No es una fecha ni una cifra. Es el mandato que el Presidente Sebastián Piñera se impuso a sí mismo y a sus colaboradores al asumir el gobierno. No pretendía saltarse las normas del Código del Trabajo, sino fijar un estándar para el servicio público.
Servir a Chile es un privilegio que exige la entrega total. No funciona el horario de oficina ni el “derecho a desconexión digital” post jornada laboral.
El Presidente Piñera es quien mejor ha sabido poner el Estado al servicio de las personas. Así entendía el poder y la gestión pública. Se le extraña a él, como persona, pero sin dudas, desde antes de su muerte, ya se añoraba esa forma de asumir sus responsabilidades.
Sin usar un dialecto incomprensible ni palabras vacías, él sí supo “habitar” el cargo… 24/7.
Muchas veces se decía que a sus gobiernos les faltaba relato, que eran “solo” gestión. Sin embargo, ha quedado en evidencia que esa forma de gobernar es un relato en sí mismo.
Las víctimas de los dramáticos incendios que han azotado a la Región de Valparaíso no quieren discursos complejos prometiendo grandes transformaciones sociales. Necesitan un plan de acción, con plazos cortos y responsabilidades claras.
Esta semana se ha visto a un Gobierno ineficiente e indiferente ante el dolor de miles de chilenos.
Tres ministras peleándose los micrófonos y las cámaras para decir nada. El ministro de Vivienda, ausente. La ministra de Desarrollo Social anunciando que “espera” tener para la “tercera semana de marzo” un plan de reconstrucción. Ese ritmo no sorprende. El propio Presidente al estallar los incendios anunciaba por redes sociales una reunión de “emergencia” para “el día siguiente”. Seguramente el drama lo pillaba cuando estaba dando por terminada su jornada laboral y la de sus ministros. Por presión pública la tuvo que adelantar.
Su coalición asume que lo están haciendo mal y no saben cómo desmarcarse. El diputado Diego Ibañez, presidente de Convergencia Social, partido en que milita el Presidente Boric, fue increpado en terreno y afirmó olímpico: “yo no soy el Gobierno”. Si él no es el Gobierno, ¿quién sí lo es? ¿O lo son solo para los beneficios y no para las responsabilidades? Es decir, el Estado al servicio de ellos y no de la gente.
La izquierda es buena para hablar de los dolores, pero como concepto sociológico. Cuando teniendo el poder les toca enfrentarlos, actúan con lejanía, sin empatía ni eficiencia. Su mundo es el de las revoluciones y no el de las soluciones.
El Presidente Boric retomó sus vacaciones, y un medio electrónico señaló “que desde Presidencia informaron que tiene la flexibilidad de regresar si ocurre algo”. Pero si ya ocurrió, y sigue ocurriendo. Más de 130 fallecidos y miles de damnificados, ¿no bastan para dedicarse equipo completo, liderados por él, 24/7, a la reconstrucción? ¿O ya se están aplicando a sí mismos la jornada de 40 horas?
Cecilia Morel, en su momento de mayor dolor, a pocas horas de enterarse de la muerte de su marido, habló en una iglesia en Ranco. Ahí pidió no olvidar a las víctimas de los incendios. No es política. Es una manera de sentir el servicio público.
Así se concretó esta semana el último deseo del Presidente Piñera con la entrega al Gobierno de un plan concreto para ayudar en esta tragedia. Ojalá no esperen hasta la tercera semana de marzo, o el regreso de vacaciones del Presidente, para decidirse a sumar equipos que quieren cooperar y saben hacerlo. (El Mercurio)
Marcela Cubillos