El teniente general Ígor Kirílov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia murió hoy en Moscú en un atentado con bomba.
Según el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), la bomba se hallaba en un scooter eléctrico que estaba colocado junto al portal de su vivienda y fue accionada cuando Kirílov, de 54 años, salía de su domicilio acompañado de su ayudante, que también falleció en el atentado.
La entrada del edificio quedó gravemente dañada y las ventanas de varios apartamentos se rompieron, según imágenes publicadas por medios rusos. «Se ha abierto una investigación criminal por asesinato de dos militares en Moscú», anunció el Comité de Investigación. Hay investigadores en el lugar que efectúan análisis para establecer «todas las circunstancias» del incidente, afirmó la misma fuente.
Fuentes de la investigación, citadas por la edición digital del periódico Kommersant, apuntaron a los servicios secretos ucranianos como los posibles autores del atentado. Kirílov, al frente de defensa radiológica, química y biológica de Rusia desde 2017, ofrecía regularmente comparecencias de prensa en las entre otros asuntos aludía a «laboratorios biológicos estadounidenses» en Ucrania.
El teniente general, que ostentaba el título de Héroe de Rusia, tenía previsto reunirse hoy con un grupo de periodistas.
QUIEN ERA
Kirilov era uno de los rostros más públicos del alto mando de la Fuerzas Armadas de Rusia. En su condición de jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, cargo que desempeñaba desde 2017, ofrecía regularmente comparecencias de prensa.
Ante los periodistas acusó repetidamente al Ejército ucraniano de emplear armas químicas en el conflicto en Ucrania. En agosto pasado denunció que Rusia había detectado 400 casos de empleo de munición química por las fuerzas ucranianas. «Se utilizaron sustancias tóxicas que solo podían sintetizarse en Estados Unidos. Porque otras industrias no están diseñadas para esto y nunca las han producido», declaró Kirilov.
Dos meses después, aseguró que las tropas ucranianas emplearon armas químicas cuando irrumpieron en la ciudad de Sudzha, en la región rusa de Kursk, parte de cuyo territorio ocupan hasta el día de hoy.
Con anterioridad, el general se refirió repetidamente a laboratorios biológicos extranjeros y sus posibles vínculos con la propagación de enfermedades infecciosas, incluida la covid-19. En particular, el teniente general ruso denunciaba que Estados Unidos amplía su red de laboratorios biológicos fuera de su territorio, donde lleva a cabo investigaciones con bacterias y virus altamente patógenos.
En 2023 aseguró que EE.UU. tenía planes de lanzar desde drones contenedores con zancudos infectados para contagiar a los soldados rusos que combaten en Ucrania. En enero de este año afirmó que altos cargos de Estados Unidos obstaculizaron de manera premeditada la investigación de las causas de la covid-19 y manipularon la opinión pública.
La víspera del atentado que le costó la vida al teniente general ruso, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo declaró sospechoso de ordenar el empleo de armas químicas contra las fuerzas ucranianas.
«Desde el comienzo de la guerra a gran escala se han registrado más de 4.800 casos de uso, por orden de Kirílov, de munición química», señaló el SBU en un comunicado. Kirilov, bajo sanciones occidentales por la guerra en Ucrania, participó en la creación del lanzallamas pesado autopropulsado TOS-2, que tiene un alcance de hasta 6.000 metros y es capaz de cubrir una superficie de hasta cuatros hectáreas con una andanada de sus 24 bocas.
Fue galardonado con el título de Héroe de Rusia del Trabajo, entre otras muchas distinciones. Una fuente anónima del SBU, citada por la agencia pública de noticias Ukrinform, reivindicó la autoría ucraniana del atentado contra Kirilov, en el que también murió su ayudante.(Emol Agencias)