La filtración de los chats entre Daniel Andrade y Catalina Pérez que dan cuenta sobre el conocimiento que tuvo la parlamentaria sobre el convenio firmado con Democracia Viva ha remecido al circuito político y atizado las críticas sobre el caso de corrupción que significó una crisis para el Gobierno.
Tanto el subsecretario del Interior, Luis Cordero, como el ministro de Vivienda, Carlos Montes, fueron requeridos sobre las conversaciones que están radicadas en un informe de la fiscalía que busca desaforar a Pérez para avanzar en la formalización por fraude al fisco.
Al respecto, Cordero aseveró que «la posición que ha tenido el Ejecutivo desde el principio de la investigación de este caso, es toda la información y hacer la responsabilidad efectiva para todos quienes potencialmente hubiesen cometido delitos».
Del mismo modo, advirtió que «al Gobierno no le corresponde comentar ningún tipo de prueba que esté proporcionando el Ministerio Público. Los hechos son de la suficiente gravedad, lo clave es que el Ministerio Público ha ido avanzando. Todos los antecedentes que le fueron requeridos al Ejecutivo, al ministerio de Vivienda, a las autoridades regionales fueron entregados. El Consejo de Defensa del Estado intervino, el Ejecutivo le solicitó la intervención al Consejo de Defensa del Estado sobre declaraciones en específico que forman parte de las pruebas por parte del Ministerio Público. Al Ejecutivo no le corresponden esas declaraciones».
En cuanto a si la situación daña la fe pública, la autoridad replicó que «en general los delitos de corrupción dañan la fe pública, da lo mismo quién los hubiese cometido».
A su vez, el titular de Vivienda señaló que «no tenía ninguna referencia de estos elementos, de estos diálogos, creo que esto da mucho más contexto a los hechos que se comentaron en ese tiempo». «En general trato de no comentar nada que tenga que ver con el caso Democracia Viva porque uno tiene informaciones parciales. Espero que la fiscalía siga haciendo su trabajo y llegue lo antes posible a determinar los hechos, los responsables y los eventuales delitos. Creo que esto tiene que avanzar, eso es lo más importante», agregó.
En cuanto a su mención en las conversaciones y a la intención de ocultarle información, Montes dijo estar sorprendido «porque no tenía ninguna referencia y tampoco sé a qué se referían ahí». Con todo, consideró que «todo indica que la Fiscalía está trabajando bien y está reuniendo la información necesaria para determinar los hechos». Del mismo modo, evitó opinar sobre el intento de desaforar a la parlamentaria. «Encuentro que es lamentable todo esto», se limitó a señalar.
MINISTRA ORELLANA Y EL TEMA DEL ABORTO
Sobre la indagatoria que lleva la fiscalía regional de Antofagasta respecto a un presunto aborto cometido por la diputada Catalina Pérez se refirió la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana.
La investigación se desprende de la causa por posible fraude al fisco que pesa sobre la legisladora a raíz del caso de Democracia Viva y se cruza con la próxima presentación del proyecto de ley de aborto que el Ejecutivo tiene comprometido.
Al respecto, la ministra indicó que «creemos que en nuestro país no se puede seguir persiguiendo y criminalizando a las mujeres por este tema, y que debemos avanzar y no retroceder en cuanto a sus derechos sexuales y reproductivos, y finalmente, su posibilidad de decidir respecto a sus proyectos de vida. Por ese motivo, precisamente, hemos comprometido el ingreso de un proyecto de ley de legalización del aborto».
«Entre 2012 y 2022, un total de 444 personas, mayoritariamente mujeres, fueron investigadas por aborto en Chile, y más del 10% de causas fueron tras un aborto espontáneo, de acuerdo al estudio recientemente publicado por Corporación Miles», acotó.
Y añadió que «estas investigaciones implican para el Estado un gasto en fiscales, diligencias, audiencias, entre otros, para perseguir a mujeres que tuvieron un aborto espontáneo o tomaron esta decisión en circunstancias muy complejas, y para ellas, una mayor vulnerabilidad y afectación en su salud mental». (Emol)