Una alternativa para noviembre

Una alternativa para noviembre

Compartir

Exactamente en un mes más, en la noche de ese día, la izquierda tendrá a su candidato presidencial, que emergerá entre Daniel Jadue y Gabriel Boric. A la misma hora el mismo día, la derecha tendrá dos candidatos presidenciales: el primero saldrá del resultado de la primaria legal entre Lavín, Desbordes, Briones y Sichel y el otro será el líder de los republicanos, José Antonio Kast.

Esa misma noche de ese mismo día, la Unidad Constituyente tendrá a tres candidatos: Paula Narváez, apoyada por el Partido Socialista, el PPD, el Partido Liberal y el Movimiento Nuevo Trato; Carlos Maldonado, apoyado por el Partido Radical, y en las sombras la senadora Yasna Provoste, apoyada por el Partido Demócrata Cristiano. Debido a los errores cometidos, como ya sabemos el 17, 18 y 19 de mayo, estos candidatos no tendrán primarias legales.

Sin embargo, estas tres candidaturas y las fuerzas políticas y sociales que las respaldan constituyen una fuerza política y electoral sustantiva a partir de los resultados de las últimas cinco elecciones. Es así como en la elección de los convencionales, que fue el peor resultado, la centroizquierda obtuvo el 14,5% de los votos, lo que permitió elegir 25 constituyentes; en la elección de alcaldes y alcaldesas, con el 24% de los votos, la Unidad Constituyente eligió 129 líderes municipales, superando a todas las otras fuerzas, incluidos los independientes. Asimismo, en la elección de concejales la centroizquierda obtuvo la primera mayoría con el 33,4% de los votos, eligiendo 1.010 concejales y concejalas; en la primera vuelta de gobernadores regionales la Unidad Constituyente fue también la primera fuerza política en votos, ratificado por el 26% de los votos, reforzado este resultado el domingo pasado en la segunda vuelta de gobernadores regionales, donde triunfó en 11 de las 13 regiones que competían.

Esta fuerza política social y electoral debe ser una alternativa en la primera vuelta presidencial de noviembre. Para lograrlo debe llevar una sola candidatura y eso hace necesario buscar el mecanismo adecuado para resolver dicho liderazgo. En el Chile de hoy la ciudadanía demanda participación en la decisiones fundamentales y nadie entendería que para resolver la candidatura única esta se decidiera en un acuerdo político cupular.

Dado lo anterior, el único camino posible y de respaldo ciudadano es concurrir a una primaria ciudadana organizada por los comandos y los partidos que convoquen a los miles y miles de ciudadanos que optan por la centroizquierda a dirimir su liderazgo presidencial. Objetivamente una primaria ciudadana no tiene las ventajas financieras ni comunicacionales de una primaria legal, como lo que presenciaremos el 18 de julio en la izquierda y en la derecha; sin embargo, esas dificultades son ampliamente compensadas por la participación de los ciudadanos y ciudadanas en una consulta.

Ni el financiamiento requerido ni la organización pueden ser obstáculos para suprimir el voto de los ciudadanos. En paralelo, la centroizquierda debe construir una lista parlamentaria común con el objetivo de respaldar tanto el programa de gobierno del liderazgo presidencial del sector como, asimismo, ante un eventual triunfo en segunda vuelta de dicho liderazgo comprometer su respaldo legislativo a dicho programa.

Finalmente, levantar la opción de la centroizquierda para noviembre constituye una expresión de responsabilidad frente al país dado que el triunfo de la izquierda que hoy día conocemos y de la derecha que también conocemos, representarían sin duda una tensión en la sociedad. En mi opinión, en la situación económica, social y política del país, la centroizquierda ofrece transformaciones profundas que solicite la ciudadanía, pero realizadas en forma responsable, equilibradas y dando garantías de gobernabilidad. (El Mercurio)

Francisco Vidal

Dejar una respuesta