Donald Trump revocó el lunes, en las primeras horas de su nueva presidencia, la orden con la que su antecesor, Joe Biden, sacó a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo.
Biden, tras cuatro años de mandato, firmó esa orden ejecutiva menos de una semana antes de abandonar el poder.
Tomó esta decisión para propiciar la liberación de varios presos cubanos como parte de un proceso que contaba con la mediación del Vaticano. En paralelo, Cuba anunció la liberación de 553 personas, entre ellas numerosos presos políticos.
La inclusión de Cuba en el listado, en enero de 2021, fue una de las últimas decisiones que tomó Trump antes de dejar el poder en su primer mandato.
Cuba había formado parte de la lista desde 1982 pero salió en 2015, durante la presidencia de Barack Obama (2009-2017). Trump, durante su primer mandato, redobló las sanciones sobre La Habana y frenó el «deshielo».
Esta designación implica la prohibición de venta de armas a ese país, un mayor control a sus exportaciones, restricciones en la ayuda exterior, mayores requisitos para los visados y diversas sanciones económicas.
REACCIÓN DE LA HABANA
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, consideró «una burla» que Estados Unidos volviera a incluir a su país en la lista de países patrocinadores del terrorismo apenas seis días después de salir.
En una serie de mensajes en la red social X, poco después de conocerse la orden ejecutiva de Trump sobre la isla, Díaz-Canel acusó «un acto de arrogancia y desprecio por la verdad«, y argumentó que el «objetivo» tras este paso es fortalecer «la cruel guerra económica contra Cuba con fines de dominación«.
Díaz-Canel señaló, asimismo, que las sanciones contra Cuba que aplicó Trump en su primer mandato (2017-2021) provocaron «carencias» en el pueblo cubano y «un incremento significativo del flujo migratorio» de los isleños hacia Estados Unidos. (Cooperativa EFE)