El adelanto de la Navidad en Venezuela se ha vuelto toda una tradición chavista, y este año no fue la excepción. Claro que esta vez fue más extremo. Las fiestas se anticiparon en casi dos meses, a este jueves 15 de octubre. Se trata de una iniciativa del gobierno de Nicolás Maduro con el que pretende reimpulsar el comercio nacional y camuflar el desgaste económico en el país. El miércoles ya había informado que se adquirirían 10 millones de juguetes como parte del plan “Navidades Felices y Seguras”.
Así, Maduro anunció ayer en un discurso a través de medios oficialistas como la cadena VTV y con una fotografía de él junto a su esposa, Cilia Flores, seis medidas para impulsar el comercio nacional durante estos meses a fin de garantizar que las familias venezolanas puedan disfrutar de la época festiva bajo el esquema de “nueva normalidad” protegiéndose de la pandemia.
“Estamos pensando en las navidades felices, cierre de año, de movimiento, de oxígeno para la economía, para el comercio, para la familia”, sostuvo el mandatario venezolano.
Estas medidas incluyen la reapertura paulatina de lugares turísticos en el país a partir del 1 de diciembre bajo protocolos estrictos de seguridad, tras registrarse en el país una “tendencia sostenida” de disminución de contagios de Covid-19, según el mandatario; la garantía que el denominado “combo hallaquero” (hallaca es un tamal tradicional de Venezuela, que consiste en una masa de harina de maíz rellena con guiso de carne) y el pernil de cerdo se adquieran a precios justos a través de una relación directa con los agricultores y los supermercados, para su distribución a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción.
Sobre el pernil de cerdo, el mandatario informó el miércoles que ya cuentan con siete mil toneladas de pernil para la época decembrina. Esto porque en los últimos años ha fracasado la distribución de este corte de cerdo. De hecho, en los dos últimos años Maduro ha acusado a Portugal de bloquear la llegada del pernil.
Por otro lado, el gobierno prometió microcréditos para las nuevas Pymes, para que puedan ingresar inmediatamente a la actividad económica durante la época decembrina, así como la instalación de ferias navideñas con previa autorización de las autoridades locales y el cumplimiento de medidas sanitarias (en sitios abiertos y con un aforo máximo). Asimismo, garantizó la compra de regalos navideños, al fomentar alianzas y acercamientos entre la industria y distribuidores de los diferentes artículos.
“Hemos estudiado permitir las ferias navideñas con previa aprobación de las alcaldías, medidas de distanciamiento, separación de puestos, bioseguridad con sus respectivos protocolos solo en sitios abiertos y con un máximo de personas”, expresó Maduro.
El anunció del gobierno trajo de inmediato críticas a través de las redes sociales, en donde muchos venezolanos aseguraron que este no era un buen momento para adelantar la Navidad sino para responder a todos los problemas por los que estaba atravesando el país.
El año pasado, Maduro adelantó la Navidad para el 1 de noviembre y en 2018 lo hizo para el 23 de noviembre. Según escribió el diario El País el año pasado, el adelanto de las bonificaciones y el festejo navideño “lucen como una conjura para disuadir el descontento que se vive en el país no solo por la caída de la economía, sino por el deterioro de los servicios públicos, la falta de gasolina y de gas doméstico para cocinar”.Migrantes venezolanos caminan hacia la frontera con Colombia, en San Cristóbal, Venezuela, el 12 de octubre. Foto: Reuters
Además, este año Maduro pretendería impulsar el voto de los venezolanos de cara a los comicios parlamentarios del 6 de diciembre. “Mientras un dictador desconectado de la realidad pretende abstraer al país de la emergencia que generó decretando un inicio de la Navidad, al menos 30 sectores en Aragua están afectados no sólo por un desastre natural, también por el abandono de un régimen sin respuestas”, protestó Juan Guaidó, líder de la oposición.
El plan de adelanto de la Navidad en Venezuela recuerda otros planes “insólitos” decretados por Maduro para intentar reflotar su economía, como el “Plan Conejo” en 2017. En esa oportunidad el gobierno pidió a los venezolanos que vieran al conejo como algo más que una “bonita mascota”, buscando defender un plan que promovía su cría y consumo. “El conejo no es una mascota, son dos kilos y medio de carne con alta proteína y sin colesterol”, afirmó en ese momento Freddy Bernal, ministro para la Agricultura Urbana.
Y en marzo de este año, en medio de la escasez y la crisis económica, Maduro instó a las mujeres a procrear. “¡A parir pues, a parir! Todas las mujeres, a tener seis hijos, ¡todas! Que crezca la patria”, dijo en un acto sobre el “Plan Nacional de Parto Humanizado y Lactancia Materna”. El mandatario felicitó a una embarazada por su sexto hijo y alabó el papel de la mujer, diciendo que lo más importante que tiene Venezuela son sus mujeres embarazadas. (La Tercera)