La Comisión Nacional de Telecomunicaciones filipina ordenó el cese de emisiones de ABS-CBN con el argumento de que su licencia expiró ayer, 4 de mayo.
ABS-CBN -el canal de televisión más antiguo del Sudeste Asiático en el que trabajan unas 11.000 personas- lleva 25 años en antena, pero en los últimos tiempos se ha convertido en centro de las críticas del presidente filipino, Rodrigo Duterte, que lo ha acusado de publicar noticias «injustas».
Desde el entorno de Duterte han insistido en que la renovación de la licencia, pendiente de debatirse en el Congreso tras numerosos retrasos, no corresponde al gobierno y que el mandatario no está ejerciendo presión al respecto.
«La posición del presidente es que se trata de un asunto que compete a la Comisión Nacional de Comunicaciones y respetará su decisión», indicó hoy su portavoz, Harry Roque.
El pasado marzo, el Congreso tuvo un primer debate sobre la licencia de ABS-CBN, pero el parón parlamentario -que en Filipinas se produce entre marzo y abril- y la cuarentena por la pandemia de COVID-19 han impedido reanudar la discusión antes del fin de la licencia.
DEMANDA JUDICIAL
Pero la ofensiva a ABS-CBN también viene desde el flanco judicial, ya que el fiscal general, José Calida -figura que equivale a la Abogacía del Estado-, presentó en febrero una petición ante el Tribunal Supremo para que anulara la licencia del canal.
Calida alegó que ABS-CBN «ejerce ilegalmente», ya que se financia parcialmente con capital extranjero, lo que viola la ley filipina sobre medios nacionales.
Desde la cadena han insistido en que sus operaciones «cumplen la ley» y que el capital foráneo entró a la compañía mediante «recibos de depósito filipinos» (PRD, en inglés), lo que está permitido. (DW, efe, ap)