Parece una ironía, pero quienes acudieron a los tribunales de justicia buscando hacer respetar el imperio de la ley deberán ahora concertar una solución, junto con las autoridades, para resguardar a los ocupantes por las precarias condiciones de vida en que se hallan.
Se atribuye a Pitágoras una frase muy atingente: “el legislador debe ser el eco de la razón, y el magistrado, el eco de la ley”. En otras palabras, al juez lo que es del juez: fallar con apego a la ley. De lo contrario, se corre el riesgo de que, persiguiendo soluciones en apariencia justas, se desconozca el derecho de la parte afectada y se le cargue con deberes que corresponden al Estado, vulnerando la igualdad ante la ley y la separación de poderes. (El Mercurio Cartas)
Andrea Martínez M.
Observatorio Judicial