Desde que ganó las elecciones internas de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín no ha tenido contacto formal alguno con el gobierno. Tampoco se cuenta entre los falangistas convocados a integrar mesas de trabajo con el Ejecutivo. Después de que derrotó a Humberto Burotto, el ex diputado DC solo ha tenido encuentros de pasillo con algunos de los ministros del Presidente Sebastián Piñera. “Hay que conversar”, “Tenemos que llegar a acuerdos”. Son algunas de las frases que le han lanzado al pasar la vocera Cecilia Pérez y el Segpres Gonzalo Blumel, según asegura un decé.
Mañana a las 19 horas el ex parlamentario se convertirá formalmente en el nuevo presidente de la DC. A horas de asumir, Chahín lanza una advertencia al gobierno: “No vamos a permitir que el Gobierno intente poner cuñas en la DC. Siempre vamos a estar disponibles al diálogo, pero desde ahora debe ser institucional. Somos un partido de oposición y ejerceremos ese rol”, asegura.
La alerta de Chahín responde a la molestia que genera en el partido el persistente intento del gobierno de atraer a figuras emblemáticas asociadas a la Falange. A Mariana Aylwin (ex DC) le ofertó la coordinación del programa “Todos al Aula”, a Jorge Correa Sutil se le entregó la defensa del ministro de Salud, Emilio Santelices, y el abogado DC luego invitó al ex ministro del Interior, Jorge Burgos. La senadora Carolina Goic, a su vez, aceptó la invitación personal que le hicieron de La Moneda para integrar la comisión de Seguridad. Y el ex senador Patricio Walker se sumó a la comisión de Infancia.
“Si el gobierno se sigue entendiendo con personas en particular, va a dinamitar la disposición de la DC al diálogo”, añade el nuevo presidente DC.
El diputado Gabriel Silber se suma a la exigencia al Gobierno de que el trato desde ahora sea institucional. “Esperamos que se le reconozca a la directiva su liderazgo y representación para evitar este pirquineo en que ha incurrido el gobierno en estos meses. Estas acciones han buscado fraccionar nuestro partido y eso mina nuestra confianza”, asegura el parlamentario.
La nueva mesa DC -según Silber- decidió que no será “el vagón de cola de una coalición de la izquierda”. Asegura que la aspiración del partido es poner el centro de gravedad de una nueva coalición en la centro-izquierda. De ahí que la ex nueva Mayoría no está invitada a la ceremonia de mañana en la sede de Alameda 1460. La mesa quiere recuperar al electorado de centro que antes los convirtió en la mayor fuerza política de la Concertación. El problema es que el gobierno persigue lo mismo.
TRAS LO DC DE LA CONCERTACIÓN
En el gobierno todos saben que el presidente Piñera siente una especial atracción por el mundo DC. El ministro del Interior, Andrés Chadwick, lo acompaña en ese sentimiento. De ahí que desde la campaña el ex senador UDI fue uno de los más fervientes impulsores de atraer al gobierno a figuras del mundo DC y de centro.
En la primera administración piñerista se intentó hacer un guiño al mundo DC con la incorporación de Jaime Ravinet al ministerio de Defensa. En Chile Vamos todos coinciden en que esa estrategia no funcionó. La apuesta ahora ha sido conquistar a falangistas emblemáticos, más asociados a la Concertación que a la Nueva Mayoría.
Los integrantes de la mesa de trabajo para el desarrollo integral que lanzó en marzo, son un ejemplo claro del mundo DC al que le interesa llegar a Piñera. Entre los 28 integrantes de esa mesa de trabajo están los ex ministros Alejandro Foxley, Eduardo Aninat (ex DC), José Pablo Arellano y Soledad Alvear.
En la Corfo está el ex DC Sebastián Sichel y también se le ofreció el directorio de TVN a otro ex militante falangista, Juan José Santa Cruz, hoy aspirante a la presidencia de Ciudadanos.
Un cercano al Ejecutivo asegura que al gobierno no le quita el sueño tener un contacto institucional con la DC, hoy disminuida en su votación. A Piñera le atrae el votante histórico del partido, ese que se quejó amargamente de la inclusión del Partido Comunista a la Nueva Mayoría, y que ante la decisión del conglomerado de apoyar a Alejandro Guillier en las presidenciales pasadas optó por votar a favor de Chile Vamos o, sencillamente, quedarse en la casa.
En las cuentas del piñerismo vale más la señal de conquistar a figuras específicas como Mariana Aylwin o Jorge Burgos, que aparecer conectado a una mesa directiva que tiene una representación relativa para el militante tradicional de la falange. (La Tercera)