Unidad Constituyente y su olvido de la clase media

Unidad Constituyente y su olvido de la clase media

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Aun sabiendo que sin ese segmento amplio y oscilante electoralmente no se ganan elecciones presidenciales, en más de dos horas de debate la idea de clase media no fue mencionada explícitamente ni por Provoste, ni por Narváez ni por Maldonado. Sí, leyó bien. La clase media no apareció en todo el debate. Ninguna visión de cómo recuperar los sueños movilizadores de ese grupo mayoritario, hijo de esa misma Unidad Constituyente y que hoy se siente a la deriva.

Relato de la centroizquierda. En pocos meses, cuando termine el actual gobierno, se cumplirán 32 años desde el retorno a la democracia. De ellos, 24 habrán sido conducidos por una centroizquierda -hoy Unidad Constituyente- que en ese periodo fue capaz de interpretar de mejor manera que la derecha las subjetividades y sensibilidades ciudadanas. La promesa de libertad para pensar, decir y hacer, sumada a la perspectiva del progreso económico, resultó movilizadora para una población ansiosa por huir de la pobreza y sacudirse del autoritarismo conservador. 

  • Fueron 24 años en que el relato de la centroizquierda se materializó en una notable disminución de la pobreza y en el florecimiento de una clase media que, en base a su esfuerzo, arribó a otro estándar de vida material y simbólico. Narrativa que se hizo carne en un ciudadano de naturaleza individualista y subjetividad liberal que, protestas más o menos, valoraba la promesa de progreso de la centroizquierda. 
  • Un relato social y político de largo aliento que, con el paso de los años, se topó con que el avance individual requería condiciones basales constantes para materializarse, como un crecimiento alto y sostenido y un empleo estable con ingresos crecientes. Cuando estas condiciones crujieron, evidenciaron la enorme vulnerabilidad de las personas frente a accidentes o desastres, tanto naturales como familiares, y también frente a lo inevitable, como la vejez que pasó a ser sinónimo de pobreza.

Veleidosa clase media. El desdibujamiento del relato de la hoy llamada Unidad Constituyente posibilitó la llegada de los dos gobiernos de derecha que no prometieron otra cosa que devolverle la esperanza perdida a esa clase media hija de la Concertación.  Un primer gobierno Piñerista que generó empleo, pero no se hizo cargo de las debilidades del mercado para proveer seguridad y derechos sociales. Y este segundo, mal evaluado por la ciudadanía, entre otras cosas por haber prometido rescatar a la clase media para terminar abandonándola.

  • Con esta reflexión en mente, el debate televisivo de Unidad Constituyente resultó muy decidor de lo poco que sus aspirantes entienden sobre su legado o de lo mucho que le temen a esa veleidosa clase media que criaron y hoy no parecen reconocer. 
  • Aun sabiendo que sin ese segmento amplio y oscilante electoralmente no se ganan elecciones presidenciales, en más de dos horas de debate la idea de clase media no fue mencionada explícitamente ni por Provoste, ni por Narváez ni por Maldonado. Sí, leyó bien. La clase media no apareció en todo el debate. Ninguna visión de cómo recuperar los sueños movilizadores de ese grupo mayoritario, hijo de esa misma Unidad Constituyente y que hoy se siente a la deriva. Ningún guiño a ese ethos liberal y emprendedor, alimentado por sus propios gobiernos y hoy maltrecho por sucesivas crisis políticas, sanitarias y económicas, pero esperando volver levantarse. 
  • Mientras Gabriel Boric logró convocar a los grupos medios a la gesta épica de forjar un nuevo Chile diverso e inclusivo, Sebastián Sichel, otrora concertacionista, invitó al Chile de clase media a volver a creer – ¿se puede?, sí se puede les dijo-. 
  • En la vereda opuesta, los verdaderos padres y madres del segmento medio se dedicaron a ofrecerles la mantención del Ingreso Familiar de Emergencia y cuanto bono hubiera disponible, derrochando tanto paternalismo como falta de sintonía con las subjetividades de quienes ellos mismos habían empujado a moverse socialmente. 
  • Si bien es cierto que la clase media demanda protección y garantías sociales, estas tienen mucha relación con el aseguramiento de las condiciones basales necesarias para volver a creer en el valor del esfuerzo individual, retomar el sueño de la movilidad social y sentir nuevamente esa adrenalina emprendedora alimentada por la generación de riqueza como condición de posibilidad.

Debate de Unidad Constituyente. Pero sobre ello no se escuchó nada en un debate donde se conversó en claves y códigos de política pública, como si ya estuvieran gobernando o sentados exponiendo en la CEPAL o en una discusión en el Congreso. Una retórica desconectada de la ciudadanía donde los únicos temas en disputa fueron los entreveros partidarios para nombrar a sus candidatos. 

  • A diferencia de Chile Vamos y de Apruebo Dignidad, que se inscribieron a tiempo y lograron tener primarias legales con franja televisiva y amplia cobertura, a Unidad Constituyente le urge abrir todos los espacios de visibilidad disponibles desde donde argumentar sus tardías motivaciones para llegar a la papeleta de noviembre. 
  • Desde esa perspectiva, resulta incomprensible que en horario prime, con dos canales de televisión abierta sólo para ellos, hayan dejado flotando en el aire la idea que, de ahora en más, la clase media deberá buscar en Sichel o en Boric el liderazgo dispuesto a conducirla. (Ex Ante)

Cristian Valdivieso

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