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Llegada de Vodanovic al Senado pone fin al tutelaje de Escalona en el PS

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ROBERTO CANDIA

A pesar de la aparente calma y unanimidad para designar a la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, como senadora en reemplazo del nuevo ministro Álvaro Elizalde, algunos momentos de tensión rodearon las deliberaciones en la directiva y en la comisión política del partido.

Uno de esos episodios se dio el jueves en la noche, en la reunión de la mesa ejecutiva (directiva).

Un comentario del vicepresidente Arturo Barrios (representante de la facción Grandes Alamedas), quien ya había adelantado públicamente que no había incompatibilidad entre ser presidenta del partido y a la vez senadora, incomodó al secretario general, Camilo Escalona (líder del grupo Nueva Izquierda).

Hasta esos instantes, el diputado socialista Jaime Naranjo (miembro de la disidencia) era el único que había abogado para que Vodanovic dejara la jefatura partidaria si es que asumía el escaño senatorial por la Región del Maule, que dejaba Elizalde por su nueva investidura como ministro secretario general de la Presidencia.

Sin embargo, según admitían en privado varios dirigentes, incluyendo algunos miembros de la mesa, había sospechas de que la facción de Escalona estaba detrás de las presiones soterradas para que Vodanovic dejara la presidencia del PS a cambio de su nominación como parlamentaria.

Por ello, anticipándose a los rumores, Escalona dijo que no aceptaría insinuaciones. Comentó que hace años no tenía relación con Naranjo y dio inmediatamente su apoyo para que la abogada asumiera el cupo senatorial, agregando que tampoco veía incompatibilidad en que ella mantuviera la jefatura de la colectividad.

Camilo Escalona.

Si bien el mismo Escalona, el miércoles pasado, se adelantó a descartar su interés por llegar al Senado en reemplazo de Elizalde, en el Partido Socialista sospechaban que el exsenador en realidad tenía sus aspiraciones puestas en liderar la colectividad, aprovechando el movimiento de cargos.

Las declaraciones del mismo Escalona en las que señalaba que el Comité Central debía zanjar la vacante senatorial, alimentaron aun más esas suspicacias. “No hay un artículo que diga cómo se hace el procedimiento (de reemplazo)… El sábado 29, el máximo órgano -que es el Comité Central- está convocado por razones de aprobación del balance del año 2022, con el propósito de fijar la fecha del congreso (ideológico del PS) y con el propósito de completar la mesa, porque la vicepresidente Nicole Cardoch asumió como subsecretaria. Naturalmente se puede incorporar este nuevo tema (el reemplazo). La ley de partidos establece que el órgano rector y resolutivo se llama órgano resolutivo intermedio. Y en el estatuto del PS se establece que ese órgano resolutivo intermedio es el Comité Central”, dijo el secretario general, el miércoles pasado.

Aunque en ningún momento el exsenador dio otras señales que cuestionaran la llegada de la presidenta partidaria al Senado, sus palabras también translucían que la relación con ella ya no era la misma del año pasado.

Tras los comicios internos del 15 de mayo del 2022, Escalona había sido pilar fundamental en la llegada de Vodanovic (integrante del “lote” llamado Tercerismo) a la presidencia partidaria.

Si bien la abogada socialista había obtenido la primera mayoría personal con 2.521 sufragios y su facción (el Tercerismo) fue la que obtuvo la mayor cantidad de miembros del Comité Central, en vista de que el proceso de definición interna es indirecto, igualmente necesitaba del apoyo de uno de los otros dos grupos mayoritarios del partido: la Nueva Izquierda (liderada por Escalona) o Grandes Alamedas (cuyos principales referentes son el exsecretario general Andrés Santander y el senador Alfonso de Urresti).

Antes de las elecciones, De Urresti era el favorito para tomar la conducción de la colectividad. No obstante, el senador por Valdivia salió tercero en votaciones personales con 1.536 votos, detrás de Escalona con 2.006 respaldos.

El resultado significó una derrota para el sector de Grandes Alamedas, que hasta el final se resistió a darle el apoyo a Vodanovic. Por el contrario, Escalona no titubeó en respaldar a Vodanovic a cambio de quedarse con la secretaría general (el segundo cargo de importante en la directiva).

No obstante, la relación entre Vodanovic y Escalona ha estado sometida a algunas tensiones, particularmente por la definición de alianzas de cara a las próximas elecciones de consejeros constitucionales.

Mientras la presidenta del partido estaba inclinada por mantener el pacto con el PPD y desdramatizar la idea de las dos listas del oficialismo, su secretario general se la jugó por una sola nómina de candidatos o, en su defecto, presentarse junto al PC y el Frente Amplio, con el argumento de que debían estar al lado del partido del Presidente Gabriel Boric (Convergencia Social, una de las tiendas del frenteamplismo).

A diferencia de las deliberaciones que se dieron el año pasado, en esta ocasión, Grandes Alamedas fue la primera facción en plegarse sin condiciones a Vodanovic para que ella asumiera la vacante de Elizalde.

Al llegar a la bancada de senadores del PS, la abogada reforzará uno de los principales flancos de su gestión, que era no ser parlamentaria. Además, era la primera vez que asumía un cargo en la directiva.

Por lo tanto, su dupla con Escalona, quien había sido diputado y senador y tenía experiencia como presidente y secretario general de la colectividad, le permitía llenar en parte esos vacíos.

Ahora, ya no dependerá de otros para influir legislativamente y ser parte de las principales negociaciones políticas que se den con el gobierno y con la oposición. Tendrá el mismo estatus que otros presidentes de partido: los senadores Javier Macaya (UDI), Francisco Chahuán (RN), Juan Ignacio Latorre (RD) y los diputados Diego Ibáñez (Convergencia Social) y Alberto Undurraga (DC).

Por otro lado, la cautela de Escalona, quien proponía definir la vacante en el Comité Central, es probable que ahonde la distancia de su facción con Vodanovic. De hecho, las palabras del secretario general fueron precedidas por declaraciones de otros miembros de la Nueva Izquierda, como el senador Gastón Saavedra, quien propuso ofrecerle el cupo senatorial a la expresidenta Michelle Bachelet.

En esa línea, el nuevo rol de Vodanovic, sus tensiones con Escalona y su acercamiento con Grandes Alamedas también podría incidir en que la directiva socialista se sustente en un nuevo eje de poder, según creen legisladores del partido. (La Tercera)