La polémica en torno a los US$ 5.500 millones en gastos comprometidos -o presiones de gasto- no financiados que denunció Hacienda se tomó la discusión a nivel económico. El debate ha estado cruzado por las diversas interpretaciones que han manifestado los miembros del Consejo Fiscal Asesor (CFA), respecto a de si se pueden considerar como compromisos fiscales proyectos de ley en trámite o la proyección de sobre gasto en el sector Salud.
Tema que promete continuar en la palestra cuando hoy el exministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, asista a la comisión mixta de Presupuesto para hacer frente a las críticas de su sucesor, Felipe Larraín.
El vicepresidente del CFA y director ejecutivo de Econsult, Gonzalo Sanhueza, y el consejero de la instancia y académico del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la U. de Chile, José Yáñez, confrontan posturas y también analizan el nuevo recorte de gasto por US$ 4.600 millones en cuatro años anunciado el viernes por Larraín.
SANHUEZA: LOS US$ 5.500 MILLONES NO ESTÁN
– ¿Cómo ve en general la controversia que se ha generado en torno a los gastos comprometidos?
– El tema de fondo es saber cuál es la situación con la que asume el nuevo gobierno. En este sentido, haber hecho una actualización de gastos para el 2018 y el futuro es positivo porque contribuye a definir bien cuál es la situación con la que se parte.
Como Consejo Fiscal agradecimos al ministro y a la Dipres la transparencia de que se haya enviado la información y hayamos tenido una reunión con ellos donde se presentaron los detalles de la situación de gasto que ven hoy. La última información que teníamos era de octubre del año pasado.
– ¿No considera que está en entredicho la transparencia de las cuentas fiscales?
– No creo que el tema sea la transparencia de las cuentas fiscales. El tema de fondo es cuál es la situación fiscal en términos de los gastos comprometidos y cuáles son las presiones para los próximos años. Ese es el tema de fondo.
– Históricamente siempre han existido presiones de gasto o recursos comprometidos. Los parlamentarios cuestionaron la manera en que Larraín hizo el anuncio. ¿Comparte esa visión?
– Más que discutir cómo se realizó el anuncio o no, que es algo periférico, lo de fondo es el planteamiento de que hay US$ 5.500 millones más en gastos que no estaban en el Presupuesto ni en el programa financiero del 2018 al 2021.
– ¿Qué les explicó Hacienda respecto a por qué no se provisionaron estos gastos? ¿Quién cometió el error?
– El ministro lo explicó bien. Hay proyectos de ley ingresados al Congreso, con informes financieros pero que no estaban provisionados; pero hay una partida grande que son gastos que se han sobreejecutado en Salud.
Cuando hace muchos años se ha sobreejecutado el gasto en Salud y en los primeros tres meses del año ya tienes sobreejecución, lo más probable es que eso es un gasto permanente y que ya no se podrá revertir fácilmente. Al igual que en las empresas, cuando se hace un presupuesto éste se va actualizando.
Entonces, lo que hace el gobierno responsablemente es decir «reconozcamos que esta partida de Salud, que se sobreejecutó en los últimos años y se mantiene esa tendencia en los primeros tres meses del año, lo razonable es colocar que esa partida de gasto la voy a tener este año».
– ¿Controlar el gasto en Salud debiese ser el gran tema hacia adelante?
– El tema de fondo es si realmente es una sobreejecución respecto a un presupuesto que está bien hecho, o si los presupuestos que se han hecho son muy optimistas. Si tú te das cuenta de que ese es un gasto real y que no hay manera de reducirlo, hay que reconocer que es un gasto que no se podrá revertir.
Si todos los años se sobreejecuta, entonces o no hay control en Salud o realmente hay un problema en la forma en que se hace el Presupuesto.
– El ministro Larraín anunció un nuevo ajuste de gasto que suma un total por US$ 4.600 millones en cuatro años. ¿Lo considera suficiente?
– Es un avance importante para ajustar el mayor deficit fiscal que se prevee producto de las mayores presiones de gastos que se anunciaron en la semana, y que alcanzaban los US$ 5.600 millones.
Sin embargo, estimo que no será suficiente si el objetivo del nuevo gobierno es recuperar la clasificación de riesgo. Probablemente, se van a requerir mayores ajustes a futuro.
YAÑEZ: EL SOBREGASTO EN SALUD
– ¿En general cómo ha visto esta polémica por los gastos comprometidos?
– Primero, creo que es un ejercicio que tiene su valor porque trata de determinar el límite máximo de los gastos que podrían ocurrir este año y lo que resta del gobierno. En ese sentido, es un ejercicio valioso, pero diría que hay que tener algunos cuidados en parte de las cosas que se pusieron.
Uno de los problemas que tengo en este minuto para entender esto es lo siguiente: la Ley Orgánica de Administración Financiera del Estado dice que los presupuestos de gasto son estimaciones del límite máximo que pueden alcanzar los egresos y compromisos públicos. La interpretación de esa ley con lo que se discute hoy se vuelve un poco complicada.
El tema más importante de esta discusión es el sobregasto en salud. El ministro Larraín hace una proyección y llega a una cifra (US$ 1.000 millones en 2018), pero por otro lado hay declaraciones del exministro Eyzaguirre que me metieron un poco de dudas en la cabeza, ya que dice que no se puede reconocer por anticipado los excesos de gasto en los que pueda incurrir un ministerio. Algo de razón tiene en lo que está diciendo, ahí hay un tema en discusión y de intepretación legal de la ley. Como son gastos que se exceden, es complicado calcularlos ex ante.
– ¿Está bien metodológicamente hablando que se contabilice como gasto comprometido un proyecto de ley ingresado al Congreso que quizá no se apruebe?
– Eso está bien, lo que me complica es el tema del sobregasto proyectado en Salud. El problema es que parece que en el Ministerio de Salud están acostumbrados un poco a esto. Obviamente, eso no se puede seguir.
– ¿Cómo se puede controlar el gasto en Salud? ¿Hacienda les pidió propuestas en esa línea?
– La reunión del miércoles pasado fue meramente informativa. Le reitero que lo que más me complica es el tema de la salud y la intepretación de la citada ley. Quizá algún órgano como la Contraloría debiera emitir una interpretación al respecto para que quede bien claro.
Ahora, el sentido común me dice que posiblemente no se debería incorporar como gasto comprometido una proyección de sobreejecución, ya que no son efectivos sino una estimación. Eso también ocurre con los proyectos de ley, ya que eventualmente podrían no llevarse a cabo, aunque la ley es clara de que eso debe contabilizarse en la programación financiera.
– ¿Fue un error de Hacienda presentar las cifras de la manera que lo hizo?
– No tengo memoria de que se haya discutido algo como lo de hoy. Pero creo que debieran considerarse varias de las cosas que se dijeron el miércoles en el Congreso.
– ¿Es exagerado decir que el sobregasto en Salud «explotó» como dijo Larraín en el Congreso?
– Es fundamental dar a conocer lo que está pasando en el sector Salud. Es preocupante cómo han ido creciendo los sobregastos en Salud.
– ¿Debería el Consejo Fiscal meterse en este tema? El ministro Larraín dijo el viernes que solo le correspondía referirse al cálculo del balance estructural.
– En este minuto, no es un tema del consejo, pero en el futuro puede serlo. El ministro anunció que presentará un proyecto para darle autonomía al consejo, con más recursos y personal.
– El ministro Larraín anunció un nuevo ajuste. ¿Es suficiente?
– Es un ajuste de un monto suficiente al cual hay que agregar los dos recortes anunciados con anterioridad más recursos extras que provendrían de un mayor crecimiento económico. (DF)