«Como estrategia, como salida comunicacional, está muy buena». Es la definición que el analista político y decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, hace de la performance con que la Presidenta Michelle Bachelet enfrentó la crisis, provocada por su hijo Sebastián Dávalos, en el primer día de regreso de sus vacaciones, pero advierte que el desafío es pasar a otra etapa, la de generar una fórmula para comenzar a subir en las encuestas.
Con ello alude particularmente a la estrategia de la mandataria de apelar a su doble calidad de jefe de Estado y madre cuando plantea que «durante estos últimos días han ocurrido una serie de acontecimientos que han generado preocupación, sin duda y que para mí, como madre y Presidenta, han sido momentos difíciles y dolorosos, pero también quiero enfrentarlos frente a ustedes con claridad y con decisión».
Guzmán hace hincapié en que «esta doble figura es la que trató de reflejar en su campaña». Sin embargo, para el experto «ya es tiempo de empezar –más allá de las políticas de contención- a tener estrategias para subir y ese el gran desafío comunicacional» del equipo de la mandataria. Ello, porque «cuando se está preocupado solamente de no caer (en las encuestas) se configura una estrategia completamente distinta a la que habría que implementar para mejorar» y, a su juicio, «ese es el dilema que tienen que resolver sus asesores», en adelante.
Para el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central, Marco Moreno, el discurso «le dio contexto y justificación política y ética a la renuncia de Dávalos. A partir de un hecho que definió como doloroso está apostando a cambiar el clima. Junto con lo anterior aprovecha el caso para subir el estándar de exigencia para quienes trabajan en el Estado».
Pero también, enfatiza, «envió una señal potente a quienes operan desde el mundo privado, en el sentido de fijar un claro límite entre estas dos esferas. Para evitar su transgresión buscará reforzar la institucionalidad».
Moreno va más allá en su análisis, asegurando que una vez más, Bachelet «colocó su capital político y capacidad de liderazgo, de articulación, para buscar generar un clima distinto del que ha ido instalándose durante los últimos meses».
DEL DISCURSO A LO CONCRETO
Desde el oficialismo plantean que el discurso cierra una etapa y abre otra; la legislativa, a través de la cual se concretarían algunos de los compromisos que asumió la mandataria en su intervención como «regular de manera eficaz las relaciones público-privadas y entre la política y los negocios» con iniciativas a tramitarse en el Congreso, donde ya está, por ejemplo, el proyecto de ley sobre financiamiento de la política.
En esta línea, uno de los vicepresidentes del PPD -parte de cuya directiva se reunió ayer en la tarde para analizar los alcances del caso Dávalos-, Gonzalo Navarrete, explica que la Presidenta «habló de una práctica de igualdad y eso requiere modificaciones legales en los temas de la plusvalía de los suelos, la relación entre negocio y partidos. Es la segunda etapa, fijando el marco legal, concreto, de leyes y fiscalización que hay que hacer».
En la misma línea, el vicepresidente de la DC Fuad Chahín, sostiene que, al enfrentar al país, la mandataria cerró la etapa política del caso Dávalos; «lo que viene ahora es una etapa legislativa, de poder perfeccionar -y en eso todos tenemos que colaborar- la relación entre los negocios y la política para poder generar verdaderas murallas chinas entre ambas cosas».
El timonel del PS, Osvaldo Andrade, en tanto, advirtió que el mundo político debe «ocuparse», asumiendo los planteamientos hechos por Bachelet. Mientras que el senador PPD Felipe Harboe sostiene que al apelar a estándares, la Presidenta «veladamente está haciendo una crítica al actuar de su hijo».
FOCO EN LA AGENDA
A las 07:20 de la mañana de ayer la presidenta Michelle Bachelet arribó a Palacio para retomar sus funciones e inmediatamente, sostuvo el primer comité político de ministros con los titulares de Hacienda, Segegob, Segpres y el ministro del Interior (s), Mahmud Aleuy. En la cita, se comenzaron a trazar las primeras líneas de las prioridades por área que impondrá el Ejecutivo durante el primer semestre del año. Educación, salud, economía, energía y seguridad afloraron como las tareas más urgentes, además del proyecto de ley de financiamiento de la política que, a raíz de los últimos casos que investiga el Ministerio Público han adquirido mayor relevancia para La Moneda.
Tras el encuentro, que duró cerca de una hora, la Presidenta le informó a los ministros que enfrentaría ante la prensa el caso de su hijo, Sebastián Dávalos, sin adelantar en detalle el contenido del texto que leyó en el Salón Toesca, de Palacio.
Luego de la declaración de la mandataria, que fue trabajada con recelo durante el fin de semana con su grupo de asesores más cercanos, y que, según fuentes de Palacio, fue compleja de armar debido al factor personal, Bachelet se dirigió junto al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, a la localidad de Isla de Maipo, para inaugurar una sala cuna y un jardín infantil.
Allí, al finalizar su intervención, insistió en la idea que su gobierno tiene como norte trabajar por la igualdad de oportunidades, como una práctica y no como un discurso. «Las mejores oportunidades no se dan sólo en discursos, sino que con este tipo de actividades», precisó la gobernante.
Luego, el vocero de gobierno, Álvaro Elizalde, destacó que se continuará trabajando, centrando el foco en las prioridades y resaltando el éxito que tuvo para el Ejecutivo el cumplimiento de las metas del 31 de enero, que esperan replicar este 2015.
LA DERECHA
En la misma línea como han enfrentado hasta ahora el caso Dávalos, los dirigentes de la Alianza estimaron insuficientes las palabras de la mandataria. Incluso el secretario general de la UDI, diputado Javier Macaya, señaló que le parecía necesario que la mandataria se hubiera mostrado abierta «a ponerse a disposición» de colaborar con la Justicia e insistió en que, con su intervención, no habría aclarado las múltiples dudas que han expresado desde la derecha respecto del negocio en que participó el hijo de la Presidenta, Sebastián Dávalos, y su señora, Natalia Compagnon, por lo que no dan por cerrado el capítulo.
Desde Renovación Nacional la mirada es similar. Si bien el secretario general de la tienda, Mario Desbordes, valoró los dichos de la mandataria «desde lo personal», se mostró insatisfecho con sus explicaciones, puesto que «este caso, que afecta directamente a su círculo familiar más cercano, ha dañado la imagen país, situación que es inédita en tiempos de democracia. Hubiéramos esperado que nos contara de primera fuente, antes, lo que hoy nos ha dicho».
Más adelante apuntó a lo que ha sido la base del discurso de la Presidenta desde que llegó al gobierno, argumentando que «la presidenta Bachelet ha dicho en varias ocasiones que anhela un país sin privilegios, donde existan oportunidades para todos, pero este caso es el emblema de la desigualdad y de los privilegios. Jamás se habría otorgado este crédito de no tratarse de la familia de la Presidenta».
A partir de lo cual, del mismo modo que en la UDI, destacó que Bachelet deja muchas preguntas sin contestar, pese a haber abordado el tema. (DF)