Un encuentro histórico se produjo esta jornada. En la madrugada de nuestro país,el Presidente de los EE.UU, Donald Trump se reunió con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en la Zona Desmilitarizada (DMZ), la franja fronteriza entre las dos Coreas, y desde la línea de demarcación caminaron juntos a suelo norcoreano. Por un breve momento, Trump se convirtió en el primer mandatario estadounidense en pisar territorio de un país considerado enemigo.
Ambos se saludaron con un apretón de manos e intercambiaron unas breves palabras. Kim afirmó: “Me alegro de verle de nuevo. No esperaba verle jamás en este lugar”.
“Se trata de un momento histórico que pretende poner fin al conflicto en la península”, explicó el lider norcoreano, quien añadió que el gesto de Trump ha sido “valiente” y que demuestra “su voluntad de eliminar todo el pasado de infortunio y abrir un futuro nuevo”.
Por su parte, el presidente estadounidense declaró que “están pasando cosas muy positivas” en la península a raíz del acercamiento entre Washington y Pionyang iniciado el año pasado, con el que se busca conseguir un acuerdo sobre la desnuclearización de Corea del Norte.
El encuentro, surgido de manera informal, contó con el apoyo del presidente surcoreano, Moon Jae-in (quien sin embargo, se abstuvo de participar), una figura clave para mediar en el proceso. Trump arribó el sábado a Seúl, donde manifestó su deseo de reunirse con Kim. Ya lo había intentado en 2017, pero en esa ocasión no lo consiguió.
Precisamente, el acuerdo sobre armas nucleares es el asunto que ocupa a los dos líderes, quienes se reunieron durante casi una hora a puertas cerradas. Originalmente se habló que el encuentro sería breve, pero se alargó por casi una hora.
Las conversaciones entre Pionyang y Washington estaban estancadas desde el desencuentro que mostraron ambos líderes con respecto al modelo para desnuclearizar Corea del Norte durante la cumbre de febrero celebrada en Hanói.En la capital vietnamita, Kim abogó por una desnuclearización gradual acompañada del progresivo levantamiento de sanciones, una oferta que Washington consideró inaceptable, ya que sostiene que no relajará sanción alguna mientras el régimen no elimine sus programas nuclear, de misiles y de armas químicas y biológicas. Desde entonces, Corea del Norte había endurecido el tono, reclamando a EEUU retornar a la mesa con una postura más flexible, e incluso realizó dos pruebas de misiles.
Tras la cita, el titular de la Casa Blanca aseguró que fue “una reunión muy consistente” y que “no hay prisa” por completar la desnuclearización de Corea del Norte. Agregó que “en las próximas dos o tres semanas van a empezar a trabajar los equipos”, y que al frente de la delegación estadounidense van a estar el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el enviado especial de EEUU para la zona, Stephen Biegun.
Agencias