Y la ONU se hace presente-Magdalena Merbilháa

Y la ONU se hace presente-Magdalena Merbilháa

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Hace unos días la ex Presidente y ex Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet anunció públicamente que votaba “En contra” de la propuesta constitucional que se someterá a plebiscito este 17 de diciembre.

La ex Mandataria dice: “Chile no merece una Constitución que nos divida”. La verdad es que sus palabras impresionan, por decir lo menos. Ella estaba dispuesta a votar “Apruebo” en el proceso anterior, ella le decía sí a ese proyecto constitucional que no solo dividía a los chilenos, sino que fragmentaba a la Nación. Ella le decía sí al texto que iba contra toda la tradición republicana y constitucional de Chile. Ella quería refundar. Parece que las divisiones le importan cuando sus ideas no son las que priman. Por lo mismo, no acusa recibo que el 62% no quiso, ni quiere lo que ella calificó como “un gran punto de partida” y agregó “no es perfecta obviamente, nada es perfecto, ni la actual Constitución ni la antigua Constitución, pero creo que es un gran punto para avanzar más”. Ella consideraba que el texto anterior, ese que fue rechazado, era sólo un punto de partida. La pregunta entonces es: si el texto rechazado era sólo un punto de partida para ella, ¿cuál era su objetivo? El llamado “mamarracho” pretendía hacer de Chile un país nórdico, copiándoles a Bolivia o Venezuela. Era altamente marxista y atentaba contra Chile en su esencia, ya que lo refundaba. Pero para la ex Presidenta era sólo un punto de partida.

Hoy, frente a un texto que respeta la historia constitucional de Chile, tomando la base del texto vigente y mirando hacia el futuro, ella lo ve como algo que divide. No se entiende. Ella quiere algo más allá que la “pluriconstitución refundante”. Ella consideraba que eso era sólo un punto de partida. Ahora va “En contra”, es decir se quiere quedar con la constitución del 2005, basada en al de 1980. ¿Por qué? Simplemente porque sabe que esa opción le facilita más el camino para su fin.

La ex comisionada de la ONU busca avanzar en los lineamientos de esa institución para instaurar ideas socialistas. Es realmente paradójico que los votantes de derecha que van “en contra” argumentan que quieren la actual Constitución para evitar que las ideologías apoyadas desde los organismos internacionales sigan entrando. Esas ideas ya entraron y sin duda hay que luchar contra muchas de ellas. Pero cuando la ex Presidenta, que fue quien cambió el eje del país, la madre del Frente Amplio, vota de un modo es necesario hacer lo contrario. Michelle Bachelet es quien destruyó “la Concertación”, esa alianza moderada que dio gobernabilidad a Chile y la reemplazó por la “Nueva Mayoría”, en la que incluyó a los radicales de izquierda a la que de alma ella siempre ha pertenecido.

Fue el gobierno de Bachelet el que estancó a Chile, con su nefasta e inentendible Reforma Tributaria. Chile dejó de crecer y con ello truncó los sueños de los chilenos. Esa frustración llevó al descontento necesario, al “pasto seco” para que los ideólogos incendiaran la pradera el 18 de octubre de 2019. Ella antes de dejar el gobierno puso el tema constitucional y entregó una nueva Constitución que quedó en el cajón. Todo era parte de un plan: izquierdizar Chile, meterle como dijo entonces el senador Jaime Quintana “retroexcavadora”.

Es esencial mirar la película completa para entender que, si ella apoya la opción “En contra”, definitivamente esa no es una buena opción para nuestro país. Ella sabe que la actual Constitución, la vigente 1980/2005 está muerta, que ya la han pasado a llevar en innumerables ocasiones, sólo pensemos en le “retiros”, todos inconstitucionales. Sabe que, si se cambia el sistema político y se restringen las minorías y la atomización en el Congreso, será más difícil avanzar. Ella sabe que si gana el “En contra” le dará oxígeno y cintura al gobierno de turno y, por tanto, ve en esta opción el salvavidas para así volver arremeter desde el Congreso con un “paquete de Reformas” como anunció esta semana el presidente del PPD, el izquierdista radical, Jaime Quintana, el mismo de la “retroexcavadora”. Saque usted sus propias conclusiones, piense y junte las puntas, la Señora ONU ya se manifestó y dejó todo claro como el agua. (El Líbero)

Magdalena Merbilháa