Ucrania comenzó a movilizar a unos 50.000 soldados en el marco del conflicto en el este del país con los separatistas prorrusos, una acción duramente criticada por el gobierno en Moscú.
«Nuestra patria necesita ahora a patriotas aguerridos», dijo el ministro de Defensa, Stepan Poltorak. La televisión mostró a jóvenes que eran sometidos a controles médicos y recibían armas y uniformes.
La movilización fue defendida por las autoridades ucranianas, que consideraron que permite mejorar la seguridad en el país. «Junto a nuestra frontera hay un país hostil, por eso debemos entrenar a nuestra gente en el manejo de armas, para proteger a nuestro país», señaló Juri Biriukov, asesor del presidente Petro Poroshenko.
La primera movilización del año durará unos 90 días. Para abril y junio está previsto que se hagan dos nuevos llamamientos a filas. En total, el Ministerio de Defensa quiere armar a 104.000 reservistas.
La medida es controvertida incluso dentro de Ucrania. Los medios locales indicaron que muchos hombres pagan sobornos para no ser convocados.
Rusia criticó la movilización de tropas y advirtió de una nueva escalada del conflicto en el este de Ucrania.
Por su parte, el líder separatista Alexander Sajarchenko acusó al gobierno en Kiev de estar realizando «preparativos de guerra». «Nosotros no somos débiles y estamos preparados para reaccionar de la manera adecuada», advirtió.
Mientras tanto, continuaron los esfuerzos para encontrar una solucón diplomática al conflicto. El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, invitó a sus homólogos de Ucrania, Rusia y Francia a un nuevo encuentro el miércoles por la noche en Berlín.
«Ahora se trata de evitar un recrudecimiento de los enfrentamientos militares y de una nueva escalada política entre Kiev y Moscú. Eso vale todos los esfuerzos», manifestó Steinmeier, después de que la semana pasada los cuatro ministros no lograran acordar los términos de una cumbre de los líderes de sus países.
Tras el resurgimiento de los combates en el este de Ucrania, Rusia manifestó sus dudas sobre la celebración de una cumbre de crisis de los jefes de Estado y de gobierno, que debería haberse realizado a mediados de enero.
El portavoz del presidente Vladimir Putin, Dmitri Peskov, dijo que es improbable que haya una cumbre de este tipo porque el gobierno ucraniano está alimentando el conflicto armado en el este del país.
Rusia rechazó las acusaciones de que envió tropas y armas a la región de Lugansk, que calificó de «disparate total». «No es casual que ese tipo de alucinaciones sobre una ‘ocupación rusa’ provengan de los presuntos ideólogos de una solución militar del conflicto», aseguró el jefe militar Igor Konashenkov.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, había asegurado que dos batallones rusos cruzaron la frontera.
Asimismo, Yatseniuk aformó que hoy que la guerra en el este del país no debe ser calificada como civil, sino como un conflicto armado entre dos países provocado por la agresión de la vecina Rusia.
«No tenemos un conflicto dentro de Ucrania. El conflicto militar bilateral entre Ucrania y Rusia ha sido provocado por la agresión militar rusa, la anexión de Crimea y la invasión del territorio oriental de Ucrania», dijo Yatseniuk en una rueda de prensa conjunta con la jefa del Ejecutivo polaco, Ewa Kopacz, de visita en Kiev. (La Tercera-EFE-DPA)