Hasta cuándo, Evo

Hasta cuándo, Evo

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Reconozcamos que la estrategia chilena con Evo Morales ha sido equivocada. Abusa y agrede sin respetar límite alguno. La solución no es fácil. Habría que combinar la paciencia con la firmeza frente a sus provocaciones.

Distintos gobiernos nacionales han optado por no enfrentarlo. Algunos para no contribuir a su victimización. Usa la táctica nazista y comunista de exponerse como víctima para imponer autoritarismo populista. Para crear simpatías se presenta como si fuese el primer mandatario indígena. Muchos de sus predecesores eran igualmente mestizos y con más títulos: hablaban correctamente quechua y aimara. Evo los balbucea. Su apellido algo indica, no es Choquehuanca.

Para consolidarse recurrió a otro engaño: fabricó enemigos. Primero las autonomías de Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz. Negoció, corrompió y las reprimió. Luego acudió al manido imperialismo norteamericano. Expulsó a su embajador en La Paz y a la agencia para combatir el narcotráfico. Le convenía: es presidente del sindicato de cocaleros. Más adelante las emprendió en contra de Chile. «Ni una molécula de gas para Chile», ha dicho, con calificativos injuriosos para parlamentarios y mandatarios chilenos. Eso le proporciona votos, congrega hasta a sus opositores.

La soberbia de Evo es famosa. A tres mil y tantos metros desde La Paz, nos mira para abajo. Pretende pautearnos, anticipando los avisos oficiales de la visita papal y del cronograma de la Corte de La Haya. Instrumentalizará la visita pastoral del Pontífice para hacerla política. Evo juega con reglas diferentes. Para él no hay reglas inviolables y tampoco respeto por los valores y prácticas universales.

Muchos gobiernos chilenos le han tolerado casi todo creyendo apaciguarle. Hoy deben estar arrepentidos. La opinión pública ya reconoce que la tolerancia no favorece la defensa de los intereses nacionales ni las correctas relaciones con Bolivia. Fue tímida la nota diplomática -aun secreta- que debió protestar enérgicamente por la Constitución boliviana que pide desconocer el Tratado de 1904 que acordó la paz y la frontera con Chile. El vicepresidente boliviano es recibido en La Moneda a pesar de agraviarnos. En estos días el ex Presidente y vocero de Evo y de la causa boliviana, con desparpajo, anunció su próximo ingreso al país: inaceptable. Se incurre en tentaciones bolivarianas de citas presidenciales que Evo explota a su favor. Poco se saca después con calificarlo de mentiroso.

Habrá que vivir con Evo sin equívocos, fijándole límites de lo que es tolerable y preparándose bien para enfrentarlo en todos los terrenos. Tenemos que brindar mayor atención en el control de la frontera y del narcotráfico, ser activos en la diplomacia pública y reservada y estar vigilantes en los foros internacionales, no como sucedió en ALBA y acaba de suceder en estos días en Aladi.(El Mercurio)

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