Desde la crisis subprime de 2008 el rol del Estado en la economía ha tomado más protagonismo a nivel mundial. Aquello ha ocurrido por la naturaleza de los desafíos. En 15 años el mundo ha tenido que salir de una crisis financiera generalizada, hacer funcionar la economía en pandemia, y comenzado a enfrentar —tarde, pero con decisión— su mayor desafío, la carbono neutralidad. Los instrumentos han sido diversos, pero la política económica ha tenido mucho más de “hacer” que de “dejar hacer”.
Chile está haciendo lo propio. Con la ventaja de tener acceso a cobre, litio y energías renovables, y una política de transformación energética exitosa hace ya una década, tal que —lejos de ser una traba— permite hacer de la lucha mundial contra la crisis climática el motor principal de nuestro desarrollo. En ese contexto, hemos empezado a encontrar visiones comunes en materia de estrategia económica. Estos dos elementos, nuestra oportunidad y la posibilidad de consensuar un camino, se expresan nítidamente en el caso de la industria del hidrógeno verde y del litio.
Chile tiene una sólida estrategia, elaborada por el ex ministro Jobet, para transformarse en un líder mundial en la producción de hidrógeno verde y derivados. A su vez, el desafiante plan de acción para implementar tal estrategia es liderado por el ministro Pardow. En este marco y con la presencia del Presidente Boric, el 15 de diciembre de 2023 se firmó en Magallanes un inédito acuerdo entre los Gobiernos Regional y Nacional y la Asociación Gremial de Productores de Hidrógeno Verde y sus Derivados de Magallanes, en el cual se comprometen acciones específicas en materia de desarrollo de capacidades humanas, encadenamientos productivos, innovación tecnológica, infraestructura común y el desarrollo armónico de la región en torno a esta industria.
La novedad de este acuerdo tripartito está en la oportunidad y en la forma en que se piensa la interacción público-privada. La oportunidad, porque es el comienzo a nivel mundial de una industria con gran potencial tecnológico y porque la asociación gremial firmante agrupa potenciales proyectos de inversión por más de 60 mil millones de dólares. La forma, ya que se trata de un tipo de política industrial donde actores públicos y privados descubren de manera dinámica y conjunta cuáles son los desafíos y oportunidades en el desarrollo de un sector y trabajan en el diseño de soluciones.
Esta interacción va a permitir, por ejemplo, que las empresas hagan estimaciones precisas del tipo de competencias e insumos que van a demandar; de manera que el Estado pueda articular las políticas educacionales, de capacitación, de fomento y desarrollo tecnológico, para lograr mejores empleos en Magallanes y un encadenamiento productivo de alto contenido tecnológico, tanto en la región como en el resto del país.
En lo que respecta a litio, Codelco ha anunciado hace pocos días la firma de un histórico acuerdo entre la minera estatal y SQM, para crear en 2025 una nueva empresa público-privada que realice la extracción de litio en el Salar de Atacama. Es un paso fundamental en la Estrategia Nacional del Litio que lidera la ministra Williams. De esta forma, Codelco ha cumplido eficientemente la tarea encomendada por el Presidente Boric: participar con el 50% + 1 de las acciones en la producción de litio en el Salar de Atacama, transformándose —en solo un año— en una de las empresas líderes a nivel mundial en materia de litio, acumulando conocimiento y aumentando los recursos para el desarrollo futuro de Chile.
Una virtud de este acuerdo es que este cambio paradigmático se hará sin disrupciones en la producción (de hecho, generando condiciones para que aumente en el corto plazo) y sin incertidumbre. A su vez, vale la pena resaltar que dos ex ministros de Minería de gobiernos de la actual oposición (Jobet y Golborne) han valorado el acuerdo por lo que significará para el desarrollo del país.
Estos dos acuerdos dan cuenta de la flexibilidad táctica y pragmatismo con que Chile se ha ido sumando a la tendencia mundial de un rol más protagónico del Estado en la economía. Articulando y coordinando en el caso del hidrógeno verde, y con un rol productivo en el caso del litio.
Con todo, ambas estrategias tienen como elemento fundante la alianza público-privada. Por las confianzas que tal alianza requiere es destacable que, sin soslayar nuestras diferencias políticas, las actuales autoridades demos continuidad y crédito a estrategias de gobiernos anteriores, y autoridades de tales gobiernos valoren los resultados de las nuevas estrategias que se suman.
Estas son señales nítidas de que como país somos capaces de construir un camino ambicioso, predecible y que perdure. (El Mercurio)
Nicolás Grau
Ministro de Economía, Fomento y Turismo