“No estoy de acuerdo con las acusaciones constitucionales”. Ese fue el mensaje que transmitió Evelyn Matthei a todos quienes la llamaron el lunes 30, pasadas las 18.30 horas, cuando el tema en el Congreso se había convertido en un hervidero de críticas. El ambiente en Renovación Nacional y también en Chile Vamos estaba tenso por el anuncio de la bancada de RN de presentar -sin consultas previas- una acusación constitucional en contra del Presidente Gabriel Boric por su responsabilidad en la crisis de seguridad.
El episodio no solo derivó en un bochorno político -tras el retiro de la acusación en menos de 24 horas-, sino que dejó una vez más en evidencia el desorden con que viene actuando la derecha desde hace rato. Todo, en un año electoral clave. Y donde el oficialismo se limitó a tomar palco.
Uno de los interlocutores de Matthei -en esas horas- fue el presidente de RN, Rodrigo Galilea. Estaba indignado. Se había enterado de la decisión de su bancada por WhatsApp y, peor aún, cuando los hechos estaban consumados. De ahí que después de hacer incontables llamadas, optó por dejar -el mismo lunes- estampada su posición en un video en el que afirmó, junto a la secretaria general, Andrea Balladares, que “estamos convencidos de que no es el momento de generar más tensiones y más inestabilidad al país”.
De acuerdo a fuentes cercanas a la alcaldesa -aunque votó en 2008 algunos capítulos a favor del libelo en contra de la entonces ministra de Educación Yasna Provoste-, no es partidaria de las acusaciones constitucionales. Y, por ello, le hizo ver a Galilea que, a pesar de su respeto a la autonomía de los parlamentarios, no estaba de acuerdo con esa presentación.
Lo anterior -afirman las mismas fuentes- teniendo a la vista los dos libelos que enfrentó el expresidente Sebastián Piñera en 2019 y 2021, respecto de los que ha insistido en que “no debemos movernos con un afán de revanchismo”. Y también por una cuestión práctica y estratégica. La primera, porque en el Congreso hay cuatro presentaciones del mismo tipo: tres contra los ministros de la Corte Suprema Ángela Vivanco, Jean Pierre Matus y Sergio Muñoz, y una en contra de la ministra del Interior, Carolina Tohá, por parte del Partido Republicano. Y, la segunda, porque simplemente no están los votos.
UN AÑO DE TURBULENCIAS
Hasta el estallido del caso Audio -en noviembre pasado- la derecha parecía tener despejado el camino para un triunfo. No solo en las elecciones municipales y de gobiernos regionales de fines de este mes, sino que frente a la presidencial 2025, con una Matthei que no ha sido desbancada -hasta ahora- de los primeros lugares de los sondeos. La CEP de esta semana -aunque no midió preferencias presidenciales- la ubicó con un 47% de evaluación positiva, seguida de Michelle Bachelet con un 45%.
Pero desde el caso Audio todo se complicó.
La evaluación interna en Chile Vamos es que de todas las situaciones que han enfrentado -roces por las plantillas municipales y de gobiernos regionales y la salida de Javier Macaya de la presidencia UDI en julio por defender a su padre, condenado por abuso sexual-, dos son los flancos más complejos para el sector.
El más intrincado -admiten- es el que afecta al exministro Andrés Chadwick, por la gravedad de las aristas en las que aparece involucrado y porque se trata de una figura histórica de la UDI y del piñerismo, al punto que su figura emergió como la única que podía proyectar el legado del exgobernante, tras su muerte en febrero pasado.
A estas alturas su defensa no la ven fácil. Más aún después de la citación a declarar como imputado en la arista Capital y de las revelaciones que hizo esta semana Felipe Ward -otro militante UDI y exministro de Vivienda y Urbanismo en la segunda administración Piñera-, quien sostuvo ante el Ministerio Público que Chadwick lo llamó a mediados de 2020 -cuando ya no estaba en La Moneda- a la oficina que compartía con el abogado Luis Hermosilla, en Alonso de Córdova. Y que después de un almuerzo lo invitó a saludar al penalista -hoy en prisión preventiva en Capitán Yáber-, oportunidad en que los tres abordaron el proyecto del Grupo Patio -en manos en ese entonces de los hermanos Jalaff- que estaba estancado en el Minvu.
A lo anterior se suma una nueva complicación para la UDI por los chats del exfiscal regional metropolitano Manuel Guerra sobre Chadwick para beneficiar a Iván Moreira (UDI) en el caso de platas políticas del llamado caso Penta. Aunque el senador asegura no haber pedido nada y ni siquiera contar con el número de celular de Hermosilla.
En un diálogo fechado el 29 de diciembre de 2017 -revelado por The Clinic- se desliza que Chadwick estaba gestionando una salida alternativa con el exfiscal Guerra para el senador, misión en la que también se involucró el abogado Hermosilla. Piñera ya había ganado la segunda vuelta presidencial el 17 de diciembre y Chadwick -quien era su factótum- era el más seguro ministro del Interior.
Guerra: No sé si te contó ACH (Andrés Chadwick) en lo que estamos por Moreira.
Guerra: Pero (exfiscal Jorge) Abbott no quiere suspensión para el.
Hermosilla: No.
Hermosilla: Pero tú me dijiste algo.
Guerra: Pero no se necesita autorización de Abbott.
Guerra: Así que lo haremos.
Guerra: El martes me reúno con él para notificar Lll.
Guerra: La idea es poder hacer lo mismo con Pizarro y dar muestra de ecuanimidad.
Guerra: La idea es actuar con reserva y comenzar a dar salida.
Guerra: De aquí a marzo todas las decisiones estarán adoptadas.
Estos antecedentes han llevado a muchos -incluso a militantes de la propia UDI- a admitir en voz baja que no creen la tesis de que el exministro no sabía lo que estaba haciendo Hermosilla. Mientras otros -como el senador David Sandoval– no ocultan que debe suspender su militancia.
“Si llegan a formalizar a Chadwick, no solo va a ser un duro golpe para él, sino que para la UDI y el piñerismo. Y también para todo nuestro sector”, admite un parlamentario de RN.
En segundo lugar ubican el caso de la exministra de Educación y candidata a alcaldesa por Las Condes, Marcela Cubillos, por el sueldo mensual que recibió en la Universidad San Sebastián entre 2022 y 2024. No solo por la cifra (17 millones), sino que por su reacción ante las críticas.
La molestia en el sector no es menor. El propio presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, le pidió explicaciones y recibió como respuesta un misil. Pues Cubillos lo mandó a preguntar a la USS y a todas las universidades privadas por los sueldos de los militantes de la UDI que ocupan cargos directivos.
En esa batahola, Evópoli -partido que preside Gloria Hutt– se desmarcó de la exsecretaria de Estado y dejó esta semana en libertad de acción a sus militantes. Como réplica, la directiva distrital de RN en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea decretó también libertad de acción frente a la Evópoli Camila Merino, conflicto que también tuvo que desactivar Galilea y que terminó con la renuncia del secretario comunal de RN en Vitacura, Arnau Sarra.
“No tenemos dudas de que el caso Cubillos va a tener un costo electoral para la derecha. Ya lo estamos viendo”, sostiene un parlamentario gremialista.
RIESGOS DEL PILOTO AUTOMÁTICO
En el análisis de fondo, en Chile Vamos se admite que hasta ahora se ha operado con una suerte de piloto automático, pero que las turbulencias demuestran la falta de una mayor coordinación y conducción. Las reuniones semanales de los presidentes de partido -iniciadas con la llegada de Guillermo Ramírez, en julio pasado, a la presidencia UDI- no han logrado alinear las filas.
“Lo que demostró esta semana es que no se está tomando en serio el necesario requerimiento que todo el país está haciendo a Chile Vamos en términos de ser capaces de no solamente llegar con una candidata o candidato a La Moneda, sino ser capaces de gobernar. Eso exige no seguir profundizando las divisiones, peleas y rencillas, sino que un compromiso, de verdad, con un proyecto político coherente, cohesionado, ordenado, que le dé soluciones al país”, sostiene el diputado de Evópoli Francisco Undurraga.
En Chile Vamos muchos echan de menos la articulación que realizaba Sebastián Piñera, vía reuniones, elaboración de minutas de trabajo y contacto -vía WhatsApp- con sus exministros, ex subsecretarios y parlamentarios del sector. Ello permitía alinear las filas desde sus oficinas en Vitacura 3535.
“El liderazgo de Piñera se echa de menos desde el 6 de febrero de 2024, en las semanas de desorden, pero también en las de orden; en las semanas con aciertos y también con errores. No solamente era un ordenador, sino que también era un inspirador. Motivaba a las mejores personas a participar en política, cosa que se hace más difícil hoy día”, dice el diputado UDI Jorge Alessandri.
Y aunque las miradas se vuelcan a Evelyn Matthei, para que tome ese rol, lo cierto es que la alcaldesa ha optado por la prudencia. A sus cercanos ha dicho que no puede articular o imponer su visión a los partidos de Chile Vamos, teniendo en cuenta que todavía no ha sido nominada como candidata del sector.
“Sería pasarlos a llevar”, ha dicho la edil.
Esa espera es la que inquieta a referentes intelectuales de derecha, como Daniel Mansuy, académico de la Universidad de los Andes, quien aseguró -en estas mismas páginas- que “la derecha no está preparada ni para ganar la presidencial ni para gobernar”. Que Chile Vamos no tiene el “hambre” suficiente para ganar La Moneda en 2025, y que los partidos están sumidos en dos posturas ambivalentes: entre la “sensación de que la elección está ganada” y que “parece que no fuera tan grave perderla”.
“No veo -afirmó- realmente ganas o entusiasmo por ir con todo a ganar esa elección. Para responder la pregunta más general, creo que falta articulación política. Lo que remite a una falta de liderazgo, obviamente. Si nos preguntan ¿en qué está la derecha hoy día? ¿Cuáles son sus dos temas? ¿Cuáles son sus liderazgos más visibles que estén poniendo esos temas? ¿Cobrándole cosas al gobierno? La verdad es que no hay. Y es verdad que hay una candidata, pero las candidatas necesitan coro. Y coro significa un grupo de parlamentarios, dirigentes, que estén sosteniendo esa candidatura. Y eso tampoco hay. No hay una articulación institucional que permita enfrentar con algo de optimismo lo que viene, sabiendo que lo importante es poder gobernar y lo difícil que es hacerlo, especialmente para la derecha”.
Quien esta semana nuevamente hizo pesar su liderazgo en Renovación Nacional fue el presidente del partido, Rodrigo Galilea, senador que ha logrado imponerse -en el último tiempo- en una serie de contiendas políticas. Entre ellas, lograr para José García Ruminot la presidencia del Senado, destrabar la reforma previsional y, ahora, desactivar la acusación constitucional en contra del Presidente Boric.
Una situación, en todo caso, que no le fue fácil, pues los parlamentarios -proclives a la iniciativa- defendieron sus razones. Entre ellas enviar un mensaje claro al Jefe del Estado de que él es el responsable de la política de seguridad y que la falta de toma de medidas que realmente protejan a los ciudadanos tiene consecuencias.
Un hecho que dejó heridos al interior de RN -donde todavía no perdonan a quienes se dieron vuelta- ni a quienes en Chile Vamos reaccionaron con dureza.
“Esto llama a reflexionar desde el punto de vista de que, obviamente, hay que mejorar la comunicación para la toma de decisiones, porque precisamente se viene un desafío muy importante y nosotros tenemos una gran responsabilidad con el país”, sostiene el diputado RN Andrés Longton, quien no estuvo el día de la votación.
Como contrapartida, Andrés Celis, diputado RN, confiesa que -por este episodio- está evaluando su permanencia en el partido.
“Estoy muy desilusionado. Lo que la jefa de bancada, Ximena Ossandón, anunció fue con el apoyo de 14 a 15 diputados. Fue unánime. Esto no fue algo sin pensar. Y siento de verdad mucha frustración, porque el objetivo era hacer entender al Presidente de la República que él tiene la obligación de tomar medidas con urgencia para frenar la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado que están destruyendo a nuestro país”, sostiene.
Los más suspicaces sostienen que no se quiso impulsar una acusación en contra del Presidente, para no fortalecer la figura del Jefe del Estado -porque se sabe que no están los votos-, y para evitar una vuelta de mano si llegan a La Moneda en 2026.
El punto es que la situación quedó revuelta. Más aún con la acusación en contra de Tohá presentada por los republicanos, que se convirtió en un verdadero gallito de fuerzas entre Chile Vamos y la tienda de José Antonio Kast.
Esto, porque en la presentación agregaron en uno de sus acápites un reproche a Piñera. “Más allá de las responsabilidades que, en origen, pertenecen a los gobiernos anteriores, incluyendo a Michelle Bachelet y a Sebastián Piñera, hoy quien gobierna es Gabriel Boric, y su ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, es quien debe rendir cuenta de los aciertos y rotundos fracasos de su gestión ministerial”, dice el texto, que provocó la discordia. De hecho, Evópoli se desmarcó de la acusación y la UDI y RN -para no ser acusados de “derecha blanda”- la han apoyado a regañadientes, sabiendo que van a perder, porque no están los votos.
Hasta ahora no hay evaluaciones internas sobre el impacto que tendrán estos episodios en las elecciones que se realizarán en 20 días más. Pero sí hay coincidencia en que deben tomar medidas, pues -a estas alturas- ya no están frente a una carrera corrida. (La Tercera)