Chile tiene la inflación más alta en décadas, el dólar prácticamente a mil pesos, fuga masiva de capitales, un gasto estatal inaceptablemente ineficiente, un Estado capturado por intereses políticos, inmigración ilegal fuera de control, delincuencia, homicidios y terrorismo desbordados, crimen organizado avanzando como en los países más peligrosos de la región, un sistema educativo en franco proceso de degradación —a pesar de ser el segundo que más recursos recibe como porcentaje del PIB en la OCDE—, crecimiento económico fulminado, productividad atrofiada, cuentas fiscales cada vez más deterioradas, prestigio internacional en caída libre, etcétera.
Todo esto lo ha generado esencialmente la misma clase política que nos exige pagar más impuestos hoy, después de haberlos subido sistemáticamente por décadas bajo la promesa de que íbamos a estar mejor. Es obvio que ha fracasado colosalmente.
Como ciudadanos no deberíamos darle un peso más a una clase política inepta que ha fallado de manera tan dramática en el uso de nuestros recursos. Son ellos los que trabajan para nosotros y no al revés. Es hora de exigirles que empiecen a hacer su trabajo como corresponde y dejen de reclamar que les falta todavía más plata, pues mientras más les damos, peor nos va. (El Mercurio Cartas)
Axel Kaiser