El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, dijo el martes que los reportes de que Estados Unidos lo investiga por narcotráfico son parte de una «campaña de difamación» contra el país sudamericano.
El lunes, el diario estadounidense The Wall Street Journal reportó que fiscales de EE.UU. investigan a Cabello y otros funcionarios del gobierno venezolano bajo cargos de corrupción y narcotráfico.
BBC Mundo pidió confirmación de los reportes a las autoridades de la justicia de EE.UU., pero se abstuvieron de comentar por el momento.
Hasta ahora lo más cercano a una declaración sobre el reportaje provino de una pregunta que se le hizo al respecto este martes al portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, durante su rueda de prensa diaria.
Se le preguntó si Washington está preocupado de que Venezuela se convierta en un «narcoestado».
Earnest dijo que su gobierno ya ha mostrado en el pasado preocupación sobre el tema, pero que no tenía detalles del reportaje del diario neoyorquino.
En Caracas, en una alocución en la Asamblea Nacional donde se aprobó un comunicado en su apoyo, Cabello pidió que se muestren pruebas de las acusaciones, pero no negó que haya una investigación en su contra en Estados Unidos.
«Los que me acusan hoy de narcotráfico que presenten una sola prueba, una solita (…) jamás pasaría por nuestras mentes meternos en algo que le cause daño a los jóvenes de Venezuela o del mundo», dijo Cabello.
El diputado venezolano, considerado el segundo hombre más importante dentro del gobierno, dijo que esta investigación es parte de una «campaña nacional e internacional de la derecha» para desprestigiar a la revolución socialista.
Horas más tarde en un mensaje televisado el presidente Nicolás Maduro defendió al diputado: «quien se mete con Diosdado se mete conmigo».
EE.UU. mantiene sanciones contra al menos 50 funcionarios del gobierno venezolano, a quienes acusa de narcotráfico y violación a los derechos humanos.
En diciembre, cuando se concretaron sanciones para siete funcionarios más, el presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó un decreto en el que califica a Venezuela de «amenaza» para la seguridad de su país.
El gobierno de Nicolás Maduro respondió al decreto con una ambiciosa campaña de rechazo en la que dijeron haber recolectado 10 millones de firmas para que el decreto se derogue.
En abril, Cabello demandó por difamación a tres medios opositores venezolanos después de que publicaron informes de prensa internacional según los cuales es investigado por narcotráfico en Estados Unidos.
La semana pasada Cabello confirmó que había solicitado al Ministerio Público dictar una medida de prohibición de salida del país a 22 de los directivos de estos tres medios de oposición.
La medida, así como la demanda, son consideradas por organizaciones de libertad de prensa como una forma de coartar a los medios críticos del gobierno.
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Análisis, Daniel Pardo, BBC Mundo, Caracas
Aunque no queda claro cómo estas investigaciones y sanciones de EE.UU. pueden limitar el quehacer de funcionarios más allá de impedirles salir de Venezuela, analistas coinciden en que, en términos de política interna, es más lo que se benefician.
La popularidad del presidente Maduro tuvo un repunte este año que encuestadores atribuyeron a las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Venezuela se prepara para unas elecciones legislativas a finales de este año a las que la bancada oficialista llega golpeada por los gajes de la crisis económica que vive el país.