Francia declaró este miércoles el estado de emergencia en el territorio francés de Nueva Caledonia, donde los disturbios contra una reforma del censo electoral dejaron cuatro muertos, entre ellos un gendarme, y cientos de heridos.
La «violencia es intolerable y será objeto de una respuesta implacable para garantizar el restablecimiento del orden», indicó la presidencia francesa, al anunciar la decisión del presidente Emmanuel Macron.
Por su parte, el primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció poco después de la entrada en vigor del estado de emergencia este miércoles el despliegue del ejército para asegurar los puertos y el aeropuerto de Nueva Caledonia.
«Los militares de las fuerzas armadas están desplegados para asegurar los puertos y el aeropuerto de Nueva Caledonia», dijo Attal al inicio de una reunión de crisis en París.
El Alto Comisionado, representante del Estado francés, Louis Le Franc, decretó toque de queda y la prohibición de TikTok, agregó Attal.
El régimen de excepción, instaurado en diferentes puntos del país en ocho ocasiones desde su creación en 1955, entró en vigor a las 05:00 horas del jueves (14:00 horas del martes en Chile) en este territorio colonizado por Francia a mediados del siglo XIX.
«El Estado tendrá mayores poderes para mantener el orden» y podrá «dictar prohibiciones de circulación, arrestos domiciliarios y registros», indicó la vocera del gobierno, Prisca Thévenot.
Las protestas comenzaron el lunes cuando la Asamblea Nacional, cámara de diputados francesa, empezó a debatir en París la reforma del censo electoral.
Actualmente, solo los votantes inscritos en 1998 y sus descendientes pueden participar en las elecciones regionales de este archipiélago del océano Pacífico y con 270.000 habitantes.
Los independentistas consideran que la ampliación del censo electoral, permitiendo votar a los radicados recientemente, llevará a reducir la influencia proporcional de los pobladores originarios canacos en las instituciones locales, que disponen de amplias competencias transferidas por París.
Tras una primera noche de graves disturbios el lunes, con incendios, saqueos y disparos contra la policía, las autoridades del territorio impusieron en vano un toque de queda, prohibieron las reuniones públicas y cerraron escuelas y el principal aeropuerto.
Sin embargo, «los graves problemas de orden público» continuaron la noche del martes con «incendios y saqueos de comercios, infraestructuras y establecimientos públicos», indicó Le Franc.
«Les dejo imaginar qué pasaría si las milicias empiezan a disparar contra gente armada», advirtió. Las autoridades francesas indicaron que cuatro personas perdieron la vida, entre ellas un gendarme de 22 años baleado, y que «cientos» resultaron heridas, entre ellas un «centenar» de agentes de las fuerzas de seguridad. (Emol-AFP)