2017: los caminos conducen a Lagos

2017: los caminos conducen a Lagos

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Está en el cuarto lugar de las figuras políticas mejor evaluadas según la encuesta CEP dada a conocer el miércoles y bajó cinco puntos en relación con el sondeo de agosto. Pero lo cierto es que ninguna de las figuras que se vislumbran como presidenciables con miras al 2017 arroja un liderazgo disparado, con una ventaja abismante. Al contrario, todos se están pisando los talones, lo que ha configurado un escenario abierto, de compás de espera y, sobre todo, favorable para los que ya saborean la posibilidad de un regreso de Ricardo Lagos Escobar a La Moneda. No son pocos los que están remando en el oficialismo por hacer cuajar esa alternativa.

El diputado Giorgio Jackson lideró la lista de los mejor evaluados de la CEP con un 44%, seguido de la timonel del PS, Isabel Allende (37%), el ex Presidente Sebastián Piñera (37%) y Lagos Escobar (36%).

Si se considera que por no cumplir el requisito de edad es inviable que el líder de RD se postule a las presidenciales del 2017 y que la presidenta del socialismo, a pesar de mantenerse en el segundo lugar de las encuestas, se ha estancado en los sondeos y ha visto mermado paulatinamente su liderazgo positivo desde que lleva las riendas del partido –en mayo tenía 45%–, entre los laguistas de la Nueva Mayoría consideraron que el escenario que arrojó el sondeo es “favorable” para una candidatura del ex Mandatario, especialmente por el derrumbe de la opción de Marco Enríquez-Ominami –cayó 9 puntos desde la encuesta de agosto– como consecuencia de su vinculación con el caso SQM y las investigaciones del financiamiento irregular de la política.

Por más que públicamente Lagos Escobar haya dicho, casi molesto la última vez que se le preguntó, que no es candidato a nada, en la Nueva Mayoría nadie discute que el “interés” del ex Presidente está intacto, vigente y que además, ahora, desde su círculo más estrecho han mandado señales de que sí estaría dispuesto a someterse a una suerte de primaria del oficialismo, considerando –explicaron– que el principal escollo que observaba era enfrentarse con Enríquez-Ominami, cuya candidatura unánimemente consideran “muy dañada”.

Quienes conocen al ex Mandatario son categóricos: “Lagos Escobar opera él mismo y por él mismo”. Eso significa, afirmaron en el laguismo, que es el propio ex Presidente el que se encarga de estar en permanente y fluido contacto con distintos políticos de la Nueva Mayoría, mantener una agenda activa en este mundo, lo mismo con autoridades de Gobierno, entre las que destaca el ministro del Interior, Jorge Burgos (DC).

Aun así, hay distintos rostros del oficialismo que están remando para que las aguas confluyan favorablemente a una nueva candidatura del ex Mandatario. En el PPD mencionan a sus ex ministros, Sergio Bitar y Francisco Vidal, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y la llamada G-90 que lidera Rodrigo Peñailillo, quienes ven en el ex Presidente una tabla de salvación y subsistencia política, después de haber caído en desgracia por los cuestionamientos a las platas de la precampaña y que le valió la salida del gobierno al otrora hombre de mayor confianza de la Presidenta Michelle Bachelet. También señalan al senador PPD Felipe Harboe y al ex ministro Jorge Insunza, aunque los instalan en una postura más ambigua a la espera de cómo decanten los escenarios en el conglomerado.

En el PS la opción de Allende sigue abierta. Si bien algunos en su entorno dudan que la timonel finalmente se convierta en carta presidencial para el 2017, más aún cuando la plataforma de dirigir un partido nunca ha sido la más idónea para cuajar las aspiraciones de llegar a La Moneda, como lo ha demostrado su caída sistemática en las encuestas, y en el resto del socialismo reconocen que “el interés inicial se ha ido desdibujando”, también es cierto que la senadora no ha tomado ninguna decisión definitiva.

En todo caso, para un sector del PS, puntualmente la Nueva Izquierda, aquella que no estuvo con Allende en la última elección interna, ya está claro el escenario: no dudan que lo que se ve en el horizonte político es que Lagos Escobar será el candidato presidencial de la coalición el 2017. Es más, miran con buenos ojos la idea y reconocen que “lo están apoyando, porque saben que no hay otra opción”.

Varios de los exponentes de la Nueva Izquierda están en contacto y diálogo con el ex Presidente Lagos, como el ex timonel Osvaldo Andrade, y agregan que, incluso, la antigua enemistad que tenía con uno de los líderes de dicho lote, el vicepresidente Camilo Escalona, ya fue superada y olvidada.

En el PS agregan que el entorno del ex pánzer, José Miguel Insulza, también se suma a la lista de los que se están matriculando y coordinando para impulsar la opción del ex Presidente el 2017.

Ya en julio se hablaba del “segundo aire” de Lagos Escobar y en abril hubo reservadas señales internas en la coalición que apuntaban a que las apariciones del ex Mandatario no eran casuales, sino que detrás estaba el llamado partido del orden, el que ante la debacle que generaron los casos SQM y Caval, ya había iniciado los esfuerzos para levantar a su líder natural.

Hoy, los análisis entre los caciques tradicionales del oficialismo coinciden en que sería el único capaz de derrotar a Piñera, que no es gratuito que el propio Enrique Correa, a pesar de ser el consigliere en la sombras de Allende, haya dado señales –según consignó El Mercurio hace unas semanas– en esta línea y se cambiara de caballo, convencido de que en el escenario actual la única forma de mantener el Gobierno en manos del oficialismo es reeditando la opción de Lagos Escobar.

Entre los parlamentarios de la Nueva Mayoría dicen que la falta de liderazgos ha sido el mejor caldo de cultivo para las aspiraciones de un regreso de Lagos a La Moneda, que es evidente que ninguna alternativa del conglomerado ha prendido lo suficiente como para levantar una opción seria el 2017 y que el único escollo real que debe sortear ahora el ex Presidente es que su nombre genera aplausos cerrados en el mundo de la ex Concertación –en figuras como Gutenberg Martínez y Edmundo Pérez Yoma–, pero no es un liderazgo que aglutine a toda la actual coalición de Gobierno, pues saca ronchas en los sectores más de izquierda donde tiene detractores. Aunque hay quienes apuestan desde ya a que el PC terminará sumándose a su candidatura si es la chance del conglomerado para mantenerse en Palacio.

En este panorama el factor DC no es un tema menor, más aun considerando las públicas aspiraciones del senador Ignacio Walker por competir el 2017. Pero en la CEP  el parlamentario quedó muy debajo de los top ten de los mejor evaluados y fue otro DC quien sí calificó en ese ranking como la mejor figura del partido: el ministro Burgos (29%), quien estuvo diez lugares más arriba de su amigo parlamentario.

Si es cierto Lagos Escobar y Burgos hablan permanentemente, no hay que olvidar que en el crudo momento que marcó la distante relación de Burgos con Bachelet, el factor gravitante fue precisamente el ex Presidente. La Mandataria públicamente le había quitado el piso, a través de una entrevista en La Tercera, a su flamante ministro del Interior y luego se fue de gira, días en los que el ex Presidente visitó en La Moneda a la figura DC y lo alabó públicamente, como su amigo y por su trayectoria y liderazgo.

En la propia DC y en el Gobierno aseguran que no es un error considerar al ministro Burgos como “un laguista dentro de la falange”, aunque recalcan que no es el único. En el partido dicen que el ex Mandatario “es el que puede generar un apoyo más transversal y con mayor rapidez” y que el viento sopla a su favor, porque “el futuro es de los liderazgos moderados”, después de todos los tropiezos políticos que ha experimentado la administración bacheletista.

Agregan que hay una “cercanía” efectiva hacia la figura del ex Presidente, que “la DC mira bien” su opción, que ese apoyo se sustentaría en la estabilidad política que genera Lagos Escobar y en el hecho de que la falange –agregaron desde el Gobierno– siempre se ha sentido “muy bien tratada” por el ex Mandatario.

Con las pocas distancias que hay entre los liderazgos, el escenario abierto en que quedó el panorama político tras esta última CEP, en la Nueva Mayoría y en La Moneda hay coincidencia en cuanto a que el primer sondeo del próximo año –que debería ocurrir en abril– será el determinante para definir la carrera presidencial. “Esa es la encuesta clave, esa es la que vale”, agregó un reconocido laguista.

 

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