En medio de un recrudecimiento de los atentados incendiarios en la zona sur del país en las últimas dos semanas, ayer se produjo en Temuco un encuentro de carácter reservado entre dos habitantes de La Araucanía cuyos nombres se han inscrito en la historia reciente de la región por episodios de violencia que marcaron sus vidas.
Salvo un primer contacto realizado hace algunos días, Jorge Luchsinger McKay y el lonco Aniceto Norín no se conocían personalmente. Pero por espacio de dos horas, en un salón de un hotel de la capital regional, intercambiaron sus visiones sobre la violencia y consensuaron que ambos la rechazan y buscan lo mismo para sus familias: poder vivir y trabajar en paz.
Tras el encuentro, el hijo mayor del matrimonio asesinado en Vilcún el 4 de enero de 2013 y el lonco que fue condenado en 2003 por cinco delitos terroristas y luego absuelto en 2014, tras ganar una demanda contra el Estado chileno, concordaron en la necesidad de realizar «gestos concretos» para terminar con el odio y la división en la zona en la que ambos habitan.
Entre otros testigos de este encuentro sin precedentes, estuvieron el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno; el director de la Corporación de Desarrollo Indígena (Conadi), Jorge Retamal, y el machi Camilo Mariano Cayupil, quienes compartieron en la misma mesa sus ideas frente a los trágicos hechos que, por distintas situaciones, convirtieron tanto a Luchsinger como a Norín en víctimas.
Jorge Luchsinger destacó que en el acercamiento con el lonco Aniceto Norín fue clave la participación del Gobierno. Y reconoció que, entre otras materias, como uno de esos gestos concretos se abordó una eventual salida del machi Celestino Córdova, condenado a 18 años de cárcel por la muerte de sus padres, a una ceremonia religiosa.
«Nosotros, como familia, lo conversamos. Es una situación difícil, porque es un reo condenado, e independiente a su condición de machi debe cumplir su pena en prisión», expresó. Añadió que en este último aspecto encontró comprensión y acuerdo por parte de los representantes de los loncos y machis. Sin embargo, adelantó que «en un gesto hacia ellos, con quienes estuve reunido, no rechazaremos un permiso temporal».
Recordó que una de las primeras consultas que hizo al lonco Norín fue «cómo vive y cómo le gustaría vivir, y él coincidió con lo que nosotros queremos: vivir y trabajar tranquilos. Y, en ese sentido, si tenemos que hacer algún gesto, lo hacemos, y sin poner condiciones, aunque estas hubieran sido válidas», recalcó.
Aclaró que «seguramente muchas personas, tanto familiares como otros agricultores, tal como lo era mi padre, van a estar en desacuerdo, pero nosotros estamos dispuestos a recibir críticas en pos de lograr cambios para superar la violencia».
Por su parte, Aniceto Norín aseguró que participó en la reunión porque le inquieta tanto la situación de violencia que vive la zona como el estado de salud de Celestino Córdova. «Todo lo que está ocurriendo es preocupante, porque hoy queremos un país tranquilo y vivir en seguridad», indicó. Una preocupación que -agregó- es compartida «por el Consejo de Loncos que yo conformo y donde hay más de 300 loncos detrás de mí».
Para el ministro Moreno, «lo ocurrido es una verdadera lección de humanidad y de valentía» e indicó que el espíritu de este encuentro comenzó a gestarse «desde el momento en que el Presidente Piñera puso a La Araucanía en el centro y nos ha pedido un acuerdo de desarrollo y paz, porque ambas cosas van unidas; no están disociadas».
MINISTRO MORENO
El ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, aseguró que el llamado realizado por el lonco Aniceto Norín a través de la prensa a rechazar la violencia en La Araucanía “es tremendamente valioso” agregando que en la región “nadie quiere seguir con las cosas como están”.
Al respecto de la reunión que sostuvo el lonco Aniceto Norín -condenado por delito terrorista en 2003 y que en 2014 ganó una demanda contra el Estado de Chile- y el hijo mayor de la familia Luchsinger Mackay, Jorge Luchsinger, el ministro Moreno exclamó que “Me entusiasma y estar en esa reunión fue emocionante, ellos son los más destacados, pero esto es lo que uno ve latente en las personas que no lo dicen públicamente. Nadie quiere seguir con las cosas como están”, aseguró en declaraciones a Teletrece.
Sobre Norín, Alfredo Moreno aseguró que “Es una persona que tiene una historia dolorosa, es una historia de mucho dolor y lo que él está haciendo de llamar a las comunidades a rechazar la violencia es tremendamente valioso. Es de las primeras personas que públicamente toma esta posición. Acá hay víctimas en todas partes. (…) Esta es una región donde no podemos dejar que continúe el mismo camino”.
“Hemos asistido a un primer signo que da mucha esperanza y que hace pensar que en La Araucanía también se puede cambiar la realidad” aseguró el titular de Desarrollo Social, agregando sobre las palabras del lonco para acceder al permiso del machi Celestino Córdova para acudir a su rewe -condenado a 18 años de cárcel por el ataque a la familia Luchsinger- expresó “Lo que él dijo fue que pensamos pedirlo con algunas conclusiones, no solo lo aceptamos y lo pedimos sin ninguna condición. Hacemos el gesto de decir que esta persona corresponde que se le dé el permiso. Lo de Celestino Córdova es importante, pero el problema que se discute en La Araucanía va más allá de eso. El acuerdo nacional aspira a llegar a todas las fuerzas políticas y la diversidad que hay acá (…) Veo que lo de ayer abre grandes esperanzas y creo que las cosas van dando fruto, lo importante es que este gesto muestra una esperanza”.
Consultado por las palabras de Héctor Llaitul que reconoció el esfuerzo del Gobierno por abrir el diálogo en la región pero que rechazó los anuncios policiales como el Comando Jungla, Alfredo Moreno dijo “Me parece que reconocer que ha habido una apertura, el Gobierno ha tenido un espíritu al avanzar en esto. El límite entre la paz y la violencia, es algo que la gente respeta. Él (Llaitul) dice que si suceden ciertas cosas, el podría ir por otro camino, pero yo digo que si hubiera más personas orientadas por el camino del diálogo se cambiarían las cosas”. (El Mercurio-SoyChile-T13)