Pocos acuerdos en el último tiempo han resultado tan desastrosos como la compra de la empresa de servicios públicos alemana Uniper por parte del grupo energético finlandés Fortum en 7 mil millones de euros.
El grupo con sede en Düsseldorf ha estado al borde de la quiebra desde la invasión rusa a Ucrania, lo que provocó la decisión de Alemania el miércoles de nacionalizarlo.
El rescate de 29 mil millones de euros de Uniper lo convierte en el mayor de la historia de Alemania y uno de los más grandes en Europa desde la crisis financiera, dando a los asesores de Uniper en Rothschild y del gobierno alemán en Lazard una gran carga de trabajo.
Fortum no tiene más remedio que aceptar su destino. La interrupción de las entregas de gas de Rusia obligó a Uniper a comprar gas en el mercado abierto a precios altísimos, lo que casi lo llevó al colapso.
Es poco probable que sea el último rescate energético en Europa: la propia Fortum aceptó un respaldo de 2.400 millones de euros del Estado finlandés este mes.
La pérdida de 6 mil millones de euros no es motivo de celebración para Fortum. Pero sus accionistas reaccionaron con alivio, elevando las acciones más de 10%.
Al menos los asesores de Fortum en Barclays y Perella Weinberg pudieron obtener ganancias del trato.
La empresa con sede en Espoo ahora se ha convertido en lo que los inversores siempre habían esperado que fuera: una empresa de servicios públicos nórdica centrada en la energía libre de carbono.(FT-DF)