El oficialismo ha permanecido en un torbellino durante las últimas 48 horas. El puntapié lo dio el miércoles el diputado Gonzalo Winter (Convergencia Social), quien destapó una olla a presión que en parte de la alianza del Presidente Gabriel Boric hervía hacía tiempo.
En conversación con 32 Minutos, el parlamentario dijo que “el gobierno ha cometido un error”: en “su afán de acuerdos”, parece que “lo que empuja este gobierno no es la justicia social, sino el acuerdo mismo”. Luego, hizo una autocrítica: “Nosotros (los partidos de izquierda) hemos fallado en nuestro rol de dar una disputa política e ideológica que le facilite al gobierno su tarea de ejecutar el programa que nosotros mismos produjimos”.
Si bien desde el Socialismo Democrático fueron varias las críticas a Winter -y al Frente Amplio en general- por lo que dijo, lo cierto es que la coalición hizo lo propio.
Ayer, en un conversatorio organizado por la NAU, el exministro Francisco Vidal, quien enfatizó que hablaba como militante PPD y no como presidente del directorio de TVN, criticó comunicacionalmente al Ejecutivo: “Nos falta en nuestras reformas estructurales sacar al pizarrón a la derecha (…). Hay que colocar a la derecha contra la ciudadanía en los proyectos”.
El exvocero de gobierno fue un paso más allá y criticó explícitamente al gobierno del Presidente Boric. “En gestión estamos llenos de metidas de patas, estamos llenos de autogoles. Se entiende: la generación del Frente Amplio pasó de su fundación o de la universidad a ser jefe de gabinete o ministro”.
Así, desde ambas coaliciones se emitieron críticas ácidas que, de alguna forma, coinciden en los cuestionamientos al factor comunicacional y en la relevancia de mostrar que los ideales del oficialismo pueden ser mejores que los de la derecha. Un punto que es compartido en buena parte de la alianza de gobierno.
Por ejemplo, esta tarde la diputada Emilia Schneider (Convergencia Social) publicó en redes sociales que “es urgente e importante que la izquierda defienda con fuerza sus ideas porque sí mejoran la vida de la gente”.
El jefe de bancada de los socialistas en la Cámara de Diputados, Daniel Manouchehri, señaló que “las fuerzas progresistas no han tenido la suficiente fuerza para crear consciencia en la población respecto de la importancia de avanzar en materias relevantes”.
Según él, “muchas veces hay más interés en marcar diferencias entre las supuestas almas del oficialismo que con la derecha. Eso ha generado, por ejemplo, que en la población haya gente que esté en contra de la solidaridad en pensiones, siendo que ellos mismos serían los beneficiados (…). La pedagogía ciudadana es esencial en la política y no se le da la importancia que esto tiene”.
En tanto, el diputado Jaime Sáez, de Revolución Democrática, dijo que “evidentemente hay un tema comunicacional asociado a la narrativa, para que una historia resulte atractiva para el público. La política no es ajena a ese fenómeno, es importante establecer los antagonismos, contra qué o contra quiénes uno da una disputa. (…). En la búsqueda del pragmatismo necesario para poder gobernar adecuadamente se pierde un poco esa forma de poder encarar la realidad”.
A modo de ejemplo, el parlamentario afirmó que “en materia de pensiones evidentemente el antagonismo no ha estado bien elaborado por nosotros mismos: quienes promovemos la seguridad social, que se tiene que traducir en mejores pensiones para la gente, versus quienes defienden un modelo de capitalización individual que ha sido incapaz de entregar buenas pensiones”.
Más allá de lo estrictamente comunicacional, en el Frente Amplio se viene dando desde hace tiempo una conversación sobre la “lucha ideológica”. Específicamente, según reconocen algunos dirigentes, desde el 4 de septiembre de 2022, cuando la opción Rechazo se impuso en el plebiscito de la propuesta de nueva Constitución emitida por la Convención. En esa instancia, según interpretan algunos, gran parte de las ideas que la coalición empujaba y que consideraba justas perdieron, lo que ha hecho que en la coalición cuestionan algunas de sus banderas de lucha y el lugar que estas tienen en el gobierno del Presidente Boric.
En línea con Winter, dentro del Frente Amplio enfatizan que la batalla de las ideas no se ha perdido. Para ellos la prueba de eso es el más reciente fracaso constitucional, en que se rechazó el proyecto de Carta Magna que redactó el Consejo Constitucional con mayoría de derecha, lo que evidenció, según creen en la coalición, que ningún sector tiene un “discurso hegemónico”.
Sin embargo, en la coalición también son conscientes de que hoy el contexto es particular. En esa línea, hay dirigentes que sugieren que, por más “disputas ideológicas” que den, eso no cambiará las votaciones en el Congreso. Quizás, dicen, hubo un momento en que eso sí se pudo: en el marco del estallido social. Por lo mismo, algunos frenteamplistas hoy ven hacia atrás y perciben que desaprovecharon la oportunidad de apostar por logros concretos -como una reforma previsional- en lugar de la alternativa más simbólica -como la redacción de una nueva Constitución-.
En el Frente Amplio también hacen un matiz frente a las declaraciones de Vidal. Para ellos, hablar de “autogoles” resulta un exceso. De hecho, esta mañana, en Radio Universo, el propio Winter respondió al exvocero. En concreto, le hizo un llamado a que “no sea injusto con echarle la culpa de esto al Frente Amplio y mucho menos a nuestra edad (…). No es cierto que no hayamos hecho nada en nuestras vidas (…). Le recuerdo que la ministra del Interior, el ministro de Hacienda, la ministra de Defensa, el canciller, la ministra de Salud, la ministra de Obras Públicas, la ministra vocera del gobierno, el ministro de Segpres no son del Frente Amplio (…)”.
Y remató: “Que me venga a decir que el problema de gestión del gobierno está radicado (…) en un tipo de gente que está como genéticamente alterada para cagarla, cuando esa gente no es la que está hegemonizando el gobierno (…). Son frescos”.
De todas formas, en el Socialismo Democrático hay quienes rechazan con fuerza la tesis de Winter, en particular lo que se refiere a la “disputa ideológica”. Y es que para la coalición que agrupa al PS, el PPD, el Partido Radical y el Partido Liberal ha sido una constante el sentirse distantes del programa de gobierno con el que llegó Boric a La Moneda, puesto que ellos, a diferencia de los partidos que integraron Apruebo Dignidad, se sumaron a su campaña recién en la segunda vuelta.
Por ejemplo, el presidente del Partido Liberal, Juan Carlos Urzúa, dijo que “no coincido con el diagnostico. El inicio del gobierno no daba para luchas ideológicas, porque tenía que resolver problemas básicos: volver a crecer, reducir la inflación y la delincuencia. Son temas transversales que poco y nada tienen que ver con la disputa ideológica”.
El diputado Raúl Soto, del PPD, sostuvo que “Gonzalo Winter está en lo pequeño, tratando de cuidar el nicho electoral del Frente Amplio, no está con mirada larga, pensando en las mayorías del país, en el bien común. Ese concepto parece extraviado para algunos. Cuando gobiernas, lo haces para todos los chilenos, no solo para los militantes de tu partido. Eso es algo que les ha costado comprender”.
Por su parte, la presidenta del Partido Socialista, la senadora Paulina Vodanovic, afirmó esta mañana en Radio Cooperativa que apreciaciones como la de Winter “no son útiles en momentos en que tenemos una derecha muy dura, una derecha que es reticente a los cambios y, particularmente, a solucionar los temas que afectan a la gente”.
Esta tarde, consultada por la prensa con respecto a los dichos de Winter, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, señaló que “lo importante para nosotros no son las polémicas ni los mensajes a través de la prensa, sino que son el construir un ánimo y un estado de conversación que nos permita avanzar. Eso es lo que requerimos, y eso implica ponerse a disposición de construir acuerdos para las personas. Eso es todo, y eso es lo que queremos”. (La Tercera)