Hasta el cierre de esta edición, el Presidente Gabriel Boric viajaba con destino a Santiago desde Brasil, donde participó como invitado de la Cumbre del G20. A su regreso, lo espera un verdadero caos en La Moneda. Y no es para menos: las declaraciones ante Fiscalía de autoridades -incluido él- y de distintos funcionarios de Interior, relativas al caso Monsalve, se han filtrado y han abierto espacio a cuestionamientos. El más recurrente: ¿por qué se guardó silencio y se mantuvo en el cargo al subsecretario del Interior Manuel Monsalve hasta que el asunto estalló públicamente el jueves 17 de octubre?
A través de las declaraciones, hoy se sabe que hasta ese día ya sumaban al menos 11 funcionarios y autoridades de gobierno que estaban al tanto de la denuncia por abuso sexual y violación interpuesta desde el lunes 14 por una asesora contra el exjefe civil de las policías, quien este martes enfrentó su segunda jornada de formalización y arriesga 15 años de presidio por esos delitos.
En su declaración ante los fiscales Xavier Armendáriz y Francisco Jacir, que dio a conocer The Clinic, el Presidente Boric reconoció que “tomé conocimiento de que existía una denuncia por abuso sexual y violación en contra del exsubsecretario Monsalve el día martes 15 de octubre, alrededor de las 16:00 horas, por habérmelo así indicado la ministra del Interior, Carolina Tohá”. Y agregó que ella le “indica que el director de la PDI, Sr. (Eduardo) Cerna, le informó que una funcionaria de la subsecretaría había denunciado por los delitos ya referidos”.
“Resolví de inmediato hablar con Monsalve, por lo que lo cito a La Moneda alrededor de las 20:30 horas, pues se encontraba en Valparaíso. Me reúno con él, y de inmediato me dice que quería hablar conmigo de algo delicado. Yo le digo que si es por la denuncia, y me dice que no sabía que existía denuncia”. Hasta ahí, son tres las autoridades que supieron del hecho dos días antes de que este estallara públicamente: Boric, Tohá y el propio Monsalve, quien dejó el cargo el 17 de octubre.
El jueves 10 de octubre, Monsalve le trasmitió a su jefe de gabinete, Gabriel de la Fuente, y a Gustavo Herrera, jefe directo de la denunciante, que el 22 de septiembre salió a comer con una asesora de su gabinete y que después de varios pisco sour había perdido la conciencia y que terminó en la habitación 719 del Hotel Panamericano con ella.
“Nos dice con estas palabras ‘les voy a contar una bomba, algo grave’. Pensamos cualquier cosa porque nunca había escuchado una expresión así de Monsalve (…). Me dice que la había invitado (a la denunciante) por WhatsApp a comer el día domingo 23, que había pedido por una aplicación tipo Uber un auto, que la había pasado a buscar a la calle donde vivía y se habían ido juntos a comer al Ají Seco Místico”, dijo De la Fuente en su declaración ante Fiscalía, publicada por El Mercurio.
Luego, relató que “subieron al segundo piso del restaurante, que pidieron pisco sour, comida y que luego pidieron otro pisco sour y que a partir de ahí no se acuerda de nada”. “Nos quedó mirando con cara de circunstancia y yo le pregunté si tuvo relaciones sexuales con ella y me dice que no, que no tuvo. Le pregunté cómo le constaba eso y dijo que no le constaba”, añadió.
De la Fuente no es el único funcionario de gobierno que supo del caso con anterioridad. A través de la declaración de la denunciante a la Fiscalía, que dio a conocer La Tercera, se supo también que varios supieron por boca de ella. Dentro de ese grupo está el sociólogo Camilo Araneda, quien es cercano al Presidente y ha compartido con él en instancias sociales. Ella le pidió ayuda y consejo tras los hechos ocurridos en el Hotel Panamericano la noche del 22 de septiembre.
“Él fue la última persona a quien le conté. Siento que en el momento necesitaba que alguien me ayudara a denunciar, a orientarme, porque no me atrevía”, dice la declaración de la denunciante que dio a conocer La Tercera.
Así como Araneda, la propia denunciante informó de los hechos -o de parte de ellos- a otros funcionarios de Interior, con quienes tenía mayor confianza, como al asesor socialista Ricardo Lillo, Catalina Arrey -una excompañera de la Digempol-, y a la periodista Ilse Sepúlveda.
En su declaración ante Fiscalía, Sepúlveda afirmó no recordar exactamente lo que le dijo a la víctima cuando ella le describió los hechos. “Yo le pude haber dicho que se fuera del país, pudo haber sido así, le estaba dando opciones para que estuviera mejor o dándole posibles soluciones porque ella no quería denunciar, estaba muy asustada (…). Recuerdo que le dije que podía negociar con la otra parte, porque como ningún de los dos recordaba nada de lo ocurrido esa noche, según lo que había comentado días antes, ver opciones de hacer una nueva vida en otro lugar”.
La mañana del martes, The Clinic dio a conocer que el martes 15 de octubre el Presidente Boric les contó sobre la denuncia a su jefe de asesores, Miguel Crispi, y a su jefe de gabinete, Carlos Durán, ambos militantes del Frente Amplio.
Después de ser informados, Crispi y Durán ayudaron al Mandatario a definir los primeros pasos de la respuesta que darían a la crisis que detonó en el corazón del gobierno.
Que el asunto ya fuera conocido por funcionarios de Palacio dejó en una posición incómoda a los ministros del comité político del Presidente Boric, quienes han reconocido públicamente que no fueron informados a tiempo. Lo hizo, por ejemplo, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana. O el titular de la Segpres, Álvaro Elizalde.
La vocera de gobierno, Camila Vallejo, tampoco supo antes de que estallara el caso. Recién se informó el jueves 14 cuando el subsecretario estaba de salida y ya estaba definido que su reemplazo sería el entonces ministro de Justicia, Luis Cordero. (La Tercera)