La reciente operación llevada a cabo por la Armada Argentina, volvió a poner en evidencia las prácticas de la flota pesquera china en el borde de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina. Durante el despliegue, se identificaron 380 buques operando en las inmediaciones de la milla 200, en un área de aproximadamente 90 millas náuticas, lo que confirma la persistencia practicas referidas a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) en el Atlántico Sur.
Prácticas recurrentes y técnicas de evasión
Entre las tácticas utilizadas por la flota pesquera china se destacan el apagado deliberado de los sistemas de identificación automática (AIS), el empleo de redes de arrastre prohibidas y la explotación intensiva de especies migratorias. Estas embarcaciones operan principalmente en la denominada “milla 201”, fuera de la jurisdicción argentina, donde capturan especies como el calamar argentino (Illex argentinus) antes de su retorno a aguas nacionales.
Según el South Atlantic Fisheries Organization (SAFO), la extracción anual de calamar por parte de esta flota asciende a miles de toneladas, generando un impacto directo en la biodiversidad y en la industria pesquera local. Las pérdidas económicas para Argentina superan los 1.000 millones de dólares anuales, de acuerdo con la Subsecretaría de Pesca.
El despliegue de la Armada Argentina incluyó la participación de aviones P-3 Orion y C-12 Huron, junto con las corbetas ARA Robinson y ARA Espora. Estas unidades llevaron a cabo patrullajes aéreos y marítimos, documentando las actividades mediante cámaras de alta resolución y recopilando pruebas para su análisis por las autoridades.
La problemática de la pesca ilegal no se limita a Argentina. Países como Ecuador, Perú y Chile también han denunciado la presencia masiva de buques chinos en sus aguas jurisdiccionales. En 2020, la Armada ecuatoriana reportó más de 300 embarcaciones operando cerca de las Islas Galápagos, mientras que Indonesia ha realizado operativos para expulsar barcos de su ZEE.
La flota pesquera china se caracteriza por operar en grandes grupos, con buques nodriza que brindan apoyo logístico y permiten que las embarcaciones más pequeñas permanezcan en la zona durante meses sin regresar a puerto. Estos barcos nodriza reabastecen combustible, alimentos y almacenan la pesca capturada, lo que prolonga significativamente las operaciones en alta mar.
Además, se ha documentado que muchas de estas embarcaciones realizan el transbordo de la pesca en aguas internacionales, una práctica que dificulta el rastreo de las capturas y permite evadir controles aduaneros y sanitarios. La tecnología a bordo, como sonares de gran alcance y redes de arrastre de gran tamaño, contribuye a la sobreexplotación de las poblaciones de calamar y merluza, afectando la cadena alimenticia y generando un desequilibrio ecológico en el Atlántico Sur.
DETAILS ABOUT THE CHINESE FISHING FLEET AT THE 200 MILE – PREDATION AND COVERT STRATEGIES
The recent operation carried out by the Argentine Navy once again exposed the practices of the Chinese fishing fleet at the edge of the Argentine Exclusive Economic Zone (EEZ). During the deployment, 380 vessels were identified operating in the vicinity of the 200 mile, in an area of approximately 90 nautical miles, confirming the persistence of practices related to illegal, unreported and unregulated (IUU) fishing in the South Atlantic.
Recurrent practices and evasion techniques
Among the tactics used by the Chinese fishing fleet are the deliberate switching off of automatic identification systems (AIS), the use of prohibited trawl nets and the intensive exploitation of migratory species. These vessels operate mainly in the so-called “mile 201”, outside Argentine jurisdiction, where they capture species such as the Argentine squid (Illex argentinus) before returning to national waters.
According to the South Atlantic Fisheries Organization (SAFO), the annual extraction of squid by this fleet amounts to thousands of tons, generating a direct impact on biodiversity and the local fishing industry. The economic losses for Argentina exceed 1,000 million dollars annually, according to the Undersecretariat of Fisheries.
ESTADOS UNIDOS SIEMPRE HABÍA MANTENIDO EN SU WEB QUE «NO APOYABA LA INDEPENDENCIA DE TAIWÁN». HASTA AHORA
Hace poco se desveló que Taiwán había firmado un acuerdo con Estados Unidos para que su ejército permaneciera dos años en la isla entrenando a sus tropas. Días después, se supo que la isla había activado un plan de seguridad inédito para preservar sus cables submarinos. Las maniobras, sin decirlo, tenían un claro destinatario. La respuesta de China fue un simulacro “de guerra”. Ahora Estados Unidos ha elevado la tensión un poco más. Y todo por una simple frase.
Un cambio sutil pero significativo. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha eliminado de su sitio web la frase que explícitamente señalaba que Washington «no apoya la independencia de Taiwán». Qué duda cabe, este ajuste en el lenguaje, que mantiene la oposición a cualquier cambio unilateral del statu quo por parte de China o Taiwán, ha sido interpretado en Taipei como una señal de respaldo.
Además, el documento actualizado menciona la cooperación taiwanesa con el Pentágono en tecnología y semiconductores, y reafirma el apoyo de Estados Unidos a la inclusión de Taiwán en organizaciones internacionales «donde sea aplicable». La respuesta de China no se ha hecho esperar.
Qué dice Taiwán. El ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Lin Chia-lung, calificó el cambio como una «muestra de apoyo y una postura positiva» en las relaciones bilaterales. Recordamos que, en 2022, una eliminación similar de la misma frase generó controversia y fue revertida al mes siguiente, reflejando la delicada diplomacia en torno al estatus de la isla.
En la otra acera, China, que considera a Taiwán una parte inalienable de su territorio y su «interés central de intereses», siempre ha reaccionado con hostilidad ante cualquier gesto de apoyo a la isla por parte de Washington. Mientras el gobierno taiwanés insiste en que solo sus ciudadanos pueden decidir su futuro, Beijing ve cualquier movimiento en favor de la soberanía de Taiwán como una provocación.
Movimientos militares y presión regional. Lo hemos ido contando en los últimos meses. El contexto de estas tensiones surge de la creciente presión militar de China sobre la isla. Si irnos muy lejos, hace pocas semanas el Ministerio de Defensa taiwanés reportó que 24 aviones militares chinos realizaron patrullas de combate conjuntas junto con buques de guerra en los alrededores de la isla.
Paralelamente, la marina estadounidense realizó su primer tránsito por el Estrecho de Taiwán desde la toma de posesión del presidente Donald Trump el mes pasado, mientras que un buque de guerra canadiense, el Ottawa, también navegó por la zona, en una muestra de apoyo a la seguridad regional.
El rol de Estados Unidos. Irónicamente, la nación no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, pero es su principal aliado internacional y está legalmente comprometido a proporcionar los medios para su defensa. Aunque la administración de Trump ha generado incertidumbre en Taipei con críticas (y amenazas de aranceles) sobre la industria de semiconductores taiwanesa, sí ha reafirmado su apoyo a la isla en términos de seguridad y estabilidad regional.
Además, la nueva administración de Trump ha generado especial preocupación en Pekín debido a la composición de su equipo de política exterior, en el que destacan figuras conocidas por su postura dura contra China. Entre ellas, el nuevo Secretario de Estado, Marco Rubio, ha sido un firme defensor de Taiwán, promoviendo legislación para fortalecer los lazos entre Washington y Taipei, incluyendo en la ecuación la agilización de ventas de armas a la isla.
La respuesta al movimiento de Washington. China ha emitido hace escasas horas una fuerte condena contra la administración de Donald Trump tras la eliminación de la frase «no apoyamos la independencia de Taiwán» del sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos. No solo eso. Pekín ha calificado la modificación como una «grave regresión» en la postura estadounidense y una señal errónea a los movimientos independentistas taiwaneses.
THE UNITED STATES HAD ALWAYS MAINTAINED ON ITS WEBSITE THAT IT «DID NOT SUPPORT TAIWAN’S INDEPENDENCE.» UNTIL NOW
Recently it was revealed that Taiwan had signed an agreement with the United States for its army to remain on the island for two years training its troops. Days later, it was learned that the island had activated an unprecedented security plan to preserve its submarine cables. The maneuvers, without saying so, had a clear target. China’s response was a «war» simulation. Now the United States has raised the tension a little further. And all for a simple phrase.
A subtle but significant change. The United States State Department has removed from its website the phrase that explicitly stated that Washington «does not support Taiwan’s independence.» Undoubtedly, this adjustment in language, which maintains opposition to any unilateral change of the status quo by China or Taiwan, has been interpreted in Taipei as a sign of support.
COREA DEL SUR EVALÚA ARMAS NUCLEARES TRAS LA LLEGADA DEL PORTAVIONES USS CARL VINSON Y AMENAZAS
El despliegue del portaaviones USS Carl Vinson en Corea del Sur se da en un contexto de creciente tensión en la península, con Corea del Norte realizando pruebas de misiles y aumentando su retórica belicista. A su vez, el gobierno surcoreano ha comenzado a evaluar la posibilidad de desarrollar un arsenal nuclear propio ante la incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos con su seguridad. Cho Tae-yul, ministro de Asuntos Exteriores surcoreano, afirmó que una fuerza nuclear disuasoria independiente no está “fuera de la mesa”, lo que representa un potencial cambio en la estrategia de defensa del país.
El poder disuasorio de EE.UU. en Corea del Sur
El arribo del USS Carl Vinson al puerto de Busan es una demostración del compromiso de Washington con la seguridad de su aliado asiático. Según el general Xavier Brunson, comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea, “las operaciones del grupo de ataque del portaaviones Carl Vinson demuestran nuestro compromiso de reforzar la defensa de aliados y socios, y fortalecer nuestra capacidad de ‘luchar esta noche y ganar’”.
No obstante, en Seúl persisten las dudas sobre la confiabilidad de Estados Unidos como garante de seguridad, especialmente bajo la administración de Donald Trump, quien ha expresado su descontento con el costo del estacionamiento de tropas estadounidenses en el país.
Corea del Sur a favor de las armas nucleares ante la amenaza del Norte
La posibilidad de que Corea del Sur desarrolle su propio armamento nuclear responde no solo a la creciente amenaza norcoreana, sino también a la percepción de que la protección ofrecida por el paraguas nuclear estadounidense podría debilitarse. Una encuesta de Gallup Korea realizada el año pasado indicó que el 73% de la población surcoreana apoya la opción de desarrollar armas nucleares propias. Además, el presidente Yoon Suk-yeol ha insinuado en el pasado que esta alternativa podría llevarse a cabo con rapidez si fuera necesario.
El liderazgo norcoreano, encabezado por Kim Jong-un, ha intensificado sus demostraciones de poder militar, incluyendo el reciente lanzamiento de misiles de crucero estratégicos. En paralelo, la cooperación entre Pyongyang y Moscú, reflejada en el envío de tropas norcoreanas para apoyar la guerra en Ucrania, ha generado preocupaciones en Seúl sobre la posibilidad de que Rusia brinde a Corea del Norte tecnología avanzada de misiles de largo alcance.
El tratado de defensa entre Corea del Sur y Estados Unidos establece que Washington debe intervenir en caso de un ataque norcoreano. Sin embargo, el arsenal nuclear de Pyongyang plantea un dilema estratégico: la posibilidad de que un eventual conflicto derive en un ataque nuclear contra territorio estadounidense. Esta incertidumbre impulsa a Seúl a considerar opciones que hasta hace poco eran impensadas, como la nuclearización propia.
SOUTH KOREA EVALUATES NUCLEAR WEAPONS AFTER ARRIVAL OF USS CARL VINSON AIRCRAFT CARRIER AND THREATS
The deployment of the USS Carl Vinson aircraft carrier in South Korea comes amid growing tension on the peninsula, with North Korea conducting missile tests and increasing its bellicose rhetoric. At the same time, the South Korean government has begun to evaluate the possibility of developing its own nuclear arsenal in the face of uncertainty about the United States’ commitment to its security. Cho Tae-yul, South Korean Minister of Foreign Affairs, said that an independent nuclear deterrent force is not «off the table,» which represents a potential change in the country’s defense strategy.
The US deterrent power in South Korea
The arrival of the USS Carl Vinson at the port of Busan is a demonstration of Washington’s commitment to the security of its Asian ally. According to General Xavier Brunson, commander of U.S. forces in Korea, “The operations of the Carl Vinson carrier strike group demonstrate our commitment to bolstering the defense of allies and partners, and strengthening our ability to ‘fight tonight and win.’”
Monitor Indo-Pacífico®
Editor: IW, senior fellow of REDCAEM (Red China – América Latina) and CESCOS (Center for the Study of Open Contemporary Societies)
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