A semanas para que el Presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, sea investido el próximo 1 de enero, la pena de muerte se transformó en una nueva polémica de la cual el nuevo mandatario tuvo que salir al paso para “cerrar” cualquier discusión en torno al tema prohibido en la Constitución.
Esta vez Bolsonaro tuvo que descartar los dichos de Eduardo Bolsonaro, su segundo hijo y diputado federal más votado de la historia de Brasil, quien se mostró favorable a la discusión del restablecimiento de la pena capital y a la realización de un referendo sobre este asunto.
El Presidente electo se refirió a la publicación del diario O Globo, afirmando que la pena de muerte podrá ser un debate en su gobierno, pero aseguró que “además de tratarse de una cláusula pétrea de la Constitución, no fue parte de mi campaña. El asunto está cerrado antes de que se convierta en el revuelo (del día)”, así el líder ultraderechista respondió a los dichos de su hijo Eduardo en la entrevista publicada hoy por el diario brasileño O Globo.
Eduardo Bolsonaro, de 34 años, defiende la pena de muerte “para ciertos tipos de crímenes, como los asesinatos premeditados, es necesario un castigo que esté a la altura”, sostuvo el legislador electo en el estado de Sao Paulo con más de 1,8 millones de votos.
El hijo de Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), también se mostró a favor de “la posibilidad de pena de muerte para traficantes de drogas, semejante a lo que ocurre en Indonesia”, país que visitó en 2017 y del que sostuvo que “allá esa política funciona. Cuando uno se pasea por las calles no ve a nadie fumando marihuana o usando ningún tipo de drogas”.
Ante esto, Eduardo -uno de los cinco hijos de Jair Bolsonaro- abrió la puerta a la opción de realizar una consulta ciudadana en la que los brasileños tengan la palabra sobre este tema. Sin embargo, la pena de muerte fue abolida en la Constitución de 1988 de Brasil después de años de dictadura militar.
“Sé que es una cláusula pétrea de la Constitución, artículo 4, etc. Sin embargo, existen excepciones. Una es para el desertor en caso de guerra. ¿Por qué no colocar otra excepción para crímenes atroces”, dijo.
Según la agencia France Presse, la última ejecución de un civil en Brasil ocurrió en 1876 cuando un esclavo fue colgado tras haber asesinado a dos notables.
El diputado federal que estuvo de gira por Estados Unidos en noviembre, también se reunió con miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para discutir la situación en Venezuela, y sostuvo que hay que actuar pronto en la crisis y que la solución es un gobierno de transición y la salida inmediata del Presidente Nicolás Maduro.
Durante los últimos días se reunió en Chile con partidos del oficialismo y con José Piñera, hermano del Presidente Sebastián Piñera.
Agencias