Al exministro de Salud Emilio Santelices -64 años, médico, independiente y padre de cinco hijos- todavía le cuesta creer que su nombre estaba dentro de la lista del esperado cambio de gabinete que finalmente el Presidente Sebastián Piñera realizó el jueves 13.
Llegó a su casa esa misma tarde, cargado de cajas, con todas las cosas que tenía en su oficina, y en la mesa del comedor aún tiene las carpetas con el material de las últimas tareas que estaba realizando en la cartera de Salud.
¿Le sorprendió la decisión del Presidente Sebastián Piñera?
No me lo esperaba y me sorprendió la decisión. Estábamos haciendo un trabajo fantástico en el ministerio. En este tiempo intenso, de lunes a domingo, tuve la oportunidad de poder dejar sentadas las bases de los cambios que estoy convencido que en Chile tienen que realizarse para poder tener una salud más justa, más digna y de mejor acceso. Lo digo con humildad, creo que dejamos instalado un camino de transformación en salud que es irreversible y eso a mí me llena de gratitud con el Presidente.
¿No lo vio venir?
No, para nada. No lo vi venir. El cambio de gabinete conmigo, no.
¿Cuándo se enteró que debía renunciar?
El Presidente me llamó por teléfono el jueves en la mañana, después de que terminé las actividades que tenía en agenda.
¿Qué explicaciones le dio?
Solo hablamos respecto de que él tenía que hacer algunos cambios, me agradeció y me señaló que más adelante podríamos conversar con más calma. Esta conversación no se ha podido dar, porque el Presidente no ha tenido tiempo de poder reunirse conmigo.
El jueves, luego del cambio de gabinete, usted señaló que “lo más importante es entender que hay procesos donde uno muchas veces no cuenta con la colaboración de todos los que debieran sumarse”. ¿Quiénes no estaban colaborando?
En primer lugar, hay personas que ponen sus intereses por delante de los pacientes, así de claro. Un ejemplo son estas sociedades que hoy operan enfermos fuera del horario y cobran cinco veces más. Por otro lado, están aquellos que siguen viendo la política desde la lógica que dice ‘mientras más mal le va al gobierno y mientras más mal le va al Ministerio de Salud, más posibilidades tengo de estar en el poder’. También hay personas que tienen agendas personales e incluso sus odiosidades las plasman en las redes sociales, donde buscan producir daño.
¿Hubo mucho fuego amigo?
Claro que lo hubo. Si fue mucho, no tengo cómo ponderarlo, pero de que existió y fue permanente, sí. Por otra parte, están estos grupos de la oposición que volvieron a entender la política desde las trincheras y eso lo vi en la Comisión de Salud de laCámara de Diputados y lo vi claramente en personas como el diputado Juan Luis Castro (PS), que ha llevado una vida y una agenda de buscar destruir autoridades, entonces uno tiene una suma de actores, y por eso pido elevar la discusión y hacernos cargo de la agenda sanitaria.
Más allá de la oposición, usted tuvo una compleja relación con el subsecretario de Salud, Luis Castillo…
Efectivamente, tuve diferencias que fueron de conocimiento público, pero seguí las instrucciones que me dio el Presidente y entendí que tenía que superar esa situación y así lo hice y puse mis mejores esfuerzos, como también lo hizo él y pudimos trabajar finalmente de manera acoplada. Pero hacia abajo, sin duda que todavía no se empapaban de este trabajo más en equipo y por eso hice los esfuerzos por resolver este tema, de lo contrario se iba a ver afectada la misión a la que estábamos abocados. Pero eso es un tema que quedó resuelto.
Desde el punto de vista legislativo, el subsecretario Castillo tenía bloqueada la entrada al Congreso, ¿cuánto le afectó eso al ministerio?
Bueno, obviamente para mí eso significó un trabajo adicional, porque tuve que representar al ministerio en muchas de las comisiones y discusiones. Eso fue un hecho práctico indiscutible, pero lo asumí, porque cuando se trabaja en equipo uno tiene que suplir algunas necesidades.
Su gestión estuvo marcada por varias controversias, una de ellas la compra de las acciones de la empresa Sonda…
Eso fue un chiste, porque la verdad es que tenía 0,000 por ciento, para mí fue anecdótico. Pero pudimos identificar a las personas que hicieron ese daño y, bueno, se tomaron las medidas que correspondían.
Lo que trascendió es que la información de esa compra vino del equipo del subsecretario Castillo
Así es.
¿Hubo un ataque directo a su persona mientras estuvo en el ministerio?
Eso existió, era cuestión de mirar las redes sociales y algunas personas que han ocupado algunos cargos públicos para darse cuenta de que eso existía.
Bueno, precisamente quien lo va a suceder, el ministro Jaime Mañalich, cuestionó su gestión, ¿qué le parecen sus críticas?
Para mí hay un principio rector en la vida. La lealtad define la calidad y la altura de las personas y, por consiguiente, como yo me rijo desde ese principio, no voy a emitir ninguna opinión en el mismo sentido de las críticas que me hizo el ministro Mañalich. Opiniones que yo pienso que hablan mal de quienes las emiten.
¿Qué le parece que el Presidente haya contado con él para que ocupe su cargo?
Esas son prerrogativas del Presidente y no me corresponde evaluarlas ni calificarlas.
¿Se va a juntar con Jaime Mañalich para hacerle el traspaso del ministerio?
Se va a juntar con el jefe de gabinete y tenía reunión con los subsecretarios.
¿Pero usted?
No, no tengo nada en la agenda.
Junto con otros, como el excanciller Roberto Ampuero o el exministro de Educación Gerardo Varela, usted era una de las apuestas del Presidente, al ser independiente, ¿queda de manifiesto que la experiencia y el manejo político son fundamentales en un gabinete?
Creo que al servicio público hay que llamar a los talentos, independiente de dónde ellos estén, y por cierto que en los partidos políticos hay muchos talentos, pero por un tema de masa crítica hay muchos talentos que están fuera de los partidos. Millones de chilenos no están en los partidos políticos, entonces creo que el plantear que es una necesidad o una restricción para invitarse al servicio público sería un pecado capital para el país.
Pero lo cierto es que los ministros sin ese peso político han salido del gabinete, usted mismo señala que una de sus debilidades es no contar con una red política.
Bueno, si la hubiera tenido me habrían resultado las cosas más fáciles, me podría haber adelantado a algunas de las diabluras que hacían algunos parlamentarios desde oposición.
Usted fue el primer ministro en ser interpelado por la modificación al protocolo de objeción de conciencia, ¿cómo analiza ahora ese episodio?
A la luz de cómo sucedieron las cosas, si tuviera que enfrentarme a una decisión de ese tipo ahora, haría más de una consulta, algo que no hice porque solamente vi que teníamos la amenaza de que el Hospital El Pino prácticamente se tenía que cerrar y yo decía ¿dónde vamos a atender a los enfermos? Pero el Tribunal Constitucional dio la razón a lo que nosotros habíamos establecido, pero sin duda que ahora haría más de una consulta.
La instalación del Hospital Digital, uno de sus proyectos emblemáticos, fue muy cuestionada.
Pero de dónde viene ese cuestionamiento, viene de las mismas sociedades. Un grupo de especialistas, dermatólogos en este caso, me mandan una carta y me señalan que ellos van, como sociedad, a formalizar su retiro en los hospitales públicos dado que esto amenaza su forma de trabajo. Son los mismos que ven amenazados sus negocios.
¿Cuáles van a ser sus planes ahora?
Seguir empujando la agenda transformadora de Salud, independiente de donde esté.
Emilio Santelices y posibles cambios a la reforma a las isapres: “Eso sería dispararse en los pies”
Sin entrar en descalificaciones, el exministro de Salud aborda las críticas que su sucesor, Jaime Mañalich realizó al proyecto que busca reformar las isapres.
El ministro Jaime Mañalich fue crítico respecto a la reforma a las isapres, ¿le preocupa que hayan cambios o se pueda obstaculizar el procesos de reforma?
La ley de isapres que presentamos al parlamento, la trabajamos activamente durante un año. Y el Presidente estuvo muy involucrado en ella. Yo participé y formé parte del primer gobierno del Presidente Piñera por que colaboré lealmente con el ministro Mañalich, como jefe de desarrollo estratégico del Ministerio, y muchas de las cosas que hemos logrado comenzar a implementar en este programa del gobierno vienen de esa construcción que empezó entonces. Y lo que nosotros hicimos fue avanzar más porque esta nueva ley da pasos más profundos. Técnicamente, tiene mucho más sustento que la ley anterior. Esta ley es mucho más estructural y va a resolver a fondo el problema de las isapres, porque incorpora el término de las preexistencias, agrega el término de la declaración de salud, lo cual es un tema clave. La otra ley contemplaba una tarifa plana, y ahí hay un error también profundo, porque uno podría entender aparentemente que cuando le cobramos a todos por igual es más solidario, pero no es así, porque cuando le cobramos a todos por igual vamos a tener a pobres jóvenes, pagándole a viejos ricos. Entonces, si se quiere volver atrás, es decir, tendríamos que romper los sustentos técnicos que validamos con el Presidente. Yo creo que eso sería dispararse en los pies.
El ministro Mañalich dijo que usted le daba poco mérito a lo avanzado durante el primer gobierno del Presidente Piñera y tenía problemas de técnica legislativa, ¿cómo responde a eso?
El ministro Mañalich nunca me llamó para que le pudiera aclarar sus dudas respecto al proyecto de isapres. Nunca me lo preguntó y nunca se acercó al Ministerio y por consiguiente, pienso que él, desde el desconocimiento, planteó que era un tema de técnica legislativa, no lo era. Porque eso, la técnica legislativa es válida cuando uno lo que va a hacer es indicaciones a un proyecto que ya tienen su estructura, pero en este caso había que generar un proyecto nuevo.
Si nosotros asumimos que técnicamente esta ley era robusta, efectivamente, yo estoy de acuerdo con su afirmación. Pero el problema no era de técnica legislativa aquí era de diseño técnico. Nosotros ya no podemos seguir esperando diez años para discutir respecto a las isapres, entonces tenemos que entrar primero con una propuesta técnicamente robusta y lo es. Y en segundo lugar, generar el consenso para obviamente desperfeccionarla pero ya dentro de un marco y por eso trabajamos a puertas cerradas, sin lobby, sin intereses cruzados, sino que con equipos técnicos.
¿Nunca conversó con Mañalich respecto de este tema?
No.
¿Había falencias en el otro proyecto anterior?
Este proyecto es mucho más profundo y, por primera vez en Chile, nosotros instalamos el concepto de seguridad social en salud. Desde nuestro sector, eso es impensado, seguridad social en salud, administrada por privados, como es en otros países como por ejemplo, Holanda.
La Tercera/Agencias
