El precandidato republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton consiguieron importantes victorias este martes en medio del proceso para asegurar la nominación de sus partidos en las elecciones presidenciales de este año en Estados Unidos.
En el «Súper Martes», el día más importante de las primarias para elegir los candidatos que competirán el 8 de noviembre para suceder al presidente Barack Obama, Trump y Clinton demostraron ser los favoritos indiscutibles.
Ahora están bajo presión para demostrar que pueden unificar a los votantes en sus respectivos partidos y evitar una división potencialmente desastrosa en sus filas que podría dañarlos en las elecciones.
Las cadenas de televisión estadounidenses proyectaron que tanto Trump, de 69 años, como Clinton, de 68, ganaron en siete de los 12 estados que votaron el martes. El republicano obtuvo 285 delegados, mientras que la demócrata se quedó con 554.
El republicano Ted Cruz, senador por Texas, ganó en su estado de origen, en la vecina Oklahoma y en Alaska. Las proyecciones apuntaban a que el senador por Florida Marco Rubio, favorito del liderazgo del Partido Republicano, vencería en Minnesota. Cruz reunió a 161 delegados, mientras que Rubio llegó a 87.
El rival de Clinton, Bernie Sanders, un senador que se define como socialista democrático, también ganó en su estado natal Vermont junto con Colorado, Minnesota y Oklahoma, y prometió continuar la batalla por la nominación en los 35 estados que aún tienen que votar.
Trump, un magnate inmobiliario y ex estrella de televisión, ha desafiado todas las expectativas con sus promesas de campaña, como construir un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos con México y deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales.
La idea de una victoria de Trump ha alarmado a los líderes del Partido Republicano, muchos de los cuales no comparten las posiciones políticas del empresario y sienten que Clinton lo derrotaría fácilmente en noviembre.
«Soy un unificador», dijo Trump a la prensa en Palm Beach, Florida. «Me gustaría ver al Partido Republicano unificado y cuando nos unimos, no hay nadie que nos supere», agregó.
Clinton, que todavía se enfrenta a un bien financiado Sanders, a pesar de haber tomado el control de la carrera demócrata, se mostró ansiosa por atacar a Trump como una manera de conseguir que los votantes demócratas se acostumbren a la idea de verla como la candidata del partido.
«Lo que se juega en esta elección nunca ha sido más relevante y la retórica que hemos escuchado de la otra parte nunca ha sido más miserable», dijo la ex secretaria de Estado a sus partidarios en Miami. «Tratar de dividir a Estados Unidos entre nosotros y ellos está mal y no vamos a dejar que suceda», agregó.
Ahora están bajo presión para demostrar que pueden unificar a los votantes en sus respectivos partidos y evitar una división potencialmente desastrosa en sus filas que podría dañarlos en las elecciones.
Las cadenas de televisión estadounidenses proyectaron que tanto Trump, de 69 años, como Clinton, de 68, ganaron en siete de los 12 estados que votaron el martes. El republicano obtuvo 285 delegados, mientras que la demócrata se quedó con 554.
El republicano Ted Cruz, senador por Texas, ganó en su estado de origen, en la vecina Oklahoma y en Alaska. Las proyecciones apuntaban a que el senador por Florida Marco Rubio, favorito del liderazgo del Partido Republicano, vencería en Minnesota. Cruz reunió a 161 delegados, mientras que Rubio llegó a 87.
El rival de Clinton, Bernie Sanders, un senador que se define como socialista democrático, también ganó en su estado natal Vermont junto con Colorado, Minnesota y Oklahoma, y prometió continuar la batalla por la nominación en los 35 estados que aún tienen que votar.
Trump, un magnate inmobiliario y ex estrella de televisión, ha desafiado todas las expectativas con sus promesas de campaña, como construir un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos con México y deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales.
La idea de una victoria de Trump ha alarmado a los líderes del Partido Republicano, muchos de los cuales no comparten las posiciones políticas del empresario y sienten que Clinton lo derrotaría fácilmente en noviembre.
«Soy un unificador», dijo Trump a la prensa en Palm Beach, Florida. «Me gustaría ver al Partido Republicano unificado y cuando nos unimos, no hay nadie que nos supere», agregó.
Clinton, que todavía se enfrenta a un bien financiado Sanders, a pesar de haber tomado el control de la carrera demócrata, se mostró ansiosa por atacar a Trump como una manera de conseguir que los votantes demócratas se acostumbren a la idea de verla como la candidata del partido.
«Lo que se juega en esta elección nunca ha sido más relevante y la retórica que hemos escuchado de la otra parte nunca ha sido más miserable», dijo la ex secretaria de Estado a sus partidarios en Miami. «Tratar de dividir a Estados Unidos entre nosotros y ellos está mal y no vamos a dejar que suceda», agregó.