El cambio de gabinete efectuado este viernes por el Presidente Gabriel Boric, el segundo en sus 12 meses de administración, dejó coletazos al interior del oficialismo.
Tanto el Partido Radical como el Liberal, durante este fin de semana, hicieron pública su molestia tras la reorganización ministerial, especialmente de esta última colectividad, cuya salida de su militante, Juan Carlos García de la cartera de Obras Públicas, generó un cambio de tono hacia el Gobierno junto con un remezón interno.
Y es que la marginación del arquitecto del MOP dejó al PL sin ninguno de sus militantes a cargo de una secretaría de Estado de cara a este segundo año de mandato de Boric, lo que llevó a la directiva a pedir la renuncia del timonel Patricio Morales, asumiendo Juan Carlos Urzúa como líder interino.
Tras asumir su nueva posición, Urzúa fue claro al momento de dar a conocer las nuevas directrices del partido de ahora en adelante: «El tono tiene que cambiar, porque de algún modo se expresó la molestia y la humillación. Nuestro premio a la lealtad fue quedar fuera», dijo este sábado, aunque reconoció que «el ADN del partido no cambia y la forma de hacer política no cambia».
Y es que pese a obtener dos subsecretarías, con Verónica Pardo en Hacienda y Luis Felipe Ramos en Energía, el no tener a cargo un ministerio pesa dentro de la colectividad. «La bancada está muy incendiada, tiene un momento donde se siente pasada a llevar».
Por su parte, Juan Carlos García, en conversación con La Tercera, manifestó que su salida no se lo toma a nivel personal ni tampoco sacaría «epítetos de dolor o de traición», aunque aseguró que se deberá «restablecer las confianzas con el partido de un modo que no descanse sólo en las relaciones personales del Presidente con el Presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, y con el expresidente del partido Patricio Morales«.
En el Partido Radical también quedaron molestos tras el cambio de gabinete. Y es que pese a que Marcela Hernando (PR) continúa al mando del Ministerio de Minería, la nueva repartición de subsecretarías, que introdujo aún más al Socialismo Democrático en el Gobierno, ningún militante de esa colectividad fue considerado en esta pasada.
Si antes del viernes, Socialismo Democrático tenía a su haber cuatro subsecretarías (dos el Partido Socialista y dos el PPD), ahora la coalición tiene ocho, donde ninguna está en manos de los radicales (Cinco el PS Y tres el PPD).
Ante esto, el timonel radical, Leonardo Cubillos, afirmó que su partido se encuentra en reflexión dado que este reajuste ministerial desequilibró las fuerzas políticas «afectando al radicalismo».
«El Presidente dio una señal política que nadie puede soslayar. Acusamos recibo de su mensaje. El PR tampoco puede obviar esa señal, y nos encontramos analizando y reflexionando las decisiones que adoptaremos a partir de la señal política enviada por el Gobierno. No se escuchó nuestra solicitud de mayor incidencia para mayor pertenencia», dijo Cubillos aseverando que «llegó el término de la fraternidad radical y comienza la dignidad radical».
Desde el Gobierno han tratado de bajar el perfil a esta nueva polémica. Este domingo, en entrevista con Estado Nacional, la ministra del Interior, Carolina Tohá señaló que «no es un castigo ni un premio estar en el gabinete, es armar el equipo más apropiado».
«Cuando tienes 11 partidos, de distinto tamaño (…) hacer cerrar este círculo es muy difícil, sobre todo cuando quieres privilegiar que estén ahí las mejores personas«.
En cuánto a la relación con el Partido Liberal, Tohá manifestó que «Si hay un partido que todos consideran como mejor compañero, es el partido liberal y ojalá en esta tensión podamos resolver que no ponga en duda esto».
De hecho, la jefa de gabinete desclasificó un episodio ocurrido el viernes y que tiene relación con el retraso en la ceremonia: «El atraso que hubo, que fue menor, fue porque el presidente se dio un un rato para conversar con más calma con el Partido Liberal que estaba muy inquieto, nada más. No generó ningún cambio, fue solamente para conversar». (Emol)