que seguirá esa senda. Muchos hablan del Estados Unidos polarizado y dividido, pero cuidado con lecturas simplistas. Más allá del personaje y la figura presidencial, existe un gobierno y una administración que tienen una agenda económica que está logrando resultados y que debe ser analizada con detención y sin prejuicios. Por ello, junto con la trama rusa, el muro y Fire and Fury, vale también la pena revisar los resultados económicos y leer los mensajes de Trump en Davos y en el Estado de la Unión. (DF)

Ernesto Silva

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