El miércoles 8 de enero, Icare convocó al encuentro “Un pacto por el crecimiento”. La importancia del mismo radicó en que se plantearon los problemas que tiene Chile y una propuesta de creación de un paraguas institucional transversal a través de un Consejo Económico y Social permanente con mirada de futuro. Los actores le dieron calidad y relevancia a esta reunión. Diagnóstico y propuesta. Los dirigentes políticos debían comprometerse o no.
Comenzó el debate el ministro Marcel, cuya larga explicación del bajo crecimiento no fue del todo satisfactoria, planteando que las cosas se deben hacer distintas. Tiene toda la razón. ¿Por qué no se han hecho distintas? Sería la pregunta.
Al ex Presidente Eduardo Frei lo avala su experiencia y gestión de gobierno. Impulsó un crecimiento económico sostenido y una política de apertura comercial. Implementó el Sistema de Concesiones, incorporando financiamiento privado en obras públicas; modernizó la infraestructura del país, invirtiendo más de dos billones de pesos en obras hidráulicas, viales, portuarias y aeroportuarias; descentralizó y modernizó los principales puertos del país; consolidó más de 1.500 kilómetros de la principal carretera con estándar de doble vía; aumentó la jornada escolar, implementando gradualmente la jornada completa en todos los establecimientos; elevó las remuneraciones de los profesores y los capacitó; mejoró la infraestructura educativa y modificó los programas de estudio; permitió el acceso de los estudiantes a las tecnologías de la información; y mucho más. Todo esto le dio a Chile la posibilidad de abrirse al mundo, contar con infraestructura admirable y ser un ejemplo en la región. Parte de los gloriosos treinta años. Es inexplicable a toda razón y juicio, que se los haya vilipendiado en el 2019 como lema del octubrismo violento. Todo ello se logro con altas tasas de crecimiento económico.
Con la libertad que lo caracteriza al ex Presidente, movilizó el ambiente al decir con vehemencia, “el actual crecimiento económico es mediocre, y “con el crimen no se puede dormir”, destacando dos de los temas que más preocupan a la ciudadanía. Se preguntó ¿Cuántos proyectos ha sacado este gobierno? Y se respondió: “Importantes, se cuentan con los dedos de la mano”. Recordar que el encuentro de Icare del año anterior se llamó “inmovilismo. Nada cambió. Recordó la velocidad de expansión de las obras publicas en el pasado versus la burocracia actual.
El ex Presidente Frei dijo: “En mi gobierno crecíamos al 5, al 6, al 7 por ciento y nos sobraba la plata”, como feroz crítica al bajo crecimiento económico que actualmente tiene el país. El Presidente Boric le respondió por los medios: “En Chile nunca ha sobrado la plata”. Si no ha sobrado la plata, la deberían haber cuidado más. Contrataron más de 110 mil empleados públicos; varios ministerios no ejecutaron su presupuesto; los casos de corrupción en las Fundaciones -Democracia Viva, Procultura y varias más- a través de las cuales desaparecieron varios miles de millones de todos los chilenos. Ni hablar del costo del octubrismo y la reparación del Metro y todo lo destruido. ¿Esa plata sobraba que no les importó que se dilapide así?
Hace diez años que la economía está estancada y si nada cambia se proyecta un bajo crecimiento para la próxima década. Ignacio Briones dijo: “Chile tuvo un pacto de desarrollo implícito en su época dorada de crecimiento”. “Tuvo una épica país que fue capaz de convocar y alinear a los actores en el que fue el periodo de desarrollo económico y social más exitoso de nuestra historia republicana”. Propone: “Pasar de las palabras a la acción.” Ello requiere de la construcción de una hoja de ruta.
Ignacio Briones junto a Oscar Landerretche, Rafael Bergoeing y Andrea Butelman presentaron un documento que llamaron “13 verdades incomodas” invitando a los presidentes de los partidos políticos presentes a comprometerse a ser parte del Consejo Económico y Social.
La presentación elaborada por estos cuatro economistas y fue presentada por Oscar Landerretche Dice lo siguiente en forma resumida:
“La primera verdad incómoda se refiere a la creación de confianzas de que los beneficios le llegaran a la mayoría: detener el flujo migratorio ilegal; eliminar la informalidad laboral; tolerancia cero a la corrupción; seguridad y combate al crimen organizado; incrementar la participación femenina.
La segunda menciona la reforma al sistema político: el problema de gobernabilidad y la incapacidad creciente para lograr acuerdos requieren de este primer paso.
La tercera verdad incomoda trata sobre el aprovechamiento de los recursos naturales y energía, fuente de riqueza que no se puede desperdiciar.
La cuarta verdad incómoda: derribar los palos a la rueda que se le han puesto a la inversión; permisología; simplificación regulatoria; evaluación ambiental que considere beneficios además de costos, igualdad ante la ley sin grupos con poder de veto, o con derechos preferentes; reducción de la judicialización de proyectos aprobados.
La quinta verdad incómoda: reactivar progresivamente la inversión en infraestructura; concesiones 4.0; derrotar el déficit de vivienda; calidad de vida urbana; agua, desalinizadoras; cárceles, hospitales, consultorios; carreteras, puertos, trenes de carga y redes logísticas.
La sexta verdad incómoda se refiere al sistema tributario: el SII debe afilarse los dientes junto a un régimen de invariabilidad tributaria.
La séptima verdad incómoda: la educación. Recuperar las escuelas del Estado; los mejores alumnos a la carrera docente; meta nacional en competencias y aprendizaje; concurso internacional para traer profesores y directores de excelencia del mundo hispano parlante por un tiempo
La octava verdad incómoda se refiere a un plan de re-entrenamiento de la fuerza laboral. La novena habla de la competencia –sin meter la cola- ser pro mercado en vez de pro incumbentes. La décima señala la necesidad de abrir el debate para que las Pymes crezcan. La onceava se refiere a la reforma al empleo público, sin la cual no hay reforma del Estado posible. La doceava se refiere a que sin ciencia, investigación y desarrollo no hay nueva fase de crecimiento. La última y número trece, trata sobre pasar de una regulación laboral para el siglo XX a una para el siglo XXI. “
El gran desafío que se propuso Icare, fue preguntarles si se comprometían con este Consejo y si coincidían con el diagnostico, a presidentes de partidos políticos relevantes como Paulina Vodanovic (PS), Constanza Martínez (FA), Rodrigo Galilea (RN), Guillermo Ramírez (UDI) y Arturo Squella (PR). Hubo compromiso con distintas intensidades. Una coincidencia unánime fue que las Subsecretarias de Estado no deben ser por cuoteo político sino por concurso de Alta Dirección Pública. Otra fue el tema regulatorio que debe mejorarse y hacerse cumplir. La reforma al sistema político también fue parte de la discusión, como la modernización del Estado. Enriquecedor y necesario diálogo.
Qué distinto sería si esto fuera lo habitual, eso sí, con vocación de acuerdo.
El diagnóstico presentado ya muestra un camino de trabajo que ojalá se comenzara lo antes posible. Aunque incomode. (El Líbero)
Iris Boeninger
