Isapres: la verdad incómoda

Isapres: la verdad incómoda

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Comencemos por lo más básico, que es contar algunas verdades incómodas. Las personas que utilizan frecuentemente los establecimientos privados de salud, habrán observado que cuentan con una infraestructura de primer nivel. El país no tendría esta moderna red si no fuese por el soporte financiero que entrega el sistema Isapre a sus pacientes.

Los ingresos promedio de las Isapres por persona son $ 60.000 al mes con una utilidad, en los últimos 3 años, de mil pesos al mes por beneficiario, lo que equivale al 1,6% de lo que paga un afiliado. Sin embargo, para invisibilizar ese número algunos han confundido a la opinión pública para crear un ambiente hostil hacia el sistema, generando el titular que buscaban. Esa utilidad muestra una importante estacionalidad y variaciones y, por eso, se aprecian diferencias porcentuales que llaman la atención cuando son al alza, pero que nadie repara en ellas cuando son a la baja.

Conforme lo anterior, sus aportes se destinan exclusivamente a financiar sus prestaciones de salud y licencias médicas y administrar los medios necesarios para la entrega de esos beneficios. Con estos recursos que se perciben, el sector privado, tanto asegurador como prestador han facilitado el acceso a una medicina cada vez más cara y sofisticada, pero más resolutiva y oportuna, que ha abierto espacios de libertad de elección en salud. Lo anterior, además ha sido acompañado de complejos sistemas de información, control y estadísticos, que incluso sirvieron de base para el desarrollo del GES. La existencia del sector privado también ha sido una ayuda invaluable para los beneficiarios del sistema estatal de salud y ha aliviado al Estado de atender a 3,5 millones de personas, sin ningún costo para el erario.

Algunos creen que las Isapres son la segunda industria más lucrativa de Chile. Pensar que sus resultados son cercanos a los que obtienen otros sectores, tales como el financiero, retail, concesiones entre otros, es por decir lo menos, absurdo. Muchas de esas compañías, por sí solas, presentan mejores indicadores y utilidades que la suma de todas las Isapres.

No obstante los logros del sistema en materia de modernización de la salud en Chile, estamos convencidos que el sistema debe perfeccionarse y deseamos colaborar en el proceso de la reforma. Hemos hecho pública nuestra disposición a las autoridades de los últimos gobiernos, indicándoles reiteradamente que se debe aumentar la solidaridad y la transparencia de la cobertura a través de un plan garantizado, como el permitir a los afiliados movilidad entre las instituciones, perfeccionando la competencia, eliminando diferencias de precios por sexo y creando mecanismos de compensación de riesgo, lo que también es una verdad incómoda. Finalmente, usted que tiene un plan de Isapre, ponga atención en los aspectos relevantes y evite las interpretaciones equivocadas o mal intencionadas que alteran el juicio que se le hace a un sistema de salud privado, que ha contribuido a mejorar la calidad de vida de millones de personas. (La Tercera)

Rafael Caviedes

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